martes, 15 de octubre de 2013

menos cosméticos + menos helados = Educación para todos/as los/as niños/as del mundo

Pupitres en el desierto


Sesenta millones de docentes celebran el 5 de octubre el día mundial del docente. Hadiya, una joven maestra y refugiada saharaui pone rostro a la profesión entre el rigor de la arena y el viento sahariano.



En una de las aulas de la escuela “27 de febrero” los alumnos siguen con interés el taller de plástica. Durante el tiempo que dura la clase, Hadiya Mohamed Salem, su maestra, no se cansa de repetir a los críos que existen otros colores además del azul y los ocres que a diario les quitan las vistas en esta tierra extraña en la que respiran. Para ello, Hadiya se hace acompañar de unas hojas pintadas con todas las tonalidades del arco iris y la esperanza de que los más pequeños sigan depositando su confianza en la figura del docente.

Hadiya acaba de cumplir 23 años, su nombre significa “delicadeza” y es una hija más del desierto. Forma parte de la primera generación de saharauis nacida en el exilio. Tiene unos ojos negros como el azabache y unas pestañas para dar sombra a todo un vergel. La “melhfa de color turquesa que la envuelve no hace más que acentuar su belleza. Hasta poco antes de recoger su billete para el internado de Argel, dudaba entre la enfermería o la enseñanza. Dice haber elegido de manera correcta. Su pasión por los niños es evidente; más que atenderles, les protege en todo momento y se pasa las horas escuchándoles. Es consciente de que los padres han depositado en ella toda la confianza del mundo para que eduque una nueva generación. A pesar de las carencias, todo son luces en su profesión; las sombras sólo aparecen en el paisaje que le rodea. Un paisaje roto y sin esquinas, abrasado por las temperaturas y dejado de la mano de Alá. Arena y más arena. Caminos de quita y pon. Rostros esculpidos por el tiempo. La región argelina de Tinduf sigue siendo una especie de tienda de campaña grande, un trozo de mapa prestado tan solo para sobrevivir y que da cabida a cerca de 200 mil refugiados. Aquí nadie es joven durante mucho tiempo y el olor a decepción acaba estrangulando.


La educación, lo primero

Hadiya deja la escuela a las 5 de la tarde y en la vuelta a casa le acompañan unos cuantos escolares que acaban por entorpecerle el paso. Vive en una avenida abierta al polvo, donde el viento se ensaña y golpea con fuerza. Aprovechando la visita de unos conocidos, Hadiya se dispone a preparar un té sobre unas brasas de carbón ya encendidas. Es el ritual más hospitalario de todo hogar saharaui y los utensilios que maneja el único ajuar de la casa. El preciado líquido pasa de un recipiente a otro tantas veces como haga falta; el tiempo necesario para acompañar la conversación. Y son las conversaciones lo único de que disponen los jóvenes para combatir el aburrimiento, cuando no sestean delante de algún que otro destartalado televisor al ritmo de viejas telenovelas mexicanas dobladas al árabe. Todos los comensales coinciden en asegurar que la educación es hoy la piedra angular de la sociedad saharaui. La enseñanza es obligatoria y gratuita y el 100 % de los niños y niñas está escolarizado. Unas 45 mil criaturas en edad escolar se reparten por los distintos campos del desierto argelino de Tinduf,
“Nuestra practica educativa se fundamenta en los principios de autogestión, colectivismo, responsabilidad y disciplina. Y es en la escuela donde se han conseguido los mayores logros de igualdad niño- niña”, asegura Hadiya, que forma parte de un 97% de profesorado femenino. En los cuatro campamentos existen un total de 25 guarderías y 27 escuelas, además de los 3 internados de secundaria. Las mejores calificaciones académicas suponen el acceso a la enseñanza universitaria que se imparte en el extranjero, principalmente en Argelia, Cuba, Libia o España, en base a convenios culturales suscritos por la República Árabe Democrática Saharaui y a las becas concedidas. La política de estudios está supeditada a las necesidades prioritarias. Médicos, enfermeras, maestros, agrónomos y técnicos de todo tipo van regresando a los campamentos saharauis para ejercer sus actividades en beneficio de la colectividad de su pueblo.

