martes, 2 de julio de 2013

Más sobre Educación en Finlandia...


Acudí a una conferencia de Pasi Salhberg, funcionario del Ministerio de Educación de Finlandia, realizada en la Escuela de Educación de Harvard a buscar algunas respuestas: ¿el éxito del sistema educativo finlandés es tan solo una expresión de sus valores como sociedad o fue el resultado de una decisión política explicita?

“Finlandia nunca ha aspirado a tener el mejor sistema educativo del mundo”, fue la frase con la que inició la presentación Salhberg. El objetivo que se trazó Finlandia fue más bien “la mejor escuela para cada niño”. Lo que podría parecernos una sutil diferencia de eslóganes marketeros, es en realidad la columna vertebral de su propuesta. Y es que renunciar a que la calidad de tu sistema educativo se mida de una forma homogénea (como si los niños fueran productos de fábrica) en relación al club de países desarrollados te hace libre. “La mejor escuela para cada niño” tiene dos consecuencias muy potentes. La primera es sobre la equidad; priorizas tus esfuerzos en el niño con más obstáculos para aprender: el que viene de un hogar con padres con poca educación,  el que no tomó desayuno esa mañana o el que tiene problemas de concentración. La segunda es que personalizas la educación a las habilidades y potenciales de cada niño, quien compite contra sí mismo y no contra su compañero de carpeta. Las implicancias operativas de esta propuesta son desbordantes: en secundaria por ejemplo, cada niño tiene un plan de estudio personalizado. Salhberg lo resumió muy bien: “En Finlandia los niños no se preparan para la escuela, es más bien la escuela la que se prepara para los niños”.
Una convicción adicional lleva a que los finlandeses tengan, sin desearlo, el mejor sistema educativo del mundo: “es mejor prevenir antes que remediar”. Lo aplican en dos ámbitos claros: en la inversión en primera infancia y en la selección de sus docentes. El caso de los profesores es destacable. Para ser profesor de educación básica solo hay un camino: cursar uno de los 8 programas de maestría disponibles. En el 2012, la Universidad de Helsinki recibió 2000 aplicantes para solo 120 posiciones. La clave de este proceso de selección, además de la rigurosidad  que exigen en las pruebas de conocimiento, es identificar a los candidatos que tienen una auténtica motivación y que quieren asumir con responsabilidad e hidalguía la preciada misión de encargarse de educar a un niño.  A diferencia de las agendas de muchos países en desarrollo, inventarse metodologías para medir el desempeño docente no es un tema que les quite el sueño; ellos ya se aseguraron que sus docentes sean los mejores.
Este profesionalismo en la provisión del servicio educativo lleva a que los finlandeses clasifiquen a la escuela como la segunda institución pública más confiable (después de la Policía). Este círculo virtuoso donde la escuela asume con responsabilidad el reto de educar a los niños y la sociedad valora este esfuerzo también ha liberado de su agenda la implementación de mecanismos de vigilancia y rendición de cuentas.
Al final de la conferencia me di cuenta de que la pregunta que quería resolver estaba mal planteada: el éxito del sistema educativo finlandés no se puede explicar por caminos excluyentes (sociedad o burocracia). El sistema educativo finlandés no es solo el resultado de una burocracia eficiente, sino de la apuesta de la sociedad porque las escuelas sean el espacio donde el niño se quita de encima las taras que no eligió y que afectan su desarrollo. La escuela es el espacio donde el niño se libera de la situación de pobreza del hogar o del bajo  grado de educación de la madre.  Es el espacio donde desarrolla su potencial como ser humano. Sin lugar a dudas, esta obsesión con la equidad decanta en una mejora en la calidad del sistema.
Situación muy distinta a lo que sucede cuando un niño nacido en la sierra rural  de Huancavelica acude al colegio. El sistema educativo peruano le recuerda todos los días dónde nació. Nació en medio de la pobreza, y por eso solo el 4.12% de los niños que estudia como él en una escuela pública rural alcanzará los logros requeridos en matemática[2]. Y mi impresión, a juzgar por el rebote de la última Evaluación Censal de Estudiantes, es que los peruanos parecemos estar de acuerdo con eso.

Escribe María Antonieta Alva Luperdi, estudiante de maestría de la Escuela de Gobierno de la Universidad de Harvard.


[1] Su página web es altamente recommendable http://pasisahlberg.com/
[2] Evaluación Censal de Estudiantes 2012. Ministerio de Educación.



