viernes, 22 de febrero de 2013

Tercera Sección de "¡Tumbera nunca... la Palabra!"








Nadie libera a nadie, ni nadie se libera solo.
Los hombres se liberan en comunión”. 
Paulo Freire






Escritura automotivada



...”Ánima escurridiza en un cuerpo de palabras”...
Luis Bravo
 De: En el contorno del espejo



  


en: Cárcel Central

Perdido


Qué sucede, 
                      cuando no le encontrás sentido a la vida;
                      cuando todo te da lo mismo;
 cuando hasta la mínima cosa te molesta;
                                                  y no lo decís;
 cuando sentís una opresión en el pecho, permanente, 
               cuando ya nada tiene razón de ser;
               cuando cada día es igual a otro;

               cuando todo esto atraviesa tu cuerpo
               -como el cuchillo de gaucho al cuello del cordero-;

               cuando ves un día la luz y diez, la oscuridad;
               cuando cae una alegría y la aplasta una tristeza;
               cuando tu alma abandona tu cuerpo;
               cuando en las noches ni sueños tenés…


¿Por qué río si no hay de qué?
¿Por qué no lloro, si hay sólo dolor?
¿Por qué proyecto? No hay mañana…

Porque estoy vivo. Y ella existe.
Existe y saldré a buscarla.
Y cuando la encuentre, que no me abandone más le pediré,
que el vacío es tan grande,
que el eco del dolor llena su espacio,
 que una mano de piedra presiona este hueco,
 y no late, no late el corazón. Rara sensación.
                                      
Porque estoy vivo y ella existe
en busca de mi alma correré.
A la infancia he de volver:
                                   cuando era bella la vida.
¿En qué pliegue me perdí?
¿Quién la línea del camino borró?

                                              Tal vez fui yo.

Saldré a buscarla.
Saldré a buscarme.
Y latirá, latirá, mi corazón.


 Tuma




Sentimientos

Se dice de mí
que tengo el corazón hecho de acero,
que es tan frío como témpano de hielo,
que quiebra todo lo que a mí se acerque
y que con indiferencia miro los cristales rotos.
Pero sólo son apariencias.
Dicen que mi corazón es de acero porque sobreviví.
Endurecido, congelado, sí,
porque de mi amor lo alejaron, les contesto yo.
Endurecido late, te digo, amor,
y su cáscara deshace para recibirte a vos
este hombre sensible y constructor
que hoy soy por vos.

 Tuma






Reconstrucción



La tristeza se instaló en mi corazón. Nuestra distancia es infinita.
Mi alma te reclama como la sequía a la lluvia.
Si las lluvias llegaran, florecería la tierra;
si llegaras tú a mi alma, hoy sería primavera.
Te extraño tanto, amor; necesitarte es agonía...
Esos días tan lejanos, esos placeres ya soñados,
sólo días recordados, mucha esperanza, y dolor y más dolor.
Cuánto dolor te he causado, cuánta tristeza.
El tiempo perdido, perdido; incierto el tiempo futuro;
y hoy, pura esperanza...
Nada de esto recordarán nuestros hijos; jamás lo olvidaremos nosotros
porque nada material trae felicidad,
nada tiene valor si cava este abismo entre dos.