Hasta su llegada al internado de Argel, Hadiya siempre había hecho los deberes sobre la arena, sus ropas se ceñían a los “préstamos” de la comunidad internacional y alternaba los zapatos con sus hermanas. Los juguetes siempre fueron los mismos y los juegos, también. Como el resto de las niñas saltaba a la comba, se pintaba las uñas y se recogían el pelo unas a otras para hacerse un par de coletas. El resto era y es pura imaginación.

Nacida bajo techo extraño, Hadiya echa de menos una tierra que sólo ha visto en las bibliotecas. En una esquina del salón, donde se acaba la alfombra, la familia tiene sus maletas preparadas para el regreso. Pero el castigo se alarga tanto que la arena y el polvo forman parte del equipaje. Aunque la joven prefiere hablar en presente, no quiere dejar escapar el tiempo con falsas esperanzas. La media noche se echa encima sin amenazas, pero hay té suficiente por si las conversaciones se estiran demasiado. Y se estiran. Hadiya sigue hablando. Esta vez lo hace en hasania, su lengua nativa, para después preguntar en francés y responder en castellano. A medida que avanza la tertulia reconoce no tener ningún pretendiente en firme. Insiste en que cuando éstos lleguen elegirá para casarse por amor. “Jamás aceptaría un matrimonio impuesto” avisa, mientras clava el par de cejas perfiladas entre sus incondicionales. En cuanto al número de hijos, quiere tener dos, aunque respetará la opinión de su futuro marido. Ella es la segunda de siete hermanos y la mayor es por ahora su mejor confidente.
Donde no habrá concesiones será en el magisterio. Y a Hadiya, firmeza no le falta. Ver crecer a los críos sentados en los bancos de las escuelas es su mayor satisfacción. Tiene un compromiso con los más pequeños en este mar de arena y piedra en el que los caminos desaparecen de un día para otro con el viento y donde ella se sigue levantando con la primera luz del día para preparar sus clases. “Enseñar a un niño a leer y escribir es la labor más maravillosa y gratificante que he podido experimentar”, asegura esta hija de las nubes bajo la mirada atenta de un padre más que orgulloso de su profesión.

Docentes, una profesión de luces y sombras

El derecho a recibir una educación y el derecho a enseñar no son negociables. Todos los niños necesitan un maestro o una maestra. Aún así, queda demasiada geografía en el planeta donde la enseñanza sigue siendo un bien escaso. Millones de docentes en todo el mundo siguen trabajando con salarios paupérrimos y en condiciones deplorables para educar a las siguientes generaciones. Si los docentes de Zambia cobraban en 2006 el mismo salario que el que recibían en 1975, maestras de Malawi dan clase a más de 100 niños a la vez por un salario que no llega a los 30 euros mensuales. Y si en Haití hay un pupitre por cada tres escolares y no existen los servicios básicos de higiene en las escuelas, en Etiopía y Bangla Desh los niños estudian y duermen por turnos por falta de aulas y profesorado.
En China los docentes no pueden afiliarse y se sigue deteniendo a los activistas laborales, en Angola muchos maestros no cobran sus salarios, de ahí que en ocasiones exijan pagos no oficiales a los alumnos, como en Mozambique, que se dejen sobornar por los padres a la hora de ofertar las matrículas. Referente al coste de uniformes y material escolar, éstos dejan a la educación fuera del alcance de muchas criaturas, lo que hace que buena parte del profesorado se procure un segundo empleo para llegar a fin de mes. Y si aún quedan lugares donde el castigo corporal es aceptado como una forma de disciplina en las escuelas, también hay lugares, como Níger, donde ya no quedan libros, pupitres ni bancos.
’Son los docentes por encima de cualquier otro colectivo, quienes determinan las actitudes y quienes conforman las ideas y aspiraciones de una nación’, subrayó el político africano Julius Nyerere. Aún así, hay países donde toda la enseñanza pública ha pasado a manos privadas, el gasto en defensa es 10 veces superior al de las inversiones en educación y a los profesionales de la enseñanza se les sigue sin reconocer su labor.
Según las cifras que maneja la Internacional de la Educación, “se necesitarían entre 15 y 30 millones de maestros más, aparte de unos sueldos decentes”, para una profesión que contribuye más que nadie al crecimiento intelectual de nuestros hijos. “No se puede seguir universalizando la enseñanza primaria a costa de los salarios y la calidad de la propia educación”. Realmente los maestros y maestras son la clave de cualquier sistema educativo; las escuelas, los libros y las aulas carecen de utilidad sin su presencia. De ahí la campaña del día mundial, “Nosotros, los docentes del mundo entero”, un día de reconocimiento a su labor y de presión a los gobiernos para obtener unas condiciones de trabajo que representen mejores condiciones de aprendizaje para los escolares”.

