Así venimos constatando los docentes de
Primaria y Secundaria que ejercemos desde hace muchos años en los diversos
Establecimientos Penitenciarios del país.
Primero ocurrió el imprevisto traslado del
CNR masculino que funcionaba en el ex Hospital Musto hacia el derruido edificio
de la Cárcel Femenina, en la zona de Tres Cruces. (En realidad fue una especie
de trueque: las mujeres pasaron a alojarse luego en Colón).
Después, fue clausurada Cárcel Central.
Pocos días después, fue disuelto el CNR
masculino recién mencionado.
“No escapa a nuestro conocimiento” que el
Área Educativa fue, es y será una estructura institucional inserta en otra, de
diferente perfil, objetivos, intenciones y actos. Pero tampoco perdemos de
vista en ningún momento que, como ciudadanos/as
y trabajadores/as del mismo sistema, tenemos derecho a ser
respetados/as, siquiera en lo que atañe a una mínima información acerca de la
realidad en la que interactuamos.
En ninguno de los tres casos se nos
plantearon razones - ni aparentes ni falsas ni medianamente sensatas-, es
decir, las autoridades esgrimieron un procedimiento despojado de toda ética,
justamente con quienes se supone estamos representando las formas más depuradas
de la ética; en otras palabras, la Autoridad reinstala la práctica del doble
discurso, la doble moral.
Y, agravando su actuación, establece una
lectura cuasi-subliminal (considerando especialmente a los sujetos actores)
traducible en forma un poco improvisada como: “aunque todo esfuerzo puede ser
destruido por motivos de interés superior y por lo tanto es inútil, hay que
montar la escena del esfuerzo de invariable final feliz. Hay que vender bien la
idea de que la cárcel rehabilita; hay que mostrar que el Estado no es
indiferente”. Una lectura que a los/las docentes nos indigna -porque es un
desenmascaramiento de la esencia del poder- pero no nos asusta porque, en
definitiva, la incertidumbre es la médula de nuestra profesión.
¿De qué asombrarnos? A principios del siglo
XX ya lo registraba Kafka. La humanidad no ha evolucionado, a pesar de los
signos políticos con los que pretendamos aliviar la situación.
Curiosamente, el autor de “Un mundo feliz”, Aldous
Huxley, dijo: “Los hechos no dejan de existir sólo porque se los ignore”. Y
esto a propósito de que, cualquiera sea el escenario que nos convoque y
cualquiera la caprichosa evaluación u ocultamiento que de los hechos se
produzca, siempre estaremos alineados con “la posibilidad de”.
Nadie podrá
atreverse a decir si éste fue el instante en que se produjo un click significativo
para algunas de las personas que aparecen en las siguientes fotos (tanto
docentes como internos). Ni siquiera la Autoridad. Pero lo hizo y desmanteló
CNR.
A pesar de la consecutiva descapitalización como
experiencia institucional de formación de jóvenes vulnerables, sean ellas un testimonio objetivo de que siempre hay que seguir atravesando esa línea
difusa que deslinda lo posible de lo imposible.
Mónica, Flavia y Sol junto al joven premiado. |
Entrega de Premios
al Grupo de Teatro
en CNR
Toda la Compañía, con familiares, amigos y docentes. |