 Tuma




La Mariposa

         En un viejo barrio (ya no tan bien visto hoy por quien narra), hay quienes comentan aún la historia de un Gusanito.
         Gusanito creía ser dueño de muchos de los árboles del lugar y entonces formó varios grupos de gusanos en distintos árboles para marcar y defender su territorio.
         Los gusanos que lo rodeaban eran de similares características; tenían varias anormalidades en común : no se alimentaban de manera natural, nada de hojas ni insectos sino mentiras, drogas, alcohol, juego, violencia. Gusanito, además, se mantenía bien alejado de tierra, de la realidad. Su nido era muy peculiar: papá y mamá no conocían a su hijo aunque creían protegerlo. En parte, él era responsable porque ante todo el mundo se mostraba fuerte como un roble: jamás lo vieron sufrir, llorar o asustarse.
         En verdad, Gusanito vivía una vida terrible, triste; deambulaba sin rumbo, sin motivaciones, no se quería, se anestesiaba con todo tipo de sustancias. Un día casi se tiró desde lo más alto del árbol: no podía hacerse cargo de su realidad. Pero no tuvo coraje y entonces pensó que, robando en un árbol ajeno, su sustento, cada vez más exigente en cantidad, estaría cubierto. En el barrio, nadie se animó a comentar en voz alta las varias hipótesis surgidas a raíz de la ausencia de Gusanito.
         La verdad es que el muchacho había comenzado a transitar por el proceso del “capullo”. Estaba en la etapa del tejido. El lugar: realmente temible; había distintas clases de gusanos pero la desprolijidad, la mugre, la grisura era idéntica en cada rincón y todos, todos, marcaban territorio y cada uno de acuerdo con su código personal. Gusanito intentó lucir con armadura delante de su familia pero en la interna padeció crueles denigraciones en aquella cápsula altamente tóxica que hervía de violencia: le raparon la cabeza, le revisaban las cosas, en fin, debía estar alerta las 24 horas, actitud en la que colaboraron su oído, olfato y vista. Una noche, sentado en el piso como los otros compañeros de infortunio, cenaba nuestro personaje una frugal comida de un bols de plástico, cuando el más antiguo del grupo le ordenó que limpiara las ollas. Gusanito le respondió que lo haría al terminar de comer, por lo cual “el patrón” reaccionó enfurecido y le lanzó un golpe; el recién llegado no se asustó y le devolvió el puñetazo con tal intensidad que lo tiró sobre la instalación de luz; enseguida se subió nuestro muchacho a la ventana, temiendo que su contrincante hiciera uso de su gran cuchilla, pero no ocurrió así. Gusano viejo no volvió a molestarlo.
         En otra oportunidad, después de varios altercados con un vecino, se resolvió que las cosas se arreglarían con una pelea pactada para las 14 horas en el patio. Gusanito no cesaba de pasearse, mientras pensaba que sus posibilidades eran muy pocas ante el hecho seguro de que su rival esgrimiría un arma. “Si lo lastimo, no salgo más; si me lastima, voy al hospital o me matan; si pido seguridad me llevan a aislamiento pero... no les voy a dar ese gusto”. Y no les dio ninguno, porque una hora antes de lo acordado, un gusano azul le comunicó que lo trasladarían, que juntara sus cosas. Sintió alivio pero también tristeza por sus compañeros.
         En el nuevo alojamiento, al principio no gozó de grandes simpatías: las autoridades se habían encargado de construirle la imagen del “peligroso”. Poco a poco, sin embargo, fueron aceptándose. Gusanito empezó a vivir más tranquilo, tenía mucho tiempo para pensar. Así se dio cuenta de que esta experiencia no era lo que quería para sí mismo. Se lo comentó a la familia. Desde el día en que llegó una profesional gusanito para ayudarlo, supo que estaba ante una Mariposa, algo que hacía mucho tiempo no sentía (o no sabía reconocer). Al principio, intentó manipularla pero no tuvo éxito. Después, ya no se sintió tan cómodo: había que trabajar mucho, tomar conciencia de mucho. Ahí se dio cuenta de que debía empezar a tejer la zona más difícil del capullo: la que estaba en su propio interior.
         Con grandes esfuerzos, Gusanito comenzaba a vibrar, a emocionarse, a dormir tranquilo, a comer todos los días (¡Qué raro, ¿no!), a leer, a instruirse, a ser más solidario, más afectivo y hasta mostró un lagrimón. ¿Un cambio de identidad? Lo notó cuando empezó a gozar de salidas transitorias: si bien la primera vuelta al barrio fue mágica, poco a poco fue notando que ni los árboles ni los gusanos ni él eran los mismos. Fue otro momento difícil en que Mariposa lo contuvo. Y lo contuvo en su propia casa. Este gesto le generó una enorme confianza a Gusanito: alguien tan especial se atrevía a abrirle las puertas de su hogar. De todos modos, salir también significaba complicaciones, tentación.
Y Gusanito cedió. Cedió pero se reconstituyó hasta que nada más pudo afectarlo, hasta que se sintió como un animal sano y limpio transitando por la vida. Entonces pudo asomar también su Mariposa. Todavía falta algún color en sus alas. En eso trabaja el protagonista de esta historia.

 Gumi













en: Cárcel de Mujeres de Canelones



Reflexión



         Amor es una palabra que está compuesta por ramas: familia, amigos y por qué no, animales. Se define con el alma, con los sentimientos sobre lo natural y no natural. Hay amores apasionados y amores tiernos, amores equivocados...  pero siempre es puro, sincero, y cuando es correspondido, no es indiferente. También podemos sentir amor por lo que no vemos, como Dios...
         Odio: lo que se genera cuando te lastiman el alma, cuando te subestiman la inteligencia o la forma de ser. Odio a las personas que no respetan tu intimidad, tu debilidad, tus sentimientos.