EL ESTADO COMO GARANTE DE LA IGUALDAD DE OPORTUNIDADES

Finlandia, un modelo educativo exitoso

El hecho se puede explicar tranquilamente por las leyes naturales y no necesita ser atribuido a la intervención divina. Aun así, lo sucedido en Finlandia sigue siendo calificado como «milagro», más por pereza semántica que por razones ajustadas a los términos de la Real Academia Española.
El país europeo, vecino de Suecia, Noruega, Rusia y Estonia, tiene unos 5,5 millones de habitantes en una superficie apenas más grande que la provincia de Buenos Aires. En esas tierras ocurre un fenómeno que deslumbra a naciones europeas y de otros rincones más alejados del mapa: la educación en Finlandia ocupa los más altos estándares de calidad del mundo, es totalmente pública, tiene una brecha nula entre los sectores más pobres y ricos de la sociedad, aporta conceptos novedosos para el rol del docente, otorga amplias libertades para el desarrollo del alumno y representa, más que cualquier otra actividad, la eficacia del Estado moderno. Pashi Sahlberg, uno de los exponentes del Ministerio de Educación finés, lo resume así: «La educación es percibida como un derecho humano básico para todos y por eso está protegida en nuestra Constitución. Como país, necesitamos que nuestros niños, todos ellos, tengan acceso a buenas escuelas y buenos maestros. Nuestro objetivo básico es que la educación sirva como instrumento para la igualdad social». Las cifras no lo desmienten. Midiendo a los sectores más bajos y más altos de la población en materia de aprendizaje escolar, la diferencia de nivel entre unos y otros es apenas de un 5%.
Finlandia muestra sus logros en las aulas a través de los exámenes PISA (Program for International Student Assessment o Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos), un método de evaluación de conocimientos que desde hace una década, cada trienio, realiza la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) entre sus 62 países adheridos, Argentina incluida. Cierto es que este método de evaluación tiene sus críticos, que entre otras cuestiones lo acusan de tomar en cuenta solo un análisis cuantitativo al tiempo que se le cuestiona ser el instrumento para que la OCDE elabore un ranking que luego aplicarán el Banco Mundial, el BID y el FMI. Pero es la única institución internacional que aporta algún dato corroborable para sopesar entre las diferentes variables que se toman en cuenta en el ámbito educativo.

Resultados medibles

Los resultados en este sentido mostraron que el país nórdico era más que una gigante usina de tecnología para telefonía móvil y explotación de bosques: las pruebas ubicaron a Finlandia en los primeros puestos en el área de matemática, ciencias naturales y comprensión de lectura. El último análisis (2009) mantiene a los estudiantes fineses en el podio, apenas superados por compañeros de China, Corea del Sur y Hong Kong. «¿Cómo hacen?», se preguntaban en el Viejo Mundo y cruzando el océano Atlántico, en América. El logro, incluso, contradecía algunos cánones inscritos a fuego en la burocracia de instituciones como la OCDE, ya que es el Estado el protagonista de tal odisea y no los centros privados de formación. Sahlberg replica con fundamento y sencillez: «La mayoría de las escuelas en Finlandia son buenas y no hay necesidad de escuelas privadas. Consideramos imprescindible invertir en crear más y mejores escuelas públicas, con niveles equitativos, donde la necesidad de escuelas privadas como sustitutas de establecimientos públicos desaparezca. Utilizar la educación privada para solucionar problemas de baja calidad y desigualdad en la transmisión de conocimientos, a nuestro criterio, empeora las cosas». De conferencia en Estados Unidos, el funcionario de la cartera educativa finés defendió su modelo: «Ustedes –dijo– tienen políticas de educación orientadas en el concepto de “ser el mejor”, estableciendo de este modo quién está arriba y quién está abajo. Nosotros no somos así».
¿Cómo son? Son previsibles. Las políticas educativas y los programas curriculares fueron discutidos apenas terminada la Segunda Guerra Mundial y hasta 1970, donde se establecieron las bases para el actual modelo. Hace veinte años trasladaron a la órbita municipal todas las escuelas, pero con los fondos necesarios para su funcionamiento. Buscaban un seguimiento directo y sin obstáculos de la gestión escolar. La semilla que plantaron entonces está floreciendo hoy. El rol de los «jardineros» es primordial. Los maestros son formados en once universidades. Se los elige a través de un exhaustivo proceso de selección. Sólo en la Universidad de Helsinki, 2.400 postulantes se anotaron en 2011 para cubrir 120 puestos, una proporción que en la práctica vuelve más difícil ingresar a la carrera docente que a, por ejemplo, Derecho o Medicina. Como parte del seguro social, un aspirante a lucir el guardapolvo blanco tiene derecho a un subsidio estatal para sus gastos de manutención y vivienda. Se les otorgan 259 euros mensuales para gastos de estudio y 200 euros para solventar el alquiler de una casa. El Estado también brinda la oportunidad de que los maestros amplíen su formación capacitándolos de manera gratuita en carreras de posgrado. Un docente pasa, promedio, cuatro horas por día en el aula y se les paga dos horas extras más para que las dediquen a su desarrollo profesional. Cada curso no tiene más de 20 pupitres, propiciando un contacto más estrecho entre el educador y el alumno. Reijo Laukkanen, del Consejo Nacional de Educación, asegura: «Le damos mucha libertad, y eso es fundamental para la motivación del cuerpo de profesores. En comparación con otros trabajos, admitimos que tal vez no estén bien pagos, pero gozan de un gran reconocimiento social». Repasando la lista de salarios básicos de un maestro primario, Estados Unidos ocupa el puesto nueve, España está décima y Finlandia, decimoquinta. Aunque el presupuesto del gobierno finés destina un 14% de los fondos al área educativa, índice muy superior al de otros países desarrollados del mundo.




