Hubo una vez un aullido echado al viento por 500.000 gargantas en torno al Obelisco de Montevideo: !Se va a acabar, se va a acabar, la Dictadura Militar! Treinta años han transcurrido. |
Como la Historia ha
enseñado, los privilegios no serán nunca concedidos a los simples ciudadanos.
Así que, más que un privilegio, fue un acto de realismo mágico, porque nunca
llegó a concretarse esa utopía de una Democracia inclusiva.
La Dictadura Económica se
instaló con total comodidad: todos los signos políticos la han hospedado con
honores, con ominosa complacencia.