Alejandra





en: 
    en:  
Centro Nacional de Rehabilitación










Escribes en papel lo que en vida no es,
como canto en silencio gritando nombres,
como pena ausente de cuerpo,
como llama sin fuego.


Y sigues ahí, ausente en un corazón perdido,
creyendo que todo saldrá bien, sin esperar nada,
sin saber que el corazón no escucha a la distancia,
y la distancia no escucha al corazón ausente.


Prisionero de un amor y amor prisionero de nada,
eres como canto ausente del canto mismo,
melodía sin rima y rima sin nada.


Un caso perdido y perdido en caso,
así es este amor, amor de nada,
aquel que sólo en papel existe
y si existe, no existe nada…


Eterno Prisionero







Hoy te escondes al caer la tarde. Lentamente tu imagen
se va borrando de mi memoria, como aquellos recuerdos
de una infancia que el viento se ha llevado...

Al caer la noche, la luna se posa en mi ventana.
Quiere limpiar aquellas lágrimas, estrellas fugaces
que se van perdiendo en la negra inmensidad.


Caigo dormido al instante, embriagado por aquella botella
de recuerdos que sujeto firmemente,
soñando la verdad de una realidad inamovible...

Entre sueños me pierdo...
Despierto solo. Lo sé por el sonido del silencio
 pasando por mi cuerpo...


Inútil buscar una respuesta que no existe...
Y si existiese, no querría escucharla...
Te prefiero en estas líneas.




Eterno Prisionero



                                                             Día de visitas


Caminaban la prisa del ausente
con un aire lejano en la mirada,
cada tanto un rezongo incoherente
chocaba contra el eco de la nada.

Ese era un día jueves, diferente,
una primera vez desconsolada,
todo se había caído de repente,
la vida era otra, desolada.

Una hilera de rostros parecidos
ya estaban en la fila con su espera
de respuestas esquivas al acierto.

Tomaron su lugar y conmovidos
dejaron que una lágrima se fu 


Eterno Prisionero




Hoy en la distancia

  
Seguirá siendo la distancia mi condena, día a día, letra a letra,
segundo a segundo. Condena a seguir viviendo sólo en un puño de letras al
amparo de la luna, bajo el resguardo de unos ojos que siempre me leen
a la distancia.


Prisionero en estas celdas de hoja blanca, escribiéndote día a día, por ver
si en un despertar despierto con tus brazos en mi pecho o un beso mañanero
que se fugó de tu boca.


Y aunque es condena esta distancia, vida al alma le da:
la ilusión de no estar tan solo  en estos mundos que mi mano pinta,
tan reales estos mundos como los sueños de la memoria son.



Eterno Prisionero








en: 
Establecimiento de Detención 
La Tablada          


Tengo que salir de esta prisión
los negros fuman pasta a mi alrededor
hoy ni un puto porro pude conseguir
tengo que tomar pastillas pa´poder dormir
se agrupan los cascos contra el lateral
ruge la planchada, requisa general
maldito nazi no pisotearás
lo poco que queda de mi dignidad
para vivir en la perrera hay que aprender a ladrar
te extraño tanto y pierdo la razón
sólo late tu nombre en mi corazón

El Canario










en: Complejo Carcelario 
Santiago Vázquez



Parte de mí 

Yo era un niño ejemplar
hasta que me hicieron pensar.

Yo crecí creyendo en la amistad
hasta que conocí la maldad.

Yo perdí para mí gente muy querida
y también mi familia quedó herida.

Mi vida cambió cuando tuve mi primer veintidós
y cuando quise acordar lo cambié por un treintaidós.

Yo sé que hice mal y de mis hechos estoy arrepentido
pero ahora ya he crecido.

Mi forma de pensar ha desaparecido
porque lo anterior y querido se ha desvanecido.

Siempre recuerdo lo mío aunque privado de mi libertad he amanecido.
Miro al cielo y anhelo recuperar todo lo perdido.

A mi padre, para mí tan querido,
como todo lo querido, yo lo he perdido...


Marcos Ja!!!


        Angustia


Con un perfume de nardos en mi alma
y una música triste doliendo en mis sentidos,
voy camino al recuerdo de un cerezo maduro
que secó sus raíces, sin agua, en un verano.


Un tañir de melancólicas campanas
hieren blancas palomas en la tarde
y lloran los pinos en el parque
su amarga y triste soledad de ramas.


Hoy ya sé que las tardes no serán tardes,
sólo habrá un tiempo sin horas en mi vida,
un perfume de nardos en mi alma
y una música triste doliendo en mis sentidos.


Marcelo






Mi niño

  
Pobre de mí, era un niño, simplemente un niño.
Carecía de inteligencia, esclavo de mi conciencia.