Carrera difícil

Dentro de las aulas, la estrategia pedagógica tiene nociones sorprendentes. En Corea del Sur, el país que hoy por hoy ocupa el segundo puesto en calidad educativa, los alumnos reciben unas 50 horas semanales de clase. En Finlandia, 31. Más tiempo no representa, se ve, mejores resultados. La educación es obligatoria de los 7 a los 16 años. Se entiende al jardín de infantes y a la etapa preescolar como un ámbito orientado a que el niño despierte sus aptitudes, sus habilidades, su curiosidad. En esa etapa, tienen un día dedicado íntegramente a una disciplina (música, deportes, arte, lengua y matemática), pero los chicos sólo trabajan de mañana, la tarde es reservada para jugar.
La etapa primaria tiene regímenes pautados con espacios entre clase y clase: cada una dura 45 minutos, con un recreo de 15 entre cada una. Hasta los 9 años, los alumnos no son evaluados con notas. Recién a esa edad se los examina por única vez, pero no con cifras numéricas. Y el sistema rige durante dos años. Dice Hannu Naumanen, director del colegio Pielisjoki: «No se puede forzar a los alumnos, es necesario darles posibilidades diferentes para aprender, cada cual a su tiempo». Las autoridades creen que en esa etapa inicial del aprendizaje, una calificación genera angustia y sufrimiento. Por eso optan por un método no tradicional que, sin embargo, no le resta información a las familias, que reciben un reporte semestral de la evolución de sus hijos. Las notas expresadas en cifras se otorgan recién cuando el chico cumple 13 años. En el nivel secundario, los exámenes se realizan a lo largo de una semana cada seis de clase. En ese período los alumnos son evaluados diariamente, a lo largo de tres horas. En compensación, quedan libres después del mediodía.
Matti Meri, docente de la Facultad de Pedagogía de Helsinki, afirma sobre la metodología del sistema que «el ser humano tiene que ser capaz de fijarse sus propios objetivos y, después, ser capaz de evaluarse. Hay que volver a los chicos responsables de su propia vida desde el principio, que aprendan a no delegar en la sociedad la responsabilidad de sus actos». Pashi Sahlberg complementa los pilares de la propuesta educativa. «Desalentamos –sostiene–que el maestro mande tarea para el hogar. Nos parece una violación de los derechos del niño a ser precisamente eso, niños. Los primeros años de formación no pasan por el éxito académico. Se trata de que los chicos estén preparados para aprender y encontrar algo que los apasione».

Largo plazo

Finlandia tiene actualmente un gobierno de derecha. Es una democracia parlamentaria, con dos mujeres que ocupan los puestos más altos de conducción: Tarja Halonen es la presidenta y Mari Kiviniemi, de 41 años, la primer ministro. La cuestión de género está ligada con el concepto que allí tienen de la educación, asegura Jari Jokinen, representante del país ante la Unión Europea: «Es una cuestión de cultura, de reconocimiento histórico. Finlandia fue el segundo país del mundo y primero de Europa en permitir el voto femenino. Las mujeres siempre tuvieron una activa participación en nuestra sociedad, y son ellas las que entienden mejor que nadie que a sus hijos les irá mejor si estudian, por eso empujan y participan en la vida política para que nuestro nivel de enseñanza se mantenga».
Mantenerse parecería ser la palabra clave. Es que el sistema educativo finés ha resistido a los cambios ideológicos y partidarios de las sucesivas administraciones. El concepto de unificar objetivos duraderos dio aquí resultado. Lo señala así Tom Riiho, de la Universidad de Helsinki: «Mantenemos nuestro rumbo por encima del debate político partidario. Las instituciones deben perdurar más allá de las agrupaciones políticas que gobiernen. Y es necesario que el funcionamiento del Estado esté consensuado por todas las partes involucradas, impulsado por la participación de una sociedad civil activa, diversa y plural».
Los postulados parecerían sólo formales, de ocasión, si no estuvieran respaldados por hechos concretos. El «milagro» finlandés se exhibe al mundo sostenido por una consigna propia de tal definición: ver para creer.

