miércoles, 20 de febrero de 2013

Segunda Sección de la obra


                  Textos participantes 
              en el Concurso Literario (2006)
                 “¡Aguante la palabra!”


Trabajo en lo visible y en lo cercano
–y no lo creas fácil–
 No quisiera ir más lejos.
Todo esto
que palpo y veo
 junto a mí, hora a hora
                                            es rebelde y resiste.
                                        Para su vivo peso
                                                 demasiado livianas se me hacen las palabras.

                                              Circe Maia





Convocatoria

AL CONCURSO DE CUENTO, CARTA Y POESÍA
“¡AGUANTE LA PALABRA!”
BASES

v       Para la categoría Cuento:

1)      Tema libre.
2)      Extensión máxima: dos hojas.
3)      El trabajo deberá ser firmado con un seudónimo y acompañado de un sobre en cuya cara externa se volverá a escribir el seudónimo y en su interior, nombres y apellidos y la edad.
4)      El plazo de entrega vence el 20 de noviembre de 2006.
5)      De la recepción de los trabajos y sobres estarán encargados los Maestros y Profesores de cada Establecimiento.


v       Para la categoría Carta:

1)        Tema libre.
2)         Extensión máxima: una hoja.
3)        El texto será firmado con un seudónimo y acompañado de un sobre en cuya cara exterior se volverá a escribir el seudónimo y en su interior se aportarán nombres y apellidos y la edad.
4)        El plazo de entrega vence el 20 de noviembre de 2006.
5)        De la recepción de los trabajos y sobres estarán encargados los Maestros y Profesores de cada Establecimiento.


v       Para la categoría Poesía:

1)      Tema libre.
2)      Extensión máxima: una hoja.
3)      El texto será firmado con un seudónimo y acompañado de un sobre en cuya cara exterior se volverá a escribir el seudónimo y en cuyo interior se aportarán nombres y apellidos y la edad.
4)      El plazo de entrega vence el 20 de noviembre de 2006.
5)      De la recepción de los trabajos y sobres estarán encargados los  Maestros
Y Profesores de cada Establecimiento                                                             


 Primer Premio Categoría Poesía 

Déjalos


Déjalos que hablen, deja que murmuren.
Este mundo está hecho para ellos,
también.
Deja que nos miren con ojo de fiscal,
que critiquen nuestros modos, nuestro
amor, nuestro bien y nuestro mal.
Permíteles el odio, son pobres criaturas,
nacieron para ver, sólo para mirar
la vida de los otros, el dolor ajeno,
miran y miran sin piedad.
Hoy estamos juntos, la noche nos ha unido,
el desamparo fue testigo, nos presentó
la soledad...
Somos su película,
el escándalo de los demás.
Qué importan sus risas de hiena, qué importa,
no vale nada el murmullo fugaz.
Somos extraños caminando bajo la lluvia
y no se sabe cuándo la lluvia parará.
Déjalos que miren, que se cansen...
Ellos son esclavos entre sus propias rejas
y nosotros somos, sabes, la libertad.


Eterno Prisionero

Centro Nacional de Rehabilitación (CNR)



Primer Premio Categoría Cuento


La historia de...

         Pedro y María. Treinta años de casados. Una familia. Juan, de 21; Lorena, de 15; Nicolás, con trece.
         El padre, un humilde luchador, pretendía que Juan fuera jugador de fútbol, y el mejor. Nicolás empezó a sentirse celoso, a llamar la atención con notas bajas, discusiones, amistades problemáticas.
         Las acusaciones recaían sobre la madre; el marido le indicaba que el modelo era el hijo mayor. De la joven, siempre callada y estudiosa, nadie hablaba.
         Cansado, Pedro buscó alivio en el alcohol. El dinero no alcanzaba para los gastos. Tampoco había objetos valiosos para vender: Nicolás ya los había cambiado por droga; cuando no hubo más, delinquió y fue a  parar  a la cárcel.
         Durante el año de prisión, padres e hijos volvieron a unirse.
         El día del regreso de Nicolás a casa, un 24 de diciembre, se brindó, con agua, pero con la fuerza del renacimiento.