Siete años tenía cuando mis padres rompieron.
¡Miserable de mí!

¿Qué podía hacer con tanta inocencia,
falta de amor y de comprensión?

No existían razones ni sabía pensar.
¡Cómo iba a empezar!
Toda una vida adelante y pocos estímulos detrás.

Fue así que elegí andar por la vida
robando lo ajeno.

La mayoría de edad llegó
A través de estas tristes y agrias rejas.

En un torbellino de sombras
me vi sumiso y con temor.

Temor a dejar por el camino
lo que mi niño en su origen soñó.

Lidio






Esto es vida


Toda mi vida es esta
Qué vida la que tenía
Esta es la gran respuesta
Qué vida de tiranía.

Oscuridad y gran odio
tenía mi corazón
Primer lugar en el podio
siendo el mejor ladrón.

¿Ves qué vida tengo hoy
que sí puedo sonreír?
Ahora sé quién soy
Con Cristo voy a vivir.

Grandes cosas para mí
Él ya me prometió
Vida eterna nos dio
Nos salvó a ti y a mí.


Leonard



¿Por qué temerle al Amor?


I


A no ser en los cuentos de hadas, todos sabemos que el amor no es eterno. El amor se termina y se termina con sufrimiento. Pero, ¿por qué temerle? Como la vida, tiene un principio, una trayectoria y un final. ¿Para qué sugestionarnos con el fin? Si lo hacemos, no podremos disfrutar de su belleza. ¿Por qué pensar en lo malo? ¿Por qué no pensar en lo bueno y disfrutar del amor que es la parte más hermosa de la vida? Por eso otra vez me pregunto por qué temerle al amor?


II

Yo te digo: no le temas al amor. Ama y sé amado. El que nunca sufrió por amor es porque nunca amó, nunca experimentó su belleza, nunca sabrá hasta qué punto llega la felicidad; por falta de coraje, nunca sabrá que un simple beso o una simple mirada puede hacerlo inmensamente feliz.


III

Todos tenemos Amor... pero el único que lo disfruta es el que no le teme.

Johnny


Cuando creías que no te veía
Sí lo hacía
Cuando creías que no estaba
Sí estaba
Cuando me quieras abrazar
abre tus brazos
Cuando me quieras dar un beso
mándalo al viento
porque mi mente y mi corazón
están siempre con vos
y mi vida rota
también en torno a vos
Cuando puedas leer esto
sabrás que el 15 de agosto del 2004
al igual que todos los días de tu vida
estuve contigo
Ese día en que los dos soles de tu cara
Entiendan estas palabras
si quieres verme o abrazarme o darme un beso
sólo tendrás que girar
y detrás de ti
estaré
porque de ahí
no me moveré por el resto de mi vida.
Te amo con toda mi alma
Soy tu papá


Roberto











en: 
Establecimiento Penitenciario Femenino “Cabildo”




RETAZOS DE VIDA OPACADOS POR UN TIEMPO DE DOLOR
  
Desde niña fui apegada a la lectura. Después de leer los clásicos libros infantiles, llegó a mis manos un libro de Borges; todavía me acuerdo de su título, imborrable: La casa de Asterión. Lo leí una y otra vez con estupor y desde entonces fue mi mayor deslumbramiento.
         El cuento aparecía como ilustración a un ensayo sobre literatura fantástica. Al llegar a la frase final tuve la sensación de que una corriente eléctrica recorría mi sistema nervioso. Aquellas palabras “¿Lo creerás, Ariadna”?, dichas de paso, como por casualidad, revelaban el misterio oculto del relato, la identidad del extraño protagonista y su resignada inmolación. Jamás había antes imaginado que el lenguaje pudiera alcanzar grados semejantes de intensidad y extrañeza. Me enamoré tanto del autor que salí a buscar sus libros pero me frenó mi poder adquisitivo; lo que para otras chicas no era impedimento para mí lo era. No decaí en el intento y me conecté con personas interesadas en la literatura pero me di cuenta de que los lectores de Borges de aquellos tiempos se podían contar con los dedos.
Al sumergirme en ese apasionante mundo descubrí que la literatura, por el mero hecho de existir, es representación de libertad: todo en ella es posible, siempre y cuando se respeten ciertas reglas, reglas que Borges reconoce, aunque lo más importante de su aporte es la feria de vanidades que desfilan desnudas ante el amo supremo de sus polifónicos textos: el Tiempo.