Diego Piestrafesa
Acción es una publicación quincenal del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (I.M.F.C.), fundada el 1° de abril de 1966, entidad que nuclea a bancos cooperativos de la Argentina. www.acciondigital.com.ar/


Así lucha Finlandia contra la corrupción (y no lo hace España)


Finlandia ha sido reconocida internacionalmente como la nación menos corrupta del planeta, una parte de ese logro recae en la estricta moralidad imperante en el país, a pesar de ello, y para facilitar la transparencia, también cuenta con un conjunto de principios enfocados a evitar el abuso de poder y que son insólitos en la cultura española. Esta es la manera con la que Finlandia lucha contra la corrupción:

PRIMERO: En Finlandia cualquier compra que realicen las Administraciones Públicas, desde un edificio hasta un bolígrafo, ha de estar ejecutada a precios de mercado e incluir, necesariamente, tres ofertas de proveedores distintos, para poder elegir la más baja. No es legal, admisible ni justificable el pago de 100 euros por un cartucho de impresora o de 1000 por una silla aunque las facturas sean correctas. Ejemplos ambos acaecidos en España y que la justicia no pudo castigar.

SEGUNDO: Principio de transparencia total de las Administraciones públicas. Cualquier decisión tomada por un funcionario público dentro del desempeño de su profesión (excepto las relacionadas con la seguridad) puede ser conocida por el resto de ciudadanos. Nadie puede negarse a satisfacer las necesidades de información no solo de los periodistas sino de los votantes. Debido a ello actuaciones contra esa norma (como ésta) son no solo contrarias a la ética sino ilegales.

TERCERO: Principio de transparencia total en las cuentas de los ciudadanos. Los fineses pueden saber cuales son los ingresos declarados de todos los residentes en el país, ya se trate de una persona que cobre el desempleo, del artista de mayor éxito de la nación o del CEO de Nokia.
El equivalente peninsular permitiría conocer las cuentas no solo empresariales sino personales de Emilio Botín, Arturo Pérez Reverte, Felipe González, José María Aznar, Adolfo Domínguez o cada uno de los vecinos de Madrid.

CUARTO: Ausencia de alcaldes: El gobierno de los municipios en Finlandia recae en "City managers", es decir, en funcionarios públicos con experiencia en la administración de entidades de esa índole. Así pues el ciudadano puede distinguir con claridad que la persona al mando es alguien supeditado a los votantes y que puede ser despedido o reemplazado por el Consejo municipal (el órgano elegido en las urnas y que ostenta la soberanía popular). Helsinki es la excepción a este modelo.

QUINTO: Ausencia de cargos de designación política: En Finlandia los secretarios de Estado son funcionarios de carrera que alcanzan el puesto superando pruebas objetivas en lugar de por designación partitocrática. En 2005 se realiza una remodelación del sistema para permitir a las organizaciones políticas el poder elegir a los Secretarios de Estado, aun así muchos de ellos siguen siendo en la actualidad trabajadores públicos ascendidos por méritos propios.

SEXTO: Estructura de poder colegiada: La corrupción se extiende con mayor facilidad cuando el poder se concentra solo en un individuo, es por ello que en Finlandia se promueve la toma de decisiones mediante el debate y el consenso. Al igual que el órgano político principal de las ciudades es la Asamblea popular (el alcalde solo es un trabajador público) el Consejo de ministros tiene mayor capacidad de poder que el Presidente de la República.

SÉPTIMO: Principio de acceso libre al poder. La posibilidad de convertirse en un miembro de alto rango de la administración y los ministerios fineses no recae en una élite intelectual formada en Instituciones de enseñanza concretas (como en Francia) tampoco en personas que puedan atraer la inversión de diferentes empresas para sufragar sus campañas (ejemplo de Estados Unidos) o en ciudadanos adscritos a organizaciones políticas que ascienden por los méritos internos dentro de su partido (caso español). En Finlandia los puestos son cubiertos por funcionarios públicos (siguiendo un baremo meritocrático) y cuya carrera está abierta a todos los fineses. El país evita, por tanto, tener que acudir a un modelo como el de España dónde los cargos de libre designación del gobierno (elegidos ideológicamente) reciben 200.488 euros anuales y se multiplican de manera oscura por todas las administraciones.


