jueves, 28 de febrero de 2013

Presentación de la obra en la Biblioteca Nacional

















El acto de presentación de esta publicación colectiva se efectuó el 21 de noviembre de 2008 en la Sala José Pedro Varela de la Biblioteca Nacional.

Transcurrió en una atmósfera emotiva, producto de la interacción entre el plantel docente que exponía a consideración pública la obra, y los generosos asistentes.

La Profa. de Filosofía Roberta Caetano ofició de maestra de ceremonia, gesto que siempre agradeceremos, por cuanto fue la responsable directa de la atmósfera de natural calidez que impregnó toda la presentación.

Consustanciada en profundidad con la práctica que los docentes del Proyecto estábamos realizando (en la cual nos había acompañado en reiteradas oportunidades, visitándonos en cada Establecimiento y orientándonos asiduamente), la Inspectora Nacional de Literatura Susana Nieto abrió la ceremonia con palabras propias de quien no estaba cumpliendo un acto protocolar sino vivenciando un logro ciudadano, profesional e intensamente humano. Un privilegio, realmente, en una era de indiferencia, y especialmente, si se trata de un asunto tan polémico y adulterado como el que concitaba y concita nuestra atención, nuestro quehacer y nuestro desvelo. 

No obstante, a tiempo estamos aún de confesar la honda y secreta desazón que nos embargó al comprobar que ningún otro representante del Consejo de Educación Secundaria estaba presente, aunque habían sido invitadas en forma personal todas sus autoridades.
Fuimos en verdad muy ilusos, porque también esperamos la presencia de algún representante gubernamental. Ni frenteamplistas ni blancos ni colorados ni independientes estimaron el hecho; tampoco el Comisionado Parlamentario.
Habíamos repartido, en ese nivel, 300, sí, trescientas invitaciones, costeadas por nosotros, como también lo fue el libro.
¡Qué política extraña la de implementar proyectos y no reconocer su andadura!

A la intervención de cada una de las docentes participantes en la publicación, siguió la participación del público.
En este sentido, debemos agradecer aún hoy a tant@s amig@s y colegas que nos acompañaron, y en particular a tod@s l@s referentes de los Establecimientos Penitenciarios que, siendo docentes como nosotr@s, nos regalaron su presencia. Con especial atención deseamos subrayar que el Comisario Anadón, quien concurrió con su hijo, fue el único representante de los Comandos Policiales que, con su actitud de integración, reveló una comprensión cabal de la trascendencia de la Educación en Contextos Carcelarios.
Entre la concurrencia había, por supuesto, personas sin contacto alguno con las realidades de la prisión. Varias interrogaron a las docentes expositoras con respecto a sus planteos; querían saber más porque seguramente, a partir de conceptos esquemáticos instalados en el imaginario colectivo, les resultaba difícil entender que l@s intern@s abrazaran con tanto entusiasmo las prácticas educativas.
Sin que estuviera establecido en el guion del acto, alguien se levantó de su butaca  y pidió la palabra. Era Rebeca, una alumna del Establecimiento Penitenciario Cabildo. Creo que no nos habíamos dado cuenta de su presencia. Estaba gozando de una salida transitoria de muy pocas horas pero había resuelto acudir a la presentación. Sobre la mesa alrededor de la cual nos habíamos sentado había una vela encendida. Rebeca la alzó y se la acercó tanto al brazo que todos debimos de haber pensado que se lastimaría. Entonces, dijo: “Para much@s de nosotros, la educación adentro de la cárcel, es esto: una pequeña medida de calor que sin embargo puede con el frío impresionante que reina allí adentro; es una luz, y por eso estoy aquí”.

Como ven, el 21 de noviembre fue un día de regalos para nosotr@s, a pesar de todos los pesares. El de Rebeca, sin dudas, el más bello. Había nacido silenciosamente en medio de las grietas; primero fue un pétalo, después otro, y otro, y otro. Hasta que fue flor. Su perfume sigue aromando nuestra realidad.
  

Profa. Ana Milán
E.C.E-Uruguay
febrero de 2013

miércoles, 27 de febrero de 2013

Cuarta Sección: Otros cuerpos y ciertas médulas - Parte 2















Allí, bajo la cárcel, la fábrica del llanto,
el telar de la lágrima que no ha de ser estéril,
el casco de los odios y de las esperanzas,
fabrican, tejen, hunden.

De: Las cárceles

Miguel Hernández

(España: 1910-1942)
Poeta peregrino de las cárceles en la Guerra Civil Española. A los treintaiún años de edad muere a raíz de la tuberculosis adquirida en aquellas mazmorras.