Yolly




  TIRE Y AFLOJE



         Parece mentira pero los uruguayos somos víctimas de plagio de toda índole: ha pasado con el tango, con La Comparsita, con las islas Malvinas y, como si fuera poco, con el dulce de leche. ¡Al dulce de leche también le tocó el plagio!
         Mi tatarabuela le contaba a mi bisabuela, mi bisabuela a mi abuela, mi abuela a mi madre y mi madre me contaba a mí que el dulce de leche se había originado en Uruguay: una negra esclava que servía en la casa de Carlos Fernández 
-coronel y jefe político de Minas, mi bisabuelo además- hervía leche azucarada para preparar un remedio; pero la leche se le quemó. Sin embargo, a los patrones les gustó el sabor, y así se convirtió en el postre obligatorio de almuerzos y cenas en la casa. Al poco tiempo se propagó por todo el país y fue conocido también en Buenos Aires. Los porteños lo adoptaron y lo propusieron como invento propio. Con el correr de los años y algunas modificaciones del gusto, manos empresariales lo presentaron en Europa como “la confiture de lait” (producto de una fábrica francesa en Suiza y Bélgica), como “toffee spread”en Inglaterra y como “milch koramel” en Alemania.
         Actualmente el dulce de leche se elabora en casi todo el mundo en base a decenas de fórmulas diferentes. La original y pionera fue uruguaya; ¡el dulce de leche es uruguayo, Señores dueños de Empresas Mundiales!


         Yolly


 RECUERDOS DE ANTAÑO




         ¿Quién diría que yo, que fui una chica de barrio humilde, con los años tendría anécdotas tan ricas en experiencia para transmitir?
         Hoy, por ejemplo, voy a hablar de la música popular y de sus intérpretes.
         Allá por el 50 y pico empecé a concurrir al recreo familiar “El Continuado”, ubicado frente a la plaza de Las Piedras. Por las noches cantaban muchos que se convirtieron después en brillantes figuras, como Julio Sosa o Mastra, excelente compositor.
Julio tenía la humildad de los grandes, un muchacho que cantaba por vocación; luego ganó el concurso y se convirtió en profesional pero nunca, a pesar de la fama, nos abandonó, ni a su barrio, ni a su gente. Fueron muchos los años de compañerismo, a veces alegrías y a veces sinsabores, pero siempre la sonrisa y aquella frase tan suya de “Mañana Dios proveerá”. Cuando se afianzó en Buenos Aires, siempre tenía un tiempito para nosotros. Como no nos olvidamos de eso, después de su muerte juntamos bronce todos quienes lo queríamos y le erigimos una estatua frente a su recreo.
         Otro de los habitués del recreo fue Eduardo Fernández, ahora concertista, otro muchacho de barrio, otro humilde talentoso. Nació en La Paz (Canelones), creo que por el 50 o el 52. La música le gustó desde chiquito. A los 8 años tenía pensamientos abstractos porque no se definía entre el piano y la guitarra; a él nadie le había dicho que la guitarra era un instrumento marginal en aquellos momentos. En cuanto a repertorio, con su corta edad soñaba con ser director de orquesta pero se le complicaba tener una orquesta en su casa; él quería un instrumento que fuera autosuficiente y hacer música cuando quisiera; por eso la disyuntiva era piano o guitarra. Al fin se decidió por la guitarra. En esos tiempos había grandes maestros y a los 16 le empezó a dar cátedra el señor Abel Carlevaro, quien le sugería el repertorio; también Santórsela en contrapunto y Héctor Tosar para composiciones, de quien Eduardo decía: “Te pone del otro lado de la partitura”.
         Ese recreo era mágico, por las figuras de alto estilo que noche a noche intentaban aprender o tal vez por la calidez de su gente, como el Chiche, que era un padre cuando veía el empeño de tantos muchachos que tenían que sortear tantas dificultades y no recibían apoyo ninguno. Pero pasó el tiempo y Abel empezó a crecer a pasos agigantados; los críticos hablaban de él muy positivamente; se convirtió en un guitarrista de lo mejor, le llovían contratos para grandes recitales. Eduardo fue el primer músico uruguayo editado en compacto con “El mundo de la guitarra española”. Sin embargo, él no cree en la fama ni en los críticos; la autoestima no puede depender de eso. Su sueño era enriquecer su repertorio tocando a Bach (por suerte puede tocar bastante en la guitarra), deseaba que Ravel y Bartok hubieran escrito algo para su instrumento porque “no sólo hay que leer las notas sino entender por qué están ahí y qué idea nos quieren transmitir”.
         Mucha gente linda transita por mis recuerdos. Algunas, por desgracia, se han ido, como Rosa Luna, gran amiga; Marta Guiarte, a quien tanto quise porque crió a su hijo a los tropezones pero nunca decayó; tal vez no eligió la mejor vida pero vivió feliz. Podría seguir nombrando personas queridas pero quiero terminar con mi amiga del alma, una reina de la música popular y del candombe: Lágrima Ríos. Así la bautizó nuestro amigo en común, Mastra. Era una dama incapaz de quejarse por más problemas que tuviera. Cuando entraba en “bajón” como ella decía, se ponía a bailar y a cantar. En el auge de los payadores, se incxorporó al programa que tenían mis amigos Raúl y Washington Montañés, Molina y otros que en ese momento eran la atracción; se lució como ninguna, tarde a tarde, en Radio Nacional, dejando bien parada la música nacional. Que descanses en paz, Amiga.
         A veces pienso en qué distinta habría sido mi historia si hubiera seguido los consejos de estos amigos, que me querían de veras y tenían en mente otras ambiciones para mí. Yo elegí el camino que me pareció más correcto.
         Después, el destino me jugó una mala pasada.
         En estos patios fríos de la cárcel, entre angustias y tristezas, me vienen a la mente estos recuerdos tan míos y queridos. No se asusten. Si estoy aquí no es por una fechoría sino por ser una madre con mayúscula y defender a mi hija y a mi nietito (que tenía un añito) de dos locos drogados que los querían matar. Estaba de Dios que mis seres queridos se salvaran y cayeran muertos ellos.
         ¡Qué intrincado es el mundo! Tantos amigos que compartíamos lo mismo y qué destino distinto nos esperaba…