OCTAVO: Principio de proporcionalidad en el castigo. La cuantía de las multas por violar las normas suele ser proporcional a los ingresos de los individuos y las empresas. En 2001 Anssi Vanjoki, alto ejecutivo de Nokia, fue considerado culpable de conducción temeraria por romper los límites de velocidad a los mandos de su Harley Davidson imponiéndosele por ello una multa por el equivalente a 104.000 dólares de la época.  Este principio de proporcionalidad en el castigo, junto a la marca social que lleva el estar envuelto en un caso de corrupción, actúa de forma extremadamente disuasoria ante posibles tentaciones para cruzar el límite de la legalidad

DASHIELL
EL SENTIDO DE LA VIDA, ALREDEDOR DE EUROPA
dashiell@elsentidodelavida.com



Xavier Melgarejo:

"La escuela finlandesa está abierta y al servicio de la comunidad, aquí todo son puertas cerradas"
"Todo está pensado para que los estudiantes de magisterio reciban una formación de máxima calidad, por eso la profesión está tan valorada socialmente"

"En Finlandia la descentralización es tan grande que el 90% del currículo se elabora municipalmente, pero para hacer eso tienes que formar a los maestros para que puedan crear contenidos y confiar en ellos"

"El 80% de las familias finlandesas van una vez a la semana a la biblioteca a leer"


Cuando se analizan los sistemas educativos, a menudo Finlandia aparece como la referencia, por su presencia continua al frente de los informes PISA de la OCDE. Pero ¿cómo lo hacen para obtener los mejores resultados del mundo? Xavier Melgarejo, licenciado en Psicología y doctorado en Pedagogía, se ha dedicado voluntariamente durante más de una década a descubrir las claves del éxito del sistema educativo finlandés. Desde su despacho en la escuela Claret de Barcelona, ​​centro del que ha sido el director, Melgarejo intenta que sigamos el ejemplo de Finlandia.
La primera pregunta es obligada. ¿Cuál cree que es el secreto de la excelencia en los resultados de los alumnos finlandeses?
La fórmula del éxito del modelo finlandés es muy compleja, pero si me tuviera que quedar con un factor, sería sin duda la brillante formación y selección de su profesorado. Por eso van por delante de todos los demás países, no sólo del nuestro.
¿Qué pasos debe seguir un estudiante para ser maestro?
Para empezar, tener una media del bachillerato y de la reválida superior al 9 sobre 10. Luego, cada facultad hace tests y entrevistas personales, y además de valorar el rendimiento miden también el grado de sensibilidad. Por muy brillante que sea el alumno, si no ha estado nunca en un grupo de ocio o no ha hecho nunca de voluntario en una red de apoyo a inmigrantes, por ejemplo, es probable que no lo seleccionen. Sólo en torno a un 6% de los aspirantes entran en las facultades de magisterio, porque una cantidad enorme de jóvenes quieren ser docentes.
Y después de la selección, ¿como son los estudios?
Tienen muchos más créditos. Se realizan alrededor de 6.000 horas de estudio, el triple que en España. Además, tienen que hacer una tesina y unas prácticas en escuelas de alta calidad donde el profesorado que trabaja en ellas es el mejor del país. Por lo tanto, todo está pensado para que los estudiantes de magisterio reciban una formación de máxima calidad. Por eso la profesión está tan bien valorada socialmente. Es un honor ser maestro, en Finlandia.
Aquí el profesorado está en pie de guerra con la Administración, tanto la catalana como la central.
Aquí los docentes luchan mucho, hacen grandes esfuerzos. Con las condiciones adversas actuales, es sólo gracias al profesorado que el fracaso escolar no es todavía más elevado. En Finlandia el abandono escolar, a pesar de haber crecido bastante en los últimos años, no llega al 9%, mientras que aquí supera el 25%. Y la política aquí tampoco ayuda, claro.
¿En Finlandia hay consenso en torno al sistema educativo, o también se cambia la ley en función del color del partido de Gobierno?
Hay un consenso tan grande que, sólo el currículo, se retoca cada diez años. Y las leyes duran mucho más porque se aprueban con los dos tercios del Parlamento. Las tocan aproximadamente cada treinta años. Si no hay un pacto de Estado, la educación está en crisis, porque el profesorado está desconcertado.
Con el nuevo anteproyecto de ley que prepara el ministro José Ignacio Wert, ¿nos acercamos o nos alejamos del sistema finlandés?