Según la UNESCO, con sólo destinar 7 millones de dólares cada año, fondos inferiores a los que se gastan anualmente los estadounidenses en cosméticos y los europeos en helados, el sueño de una educación para todos y todas las niñas se convertiría en una realidad.


ALGUNAS CIFRAS


En India la educación no es obligatoria, gratuita ni universal. El 17% de la educación primaria es privada Hay 3.038.204 maestros en este nivel (44% mujeres). El NAD es de 41 : 1.

En China se garantiza a los niños 9 años de educación obligatoria. Hay 5.747.325 maestros de primaria (53% mujeres). El (NAD) es de 21 : 1

En Afganistán la educación es obligatoria y gratuita entre los 7 y los 15 años. Actualmente la educación está financiada sobre todo por agencias u organismos cooperantes. Hay 67.983 docentes de primaria (22% mujeres). El número de alumnos por docente (NAD) es de 65 : 1.

En Siria la educación es obligatoria para los niños de 6 a 12 años y es gratuita hasta la universidad. Hay 124.665 maestros de primaria (62% mujeres). El NAD es de 18 : 1

En Nepal la educación no es obligatoria, pero se ofrece entre los 5 y los 10 años. Hay 101.483 maestros de primaria (30% mujeres), y sólo el 31% han recibido la formación adecuada. El NAD es de 40 : 1

En países como España y Alemania la educación es gratuita hasta la universidad y obligatoria hasta los 16 años. En nuestro país 179.324 docentes atienden la primaria (70% mujeres) mientras en el país teutón lo hacen 235.179 (83% mujeres). Ambos tienen un (NAD) de 14:1

En Bolivia son 5 los años de educación primaria universal y gratuita. En las escuelas primarias trabajan 64.603 docentes (61% mujeres). El (NAD) es de 24 : 1

La educación pública en los Estados Unidos es una empresa conjunta entre los gobiernos locales, estatales y federales . La educación es obligatoria entre los 6 y los 17 años Los padres pueden elegir enviar a sus hijos/as a escuelas públicas, privadas o recibir la educación en casa. 1.677.417 docentes (88% mujeres) trabajan en primaria. El NAD es de 15 : 1.

En Nicaragua la educación primaria es gratuita, universal y obligatoria hasta los 12 años. En primaria, el 15% de la educación es privada. Trabajan en este nivel 26.899 docentes (79% mujeres), de los cuales el 75% ha recibido una formación adecuada. El NAD es de 35: 1

En 2006 Brasil pagaba sus deudas al FMI para poder tener un futuro “construido sobre una firme inversión en la educación”. Hoy, el 25% de los presupuestos estatales y municipales deben asignarse a la educación. La escolarización es gratuita y obligatoria entre los 7 y los 14 años. En primaria, 805.410 docentes (90% mujeres) trabajan en este nivel. El NAD es de 24 : 1

En Malí la educación es gratuita y obligatoria hasta los 12 años. En primaria el 35% de la educación es privada. 26.737 docentes (28% mujeres) trabajan en este nivel. El NAD es de 52: 1

En Mozambique la educación es gratuita y obligatoria entre los 6 y los 12 años. 54.721 docentes (30% mujeres) trabajan en primaria. El (NAD) es de 65: 1.

En Etiopía la educación es gratuita y obligatoria hasta el sexto Nivel. 110.945 docentes (45% mujeres) trabajan en primaria. El NAD es de 72 : 1

En Nigeria la ley obliga al gobierno a proporcionar una educación gratuita “cuando resulte viable”. 579.802 docentes (51% mujeres) trabajan en primaria, y sólo el 51% han recibido una formación adecuada. El (NAD) es de 36: 1

En Sierra Leona la educación es pública y obligatoria entre los 6 y los 12 años, pero no gratuita. 17.327 docentes (30% mujeres) trabajan en el nivel de primaria. El (NAD) es de 67: 1


NAD número de alumnos por docente


Texto y fotos: Javier Rodríguez Gómez

De: Red Social UIMP 2.0
Red Social de Conocimiento

Universidad Internacional Menéndez Pelayo