         Yolly


REALIDAD


         Apenas se podía contemplar aquel minúsculo punto en uno de los márgenes resquebrajados del planisferio; parecía una islita. Tomé una lupa y sólo así pude leer “Caretolandia”. Con esa única referencia me fui a la Biblioteca en busca de algún libro que me brindara información ya que nunca había oído hablar de ella. Al cabo de unos días encontré un archivo sellado con la palabra “Confidencial”. Mi curiosidad no se detuvo y lo abrí.
         Varias aldeas integraban la pequeña isla; Alcahuelandia, por ejemplo, aunque habitada por la modesta cifra de 200 personas, tenía una organización idéntica a la de los países más desarrollados: Presidente, Vicepresidente, Ministros,… Me sorprendió una estructura tan avanzada, así que me dediqué a la lectura con entusiasmo. Era interesante seguir los pormenores de una crónica tan particular, donde se consignaba hasta el menor detalle de la vida cotidiana en la aldea.
Así supe que la normalidad del pueblito fue rota un día, imprevistamente, por Soberbia, una recién llegada que se afanó en difamar a los residentes por cuanto rincón se le antojó, entre ellos, el despacho del Presidente de la comunidad. No se sabe qué ardides empleó Soberbia para convencer a la máxima autoridad de la aldea, que empezó a dirigir a su pueblo con la guía que cada mañana desplegaba la intrusa en sus oídos.
Así las cosas, Soberbia fue creyéndose con potestad para hacer y deshacer según sus únicos deseos. El Presidente respondió con un portazo en las narices de los aldeanos la tarde en que se habían reunido frente a su casa para protestar por el más insólito de los actos ejecutados hasta ese entonces por la nueva mandataria, que quería condenar a exilio, no sólo de Alcahuelandia sino de Caretolandia, a Personalidad, una aldeanita desobediente a los dictados ilegítimos. Pero, después de cerrar la pesada puerta, el Presidente reflexionó y se dio cuenta de que no era bueno para su prestigio que la gente supiera hasta dónde llegaba la influencia de Soberbia sobre su gobierno; entonces resolvió que la expulsaría.
Sin embargo, pronto se arrepintió de su decreto y salió a buscarla él mismo. Tardó dos días en encontrarla y entró con ella a la aldea. Los pobladores no podían creer lo que estaban viendo: ¡nunca antes el Presidente había hecho algo así por nadie! ¡Era el colmo! ¿De dónde había surgido Soberbia? ¿Quién se creía?
A Soberbia sólo le faltaría sentarse en el sillón presidencial. Muchos no lo permitirían. La lucha estaba decidida. Aunque se tratara del último rincón del mundo, debía existir el respeto, la igualdad y la seguridad para todos los habitantes. Humillaciones, represalias y hasta el destierro fue el saldo también para todos. Todos menos Soberbia, que ya había hechizado hasta a los Ministros. Su talento para inventar crecía de mañana en mañana; era su placer.
Tantas hazañas me habían desprendido del tiempo y no me di cuenta que había llegado la noche sino cuando pretendí salir de la Biblioteca; había cerrado. Estaba tan intrigada con el relato que decidí continuar leyendo, total, ya no podría
regresar a casa. Así que volví a voltear la tapa del archivo. Poco duró la lectura porque mis ojos estaban cansados; debo de haberme quedado dormida cuando me los restregaba: me ardían. Todavía me arden y me pregunto si he despertado realmente porque descubrí que soy una habitante más de Alcahuelandia, conozco a Soberbia pero me llamo Esperanza y estoy comprometida en la lucha de devolver la visibilidad a esta minúscula isla del planisferio.