                                                                                 Cielo estrellado
Establecimiento Penitenciario de Mujeres “Cabildo”







Primer Premio Categoría Carta


A ti:

       ...¡Estás ahí!...
         Cuando miro hacia el cielo y puedo vivir la magia de contemplarte radiante nuevamente, ya no hay voces y todo se resume en el silencio, “espacio vacío que contigo en mi soledad lleno”. Entonces puedo viajar con la mirada hasta el punto brillante que genera recuerdos, puedo dejar atraerme por tu luz “reflejos de olvidados sentimientos”.
         Quizás esta noche me estés mirando y también la estés viendo, tal vez esta noche recibas en coincidencia miradas que desean tenerse presente a pesar de distancias que a medida del tiempo peligran de muerte. Compañera, que el cielo te tiene tan encerrada, como esta noche, que apenas deja fugar mi mirada, consuelo de saber que nada podrá entretener la luz de sus ojos, los que alguna vez me miraron.
         Escribiendo, quiero cruzar con palabras fronteras que hoy ya nos dejan al margen con metáforas que el tiempo separa. Escribiendo… aunque sé que no podrá saber de mi rostro, aunque sé que mi desvelo está lejos de su cielo o yo lejos de su infierno. Sé que no podrá saber lo que pienso y siento, por esta realidad que me mantiene como lo estás tú de mí “tan presente y tan lejos”.
         Cartero del cielo, hoy quiero pedirte que tu luz atraiga su mirada como el reflejo de sus recuerdos la mía, que te transformes en el espejo entre este papel y sus preguntas de calladas respuestas. Sé que tantas noches te pido que ilumines porque yendo a ti me pierdo; me pierdo porque los recuerdos que bajo tu cielo he vivido te robo.
         Pero hoy no voy a molestarme contigo si en el cielo no te encuentro; ya no voy a inculparte de lo que mal hemos hecho: es que sólo en ti he hallado el único hilván que nos une. Hoy puedo entender que para mí nunca estuviste ausente; simplemente, a veces no te hallé y fui perdiendo su luz al llevarse el resplandor de la mañana los sueños y a ti. Quizás con el silencio de la noche te recupere y el tiempo le robará al olvido lo que alguna vez fue nuestro.
El Ángel
Centro Nacional de Rehabilitación (CNR)




Mención Especial


EL PAÍS QUE EL DESTINO ME INVENTÓ


Han sido desde niña los libros los que generaron en mí sugerencias y fuertes ansias de visitar lugares lejanos. Entre esos países imaginarios y soñados estaban Argentina y  México: éste, por ser asiento de culturas tan excepcionales; el primero, porque siempre fui una apasionada de lo rioplatense, tanto que uno de los temas que compuse se titula “Mi gran Buenos Aires”, ganador oportunamente de un segundo premio y registrado como corresponde en AGADU.
Ahora pienso en los viajes y las metas no cumplidas,  y la imaginación, inventándome otra gente que me aguarda, me deja creer que aún no hice mi mejor travesía. A veces uno anhela comprobar si la realidad coincide con lo proyectado; otras, uno acaba por preferir la ilusión; pero, ¿cómo saberlo de antemano?
El hecho es que México no está entre mis frustraciones. Residí seis meses allí. Es un país tan hermoso que, un mes antes del regreso, sentí la necesidad de consustanciarme con lugares donde había estado y me habían atrapado tanto como para visitarlos una y otra vez; ansiaba recorrerlos con la morosidad y la desesperación del amor; sentía que todavía podría encontrar algo esencial para traerme conmigo, algo que olvidaría si no lo repasaba. Seguramente no fue lo que experimentó una familia argentina a la que llevamos de paseo a Oaxaca: estaban muy contentos porque comerían frijoles y frutas pero cuando se enteraron de los precios en las ferias, decidieron cruzar a los Estados Unidos. Como alguien dijo: “Las profundas diferencias que suelen encontrar los viajeros están en la superficie y no más”. Entonces me permitiría agregar: estar de paso es estar en la superficie.
Por eso la niña, la adolescente y la mujer que están en esta anciana de hoy no queremos recorrer los sombríos y desolados patios de esta cárcel. No estamos de paso: hemos viajado al país menos soñado y parece ser un viaje sin retorno.                                 

                    
YOLLY
Establecimiento Penitenciario Femenino “Cabildo”





Mención especial

Montevideo, 10/11/06

Hija:

         Quisiera decirte muchas cosas pero para eso necesitaría escribir muchas horas y no tengo el tiempo suficiente.
         Quisiera que lo que te voy a decir pueda servirte de algo y de mucho.
         Creo que siempre pensaste que yo no te quería y que prefería a Leticia. Fue un error de tu parte porque siempre las amé a las dos por igual. Tal vez tú te confundías porque veías que ella y yo hablábamos mucho y eso era porque ella era más abierta y tú más introvertida. Lo que quiero decirte es que pienso que yo me equivoqué. Tal vez tenía que haberte dado más atención y ese fue mi error y mi culpa pero también tú tenés que ponerte un poquito en mi lugar y pensar que si tuve muchos hijos, tenía sí o sí que salir a trabajar porque bien sabés que la otra ayuda era muy poca y que si no era por tu abuela y abuelos, no sé cómo hubieran vivido ustedes y yo. Entonces, trabajar, llegar a la casa después de 8 y 10 horas de trabajo y atenderlas a ustedes, que no reniego, porque tanto tú como todas tus hermanas son lo más hermoso que pueda tener yo en mi vida, porque son mías, las tuve yo, las sufrí yo, yo las llevé dentro de mí y yo sola pasé mis embarazos, mis dolores, mis angustias... y la tuya, Agustina, fue la más dolorosa, porque podías no haber nacido. Pero naciste, y fuiste hermosa y lloré dándole gracias a Dios porque eras completamente sanita, no podía parar de llorar de la alegría y a la vez de la angustia que viví durante esos meses sólo yo en mis pensamientos. Y creciste siendo una niña hermosa, sanita, llena de vida, y fuiste haciéndote grande y te escapaste de mis manos y no pude detenerte. Tal vez no tuve la ayuda que necesitaba, tal vez si a mi lado hubiera tenido a otra persona diferente a él, le hubieras hecho caso. Porque a mí me tomabas el pelo, lamentablemente. Pero, bueno, ahora los lamentos llegan tarde, porque también lamento que la separación con tu padre no hubiera ocurrido mucho antes, pero así son los destinos de cada uno. Yo estuve enferma durante años, con una persona que me autoconvencía de todo o casi todo, porque yo le creía todo a él. Siempre me hizo creer que yo era una inútil y yo me lo creía; no era ppor tener mi autoestima tan baja. Y por eso me tenés que perdonar tú y tus hermanas: ¡por no haber enfrentado a tu padre de otra forma y así hacerme respetar! Bueno, esto es para que me entiendas un poquito que mi vida de matrimonio no fue fácil ni muy feliz que digamos.
         Ahora quiero apartar un poco a tus hermanas y quiero mirar por vos, aunque ya estás grande y tenés que saber bien lo que hacés. Quiero decirte que te voy a apoyar. Espero que me respondas bien, que me demuestres que cambiaste y vas a seguir haciéndolo para que así vuelva la Agustina de antes. Te quiero mucho, te amo, Agus. Ustedes todos son mi vida. Cambiá, por favor, para poder disfrutar conmigo lo que pueda quedarme de vida. (Portate bien.) Y hacelo también para poder recuperar a tus hijos, que están solitos, esperando que su mamá esté con ellos, para mimarlos mucho y quererlos. Acordate, Agustina, no lo desaproveches, que el tiempo se va, se vienen grandes y después todo es diferente. No te olvides de ninguna de estas palabras que son de tu mamá que te ama con el corazón y el alma. Quiero lo mejor para vos y si en algún momento te hablé mal es porque me duele y me siento muy lastimada por lo que hacías, pero quiero creer que esto te ha servido para ver la realidad de la vida y cambiar, y así acercarte a todos los que te queremos bien. Leticia sufre por vos mucho, te quiere demasiado. Ximena lo mismo. Mica te ama aunque no lo diga. Todos están dolidos por lo que te han visto pasar. Te adoro. Pero querete vos, Agustina, mucho, para querer a todos.
Te amo:    
                            Mamá

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Establecimiento Penitenciario Femenino “Cabildo”





 Mención especial


Montevideo, 8/11/06

Hijos queridos:
                        En estos días que llevo aquí siento una gran soledad. Ustedes son la fiel compañía de mi vida. A pesar de que estoy privada de libertad, me siento libre, siento que cada vez ustedes están más cerca de mí y eso me hace sentir bien. Ustedes son los que me dan esas fuerzas para continuar y mirar para adelante. Mi meta es buscar una nueva vida junto a ustedes.
                         Hijos míos, quiero que sepan que siempre estoy pensando en cada uno de ustedes y que por las noches mojo mi almohada con sólo pensar que lo único que tengo son ustedes. Me dan una inmensa alegría, que no cabe en mi pecho. Cada uno de ustedes es mi mejor orgullo.
                         También quiero decirles que yo soy el único puente que tengo que tener en cuenta, que soy un puente que no debe quebrarse. Yo les doy mi palabra de madre que continuaré siempre adelante y me mantendré de pie porque soy una guerrera que aprendió a luchar; quizás antes fui un poco cobarde por no afrontar la realidad. Hoy muero por abrazarlos muy fuerte.
                          Hijos, los amo y siempre estaré con ustedes. Los amo.
                         
                          Mami
                                                                             
  Esperanza 
Establecimiento Penitenciario Femenino