Te has despertado
¿Dónde estás?
En tu casa
Todavía no te has acostumbrado
a encontrarte en tu casa
al despertar
Es ésta una torpeza (una entre tantas)
que trece años de cárcel te han dejado.
¿Quién está acostada a tu lado?
No, no es la soledad

De: El despertar


Nazım Hikmet Ran
(Salónica: 1901 - 1963)

Poeta y dramaturgo turco, acusado de asociación ilegal fue condenado a 28 años y 4 meses de prisión, de los que cumplió doce gracias a una importante campaña internacional que pedía su liberación.








(...) “Mientras, a consecuencia de las leyes y de las costumbres, exista una condenación social que cree artificialmente infiernos en plena civilización, y enturbie con una fatalidad humana el destino, que es divino (...) los libros de igual naturaleza que éste podrán no ser inútiles.” (...)
  
De: Los Miserables 
De: Víctor Hugo
(Francia: 1802-  1885)








 Si has perdido tu casa, 
despistaremos a los guardianes de la cárcel 
hasta dejarlos con su sombra y sin sus muros. 
...
Si has perdido tus límites, 
recorreremos el cruento laberinto 
hasta alzar otra forma desde el fondo. 
...
Solamente si has perdido tu pérdida, 
cortaremos el hilo 
para empezar de nuevo.


De: Si has perdido


De: Roberto Juarroz
(Argentina: 1925-1995)







(...) “La palabra es la única compañía del castigado y es también su peor enemigo. A la bestia le basta con comer, beber agua, dormir algunas horas. En cambio la palabra no cesa de hostigar a la pobre bestia. En la palabra están los recuerdos, las ilusiones, las preguntas incontestadas, lo que se hizo mal, lo que no se hizo y se debió haber hecho. En la palabra está el ser humano. (...) Entonces la palabra vuelve a ser la salvación, vuelve a crearlo todo: los pájaros cuyo nombre nunca conoció, una puesta de sol en la infancia, los árboles y su sombra, una cancioncita trivial, la leyenda de la Escuela Pitagórica sobre los números irracionales, un cuento de Dino Buzzatti donde hay un rey, un gol que vio hacer a su jugador favorito. Todo vuelve a ser, a existir por el poder del que, no teniendo nada, descubre otra vez que posee la palabra, que es la que todo lo crea.” (...)

De: El lenguaje de la soledad
Carlos Liscano
(Uruguay: 1949-   )
Detenido casi trece años por razones políticas durante la Dictadura cívico-militar. Luego vivó casi once años en Suecia. Publicó cuentos, novelas, poesía y teatro. Actualmente reside en Montevideo y escribe para el semanario Brecha y para El País; las Universidades europeas lo reclaman permanentemente como conferencista y asesor.











Todos saben bien que existen asilos de noche, mendigos, prostitutas, "soplones", criminales y otros elementos de perturbación. Pero se piensa ordinariamente en esto, como en algo lejano, existente en alguna parte, fuera de la sociedad propiamente dicha. Entre la clase obrera y sus parias, hay un muro y se piensa raramente en los miserables que se arrastran en el fango, al otro lado del muro. Y, en verdad, ningún obrero está garantizado contra el asilo, o el arenque podrido. Ahora, vigoroso todavía, honesto, trabajador, ¿qué devendrá mañana si ya no es recibido en su trabajo porque habrá alcanzado el fatal límite de edad o que su patrón lo declara inutilizable? ¿Qué será de esta vida si mañana cae víctima de un accidente que hará de él un inválido, un mendigo? Se dice: las gentes fracasadas en el asilo, no son en su mayor parte más que débiles y malos elementos. Viejos con el espíritu débil, jóvenes criminales, de atenuada responsabilidad. Es posible, pero los malos elementos de las clases superiores no caen nunca en el asilo sino son enviados a los sanatorios o al servicio de las colonias donde puedan satisfacer con toda libertad sus perversos instintos en las personas de los negros y de las negras. Ancianas reinas y grandes duquesas que devienen idiotas, pasan el resto de sus días en palacios suntuosos rodeadas de una muchedumbre de respetuosos servidores. Es así como se acaba la existencia reservada al proletario en la sociedad capitalista. Apenas sale de la infancia, comienza como un obrero trabajador y honesto en el infierno del servicio paciente y cotidiano en provecho del capital. Por millones y decenas de millones la recolección de oro se aumenta en las granjas de los capitalistas. Una ola de riquezas de más en más formidable se vierte en los Bancos y las bolsas de valores. En tanto, los obreros en masas grises y silenciosas atraviesan cada tarde las puertas de las usinas y de las construcciones, coma las pasaron en las mañanas, miserables, vagabundos, comerciantes eternos que llevan al mercado el solo bien que poseen: su propia piel. Todos los años, millares de existencias proletarias, se desplazan así, fuera de las condiciones de existencia normal de la clase obrera, hacia los bajos fondos de la miseria. Se desplazan insensiblemente como un sedimento, sobre el suelo de la sociedad, igual que las sustancias inútiles, de los que el capital no puede sacar ya