Clau




 APARIENCIAS
  
En todo momento aparento, desde que estoy acá.
Aparento no escuchar; no entender, aparento.
Dormir, aparento; aparento ser feliz.
Porque ayer no simulé comprensión, no simulé conformidad, no simulé sumisión, hoy acá estoy. Por soltar mi bestia interior, agresiva y rebelde como la de todos, presa quedé por la que fui.
Acá estoy, y aparento. Aunque me digan complaciente, cobarde, estúpida.
Ante la guardia aparento obedecer su decisión, aunque esté segura de que correcta no es. Bajo este Sistema, ocultar la bestia es sobrevivir.
Pero ahora, que bien sé quién soy, libre estoy.



Clau




UNA VEZ


Me pierdo en el eco de pasos y
sombras, un silencio sin fin
por toda compañía
y otra vez veo mi reflejo en los cristales
y espero, y escucho y te busco
hace tiempo ya, no quiero saber
por qué ni hasta cuándo
y pienso y me obsesiona la idea
de encontrarte, quién sabe
tal vez un día vea más que un reflejo
en los cristales, y me consume el sueño
y la agonía de no saber dónde estás
y te busco y te espero y te sueño
y soñando vivo y soñando vuelo
al unísono con mi pensamiento
confiando en el porvenir que nunca llega
me queda sobrevivir con la esperanza
de hallarte una vez, aunque sea en sueños.


Rocío


A QUIÉN LE IMPORTA

La noche cae, la luna brilla entre las palmas
y en su negro manto por estrellas salpicadas
me encuentro un verso que a mi pobre alma
consuela ¡ay de mí, pobre niña soñadora!
mirando al cielo y más allá.
La noche cae, y qué más da…
Mi alma vaga en la inmensa oscuridad.
Las lágrimas, torrente incontrolable,
 mil recuerdos agolpados de repente
y mil sueños por cumplir.
No importa, a quién le importa.
La noche cae implacable como siempre.
Los recuerdos se borran y en el fondo
del mar se quedan y allí estarán
hasta ser evocados nuevamente.
Quizá de pronto cuando vuelvan
se escuche el eco de una risa sonora
y no más lágrimas.
La noche cae y qué más da…

 También para la luna, las estrellas
y las palmas, llega siempre la mañana.





LABERINTO


         Caminé sin rumbo, di mil vueltas, me sentí sola, frustrada; golpeada y fatigada, no encontraba una salida. Miré a mi alrededor, sólo el silencio me acompañaba. Abrí y cerré mil puertas sin encontrar la que yo buscaba. Los caminos eran tantos, pero creo que escogí el peor. Equivocada, niña errante, solitaria, ermitaña, peregrina y hasta un poco gitana, de un lado para otro, desorientada… Todo esto pensé de mí misma. Por fin, derrotada, me senté a llorar frente a una puerta sin advertir que ésta existía. Miré sin mirar mil veces, lloré sin cesar y otra vez me invadió el silencio. Busqué a mi alrededor pero esta vez alcé la mirada: un sol incandescente me iluminaba desde un cielo muy azul. Entonces ya no busqué alrededor sino en mi interior y miré al frente y sequé mis lágrimas y pensé en Dios: ¡Nunca estuve sola! Él jamás me dejó. Tomé el picaporte sin miedo a nada y abrí la puerta que nunca había estado cerrada.
Rocío