Ni lo uno ni lo otro. Según la OCDE, en este siglo habrá seis escenarios de sistemas educativos. Uno de ellos será el burocrático, y actualmente el sistema español tiene en un 80% los rasgos de este modelo: la escuela debe responder a todos los problemas de la sociedad (desde la educación vial hasta la sexual) con un currículum muy centralizado. Además, la educación debe abarcar todas las etapas del niño, desde la infantil hasta la postobligatoria. La principal característica de este modelo es la igualdad. Ahora lo que quiere hacer el PP con la LOMCE es virar hacia el modelo llamado de mercado, que tiene cosas buenas, como el hecho de favorecer la innovación, pero que rompe con la igualdad. En este escenario, la escuela debe servir para producir trabajadores adaptados al mercado, ya no puede estar aislada como hasta ahora.

Y el modelo finlandés, ¿cerca de qué escenario se encuentra?

Está entre los llamados "Corazón de la comunidad" y "Comunidad de aprendizaje". Entiende la escuela como el corazón de la comunidad, un motor social, un centro cultural, el lugar más importante del pueblo y allí donde se destinan los primeros recursos. Todas las escuelas son públicas y están abierta y al servicio de la comunidad: los padres pueden participar, se pueden formar para ayudar, hay actividades extraescolares, los ordenadores quizás están al servicio de todos los ciudadanos... Las puertas de la escuela están abiertas. En cambio aquí todo son puertas cerradas. Las características principales de este modelo son la equidad y la calidad.

Explicaba que en nuestro modelo el currículo está muy centralizado. Si se aprueba la LOMCE, el 100% de los contenidos de las asignaturas troncales los elaborará el Ministerio.

En Finlandia la descentralización es tan grande que el 90% del currículo se elabora municipalmente. Creen que quien debe adaptar los contenidos debe ser la gente más cercana a la comunidad. Pero para hacer eso tienes que formar a los maestros para que sean capaces de crear contenidos. Y confiar en ellos. En Finlandia no hay inspectores de educación. Y serían impensables, como quiere aprobar el ministro, reválidas elaboradas por el Estado en primaria.

Uno de los argumentos a favor de estas evaluaciones es que servirá para detectar pronto las dificultades de los alumnos y así evitar el fracaso escolar.

No me parece mal. En Finlandia el fracaso también se combate desde el inicio. Pero el problema es que, una vez se detecte, ¿cómo se actuará? Porque recursos no hay. Además, ¿el profesorado está preparado para gestionarlo? Si en clase tienes un niño con TDA, otro que tiene dislexia, uno con problemas auditivos... y no tienes recursos extra, ¿qué haces? Es un desastre. Sobre todo, con las ratios que tenemos aquí.

¿Cuántos alumnos hay en las aulas finlandesas?

Unos 15 o 16 niños por aula. Y cuando hay alguno con problemas graves, como autismo, por ejemplo, sólo hay diez. Y teniendo en cuenta que el alumno que tiene estos problemas cuenta con apoyo especial.

Y el fracaso, pues, ¿cómo se combate?

A la que ven que un alumno tiene dificultades, le destinan todos sus recursos: logopedas, psicólogos especializados... Hace unos días escuché al embajador de Finlandia en Madrid que decía que su hija había tenido dificultades en un curso inicial de matemáticas. Le buscaron un pedagogo específico en la materia y, en tres sesiones, le desbloquearon el problema. A veces se trata de que alguien entienda cómo afrontar el problema desde el inicio.

¿No es cuestión de trabajar más horas?

En primaria, en Finlandia hacen 608 horas lectivas, mientras que en España, 875. Así que no hay una correlación entre el número de horas lectivas y éxito escolar.

Y aún sabiendo que la mejor solución para combatir el fracaso escolar es atacarlo desde el principio, en Finlandia los niños y niñas no se escolarizan en la etapa infantil. ¿Cómo es eso?

La etapa infantil es importante, pero tampoco es determinante. Al menos en Finlandia lo ven así. Quizás aquí es mejor que los niños y niñas vayan a la guardería por cuestiones de equidad, especialmente cuando las familias tienen dificultades económicas o déficits culturales.

Y si no apuestan por la educación infantil, ¿cómo es que desde pequeños ya lideran los rankings de PISA?

Una de las razones, como siempre, es que el profesorado está muy bien formado. Y la otra es que, en contra de lo que dicen muchas corrientes actuales, los finlandeses creen que por razones neurológicas la lectura y la escritura se aprenden mejor a la edad con la que entran en la escuela, alrededor de los siete años. Y a los nueve años ya son primeros del mundo en comprensión lectora, cuando nosotros o los franceses o muchos otros llevan años trabajando...

Así pues, ¿apuestan por la comprensión lectora?

Sí. Para ellos es un pilar fortísimo, y en ello la familia ayuda mucho. Todos leen en casa. Allí tienen el mayor número de libros y bibliotecas por habitante del mundo, y el 80% de las familias van una vez a la semana a la biblioteca a leer. Toda la comunidad presiona a los niños para que se acerquen a la lectura. Por ejemplo, la televisión es subtitulada. Los niños miran los dibujos animados y ¡se esfuerzan en leer para saber qué dicen!

Subtítulos aparte, ¿por qué cree que esto aquí no pasa?

Es complicado. Ellos tienen desde pequeños este modelo de lectura como un vector de crecimiento personal y de igualdad. Creo que en España y en Catalunya la formación personal no es un valor central del país. Aquí lo que cuenta es ganar dinero, hacerse rico, y no enriquecerse humanamente. Que a algunas reuniones de padres, en clases de 25 niños, se presenten sólo siete, es un fracaso de nuestra sociedad. Un reflejo de nuestra comunidad.

Tampoco ayuda el nivel de pobreza infantil, que supera el 20%. ¿Cuál es la situación en Finlandia?

Antes de la crisis era de entre un 4 y un 5%, y ahora ronda el 9%. Pero el grado de ayudas que hay allí no se puede comparar. En Finlandia las becas comedor no existen: todo el mundo tiene que comer en la escuela, y lo paga el ministerio de Bienestar Social, para evitar que el niño se vaya a comer a casa y se encuentre la nevera vacía, que es lo que pasa en muchas casas aquí, una catástrofe. El material escolar y los libros también son gratuitos, aunque si los pierdes los tienes que pagar. Lo que hace la Administración finlandesa es dar dinero a la dirección del centro, y el director decide cómo distribuirlos concretamente. Ahora bien, ¿qué ocurre si el director lo hace mal?

Usted dirá. 

Pues que el alcalde tendrá que despedirlo. Porque si no en las próximas elecciones el que se tendrá que ir será el alcalde. La gente verá que la escuela no funciona, y son sus hijos, ¡su patrimonio más preciado! Y no lo votarán.


Xavier Melgarejo. / Carmen Secanella
eldiario.es


Sistema educativo finlandés versus español
por Oscar del Barco
LETRAVIVA
Blog del I.E.S. Sierra de Guadarrama

En su excelente artículo, fruto de 13 años de tesis de Javier Melgarejo (ver documento completo), compara en profundidad las diferencias que hacen que el sistema educativo español sea tan deficiente con respecto al sistema educativo finlandés (uno de los mejores, sino el mejor del mundo). Este es un pequeño extracto de algunos de los datos más relevantes:

- Los chavales no empiezan a leer hasta los 7 años, pero en dos años ya leen mejor que los nuestros.
- En todas las clases de 1º de primaria los niños aprenden el abecedario cantando mientras el profesor toca algún instrumento musical.
- En Finlandia se da por hecho que no sólo se educa en los centros oficiales, y que no sólo es válida la educación oficial. La familia es igual de importante así como la propia sociedad.
- El sistema social defiende y se basa (y por lo tanto su sistema educativo lo perpetúa) en el Estado del Bienestar y no tanto en la competencia, el libre-mercado y el neoliberalismo.
- Tienen claro que el valor de las personas se basa en lo que son y lo que hacen, no tanto en lo que tienen.
- Son plenamente conscientes de que esto se consigue con el trabajo y la ayuda de los demás.
- Para los finlandeses la familia es lo primero (y no tanto la rentabilidad económica de su trabajo) y apoyan su estado del bienestar masivamente. La conciliación trabajo-familia es esencial.
- Las instituciones tienen como criterio ser accesibles a todos. Aquí la burocracia es interminable y obstaculizadora.
- Las instituciones públicas funcionan por criterios de no-rentabilidad (económica) y deben estar aseguradas por el Estado.
- La igualdad de oportunidades y el libre acceso favorecen el que si algún ancestro tuyo nació pobre tu no estés condenado a tal suerte.
- La pobreza en Finlandia está asociada a varones solteros. En España a mujeres con hijos o personas a su cargo.
- En Finlandia el 4% de los niños viven en situación de pobreza, en Suecia el 2%, en España el 12%
- Las ayudas son especialmente dirigidas a madres con hijos, para impedir que dependan exclusivamente del trabajo privado y abandonen sus obligaciones educativas para con sus hijos.
- Los p/madres son ávidos lectores y ven considerablemente menos la televisión, sus hijos en consecuencia les imitan.
- El 55% de los p/madres creen que la familia es más responsable que la escuela de la educación de sus hijos. En España el 15%.
- Sus bilbiotecas son de libre acceso (ni carnet ni gaitas) y tienen 4 veces más libros.
- Las películas no se traducen, con lo que los niños aprenden más rápido idiomas y aprenden a leer más rápido al estar éstas subtituladas.
- Las ofertas de apoyo social son a elegir y son de 3 tipos:
    · 1- La madre recibe una ayuda para cuidar ella misma de sus hijos.
    · 2- Los niños acuden a casas de cuidado familiar con 4 o 5 niños como máximo y con los pertinentes controles sanitarios y sociales.
    · 3- Guarderías municipales que dependen del Ministerio de Asuntos Sociales, no del de Educación.
- El gobierno considera la supervivencia cultural y económica de su nación en base a una sociedad del conocimiento.
- Existen pocos colegios concertados y el estado paga por cada alumno la misma cantidad sea de un público o de un concertado.
- Pese a que su comprensión lectora (que posibilitará la autoformación futura) es excelente tienen menos horas de lengua que en España.
- El número de horas que se destinan entre los 7-14 años es la menor de todos los países de la OCDE.
- La disciplina es muy alta, se mandan deberes y se potencia el esfuerzo.
- La ratio alumno-profesor es menor que en España.
- Se llegan a tener dos profesores por aula y se come gratuitamente una vez al día.
- Los niños tienen médicos y enfermeras escolares. Son el futuro y por lo tanto la prioridad.
- Los mejores docentes se destinan a la primaria.
- Se centra el gasto de recursos en la primaria, no en la secundaria o terciaria como aquí. Es entonces cuando el niño desarrolla sus principales habilidades.
- Los profesores y maestros son escrupulosamente escogidos en base a su capacidad educativa y su grado de sensibilidad social.
- Las notas medias de los futuros profesores en bachillerato y selectividad deben superar el 9.
- Se valora si los aspirantes han participado o no en actividades sociales, voluntariado, etc. Un profesor sin sensibilidad social ¿para qué quiere ser maestro?
- Las universidades de formación de profesorado hasta finales de los 80 hacían 4 pruebas: entrevista, reusmen de una lectura de un libro, explicación ante una pequeña clase y demostrar aptitudes artísticas (plásticas o musicales).
- En los años 90 se añadieron 2 pruebas más orientadas a las competencias matemáticas y tecnológicas.
- Son necesarias otras propiedades que, según dicen, “se tienen o no se tienen”: capacidad de comunicación, actitud social y empatía.
- Dichas propiedades les aseguran que quienes trabajen con niños no tengan dificultades emocionales, así como un menor peligro de problemas psicológicos por parte de los profesores en el futuro. En España esto no se hace excepto en los 15-30 minutos de la encerrona en las oposiciones.
- Si los futuros profesores tienen que tener medias de 9 o más, los formadores en la universidad de éstos tienen unos expedientes y capacidades aún superiores.
- En Finlandia la pedagogía y la didáctica ocupan 10 veces más tiempo que en España. 1400 horas impartidas por auténticas eminencias frente a las 140 dadas en España.
- Los profesores de prácticas, cobran un suplemento por ello y están en pleno contacto con la universidad formadora, aprendiendo a trabajar en los centros mejor dotados.
- A los maestros y profesores se les exige una tesina obligatoria en el que condensen sus conocimientos e investigaciones. Aquí un trabajo que pasa de mano en mano, al que se le cambian los datos y poco más.
- Se fomenta la autoevaluación y el trabajo en grupo, en el futuro pocos serán los que trabajen solos y no dependan del juicio de otros.
- Los directores reciben una formación específica y eligen a sus trabajadores. No hay oposiciones, para eso están las universidades de formación. En España se ningunea a éstas con las oposiciones, pese a su elevado coste para las familias que pagan las matrículas.
- En la universidad española la tasa de abandono es del 50% (por lo tanto es una formación que no ha salido más cara que la inversión previa) en Finlandia del 17%
- No existe la inspección educativa, el sistema controla su calidad durante el proceso de formación, previniendo y no a posteriori malcurando.
- El salario de los profesores es parejo al español, pero los de secundaria y primaria cobran lo mismo. Tienen un poder adquisitivo medio-alto en comparación con el resto de la sociedad.
- Los finlandeses piensan que el profesor es como el molde, si el molde es excelente las copias serán mejores que si es mediocre.

En resumen, básicamente los finlandeses perciben la formación del ser humano como un fin a conseguir, no como un medio para generar excedentes económicos que no repercuten en el bienestar social.