EL GUARDIÁN






Vivo en un castillo medieval, rodeado de hermosas plantas verdes, rocas multicolores de diferentes tamaños y formas. Tengo el libre albedrío de ir y venir por todas partes y disfrutar del hermoso paisaje extendido a mi alrededor. ¡Soy tan feliz aquí! Pero, ¿qué estoy viendo? Alguien viene. Un caballero de armadura negra. No lo conozco. Correré al castillo a ocultarme y desde ahí observaré. Se ha quedado junto a las rocas. Saldré por las puertas traseras y trataré de sorprenderle. Me escabulliré entre las plantas aunque no tardará en hallarme… Seré valiente. Lo enfrentaré. Mi corazón late más rápido. Ya me vio. Se acerca a mí. No puedo retroceder. Está frente a mí. Pero no puede avanzar. Ni yo. Claro, recién puedo percibir que el hermoso lugar donde vivo, desde donde observo el ir y venir de muchas personas, el amanecer y la noche y hasta pequeños ojos curiosos que contemplan mi hermosa armadura de relucientes colores, el castillo donde soy el caballero guardián a quien se le ha encomendado la difícil tarea de custodiar y velar por el bienestar del resto de los habitantes, el caballero enamorado de la bella princesa… Pero ahora el invasor de armadura negra retrocede ante la impenetrable muralla y se aleja. Oigo voces y descubro otra vez los pequeños ojos que me observan movilizarme en busca de alimento en la gran pecera de cristal donde vivo, reino y a veces, también sueño.

Rocío





EL HOMBRE MATA SIEMPRE LO QUE AMA






Hoy, a través de la vidriera de la vida, veo pasar mi libertad,
mi libertad, mi vida entera, aquella que te entregué
al decir que sí, aquella noche en que la luna brillaba
y no brillaba más por sentirme y saberme tuya para siempre.
Primero nos amamos y vimos el fruto de ese amor en los retoños.
De pronto, con angustia y esperanza, sentí el horror de la asfixia.
La felicidad detuvo su danza; cambiaron sus matices los colores del día.
Ya no sé cuándo fue, ya no sé cuánto supliqué que sólo un sueño fuera
para poder despertar y que otra fuera nuestra realidad.
Cuándo fue que ciego te quedaste y con el filo de tu amor me heriste.
Jamás pensaste en mis cicatrices.
Llegó el crepúsculo.
Tú ni siquiera advertiste la inquietud, el dolor, el sufrimiento,
los profundos gemidos. En las páginas del libro de mi vida
están escondidos. Ecos y sombras en lo profundo de mí.
Un umbral que uniendo divide el sueño de lo real.
Sólo yo asistí al funeral de nuestros calendarios.
Sólo yo me exilié en la ceguera del silencio y la lluvia salpica mi vidriera.
Se consumió el amor. Estaba enfermo.
Cuándo fue que ciego te quedaste y mataste a nuestro amor
que era tan bello, casi perfecto.
Defenderé su memoria, sus vestiduras, hasta que
la idea haga volver mi libertad
aunque vieja ya sea.
Cuándo fue que ciego te quedaste y de asfixia mataste a  nuestro amor,
nuestro amor que tan sólo pedía respirar,
respirar, tan sólo eso.

Rocío



AMOR, AMOR TUYO, AMOR MÍO





¿A dónde vas? ¿De dónde vienes?
Me aquietas o me agitas
como las aguas de un río.
Te busco, no te encuentro,
hace tanto ya, amor mío,
que muero por conocerte
y olvidar los días de frío
que al alma mía han curtido
y aquietado mis latidos.
Cuándo llegarás a mí
 y me hablarás al oído
y estremecerás mi piel
y te quedarás conmigo
para ya nunca partir
y ser enteramente tuya
y tú solamente mío.


Rocío



INOLVIDABLE


Aunque nunca vuelvas
a cruzarte en mi camino

aunque nunca más
tu mano me acaricie

yo sé que me quisiste
yo sé que te quise.

Aunque no fueras más
que un trecho del camino

aunque el tiempo
tu imagen desdibuje

jamás olvidaré lo que del amor aprendí
estando contigo.

A.M.E



SI SUPIERAS…

que de tantas cosas podría escapar
si tan sólo me enseñaras
tu forma de amar…
Quiero volver a encontrarte
y que vuelvas a mirarme
de esa, tu linda manera.
Quiero, amor, que caminemos
como un día lo hicimos.
Quiero que al llegar la noche
bajo un manto de estrellas
con nuestras manos unidas
tú… me digas cosas bellas.
Que nunca te olvides quiero
del amor que por ti siento.
Pido a Dios que tú me quieras,
que el milagro me haga
de que muy pronto tú vuelvas…
Quiero contarte este amargo dolor
porque es mi manera de sobrevivir.
Yo sería capaz de luchar
si me enseñaras tu forma de amar…

A.M.E





Feliz quien, a primera leída,
se asombre ante los relámpagos del pobre
o
los rostros de las palabras vida, muerte, sobrevida o tiempo o pan o luna o rabia.

Pablo Mora
De: Ay del hombre en “La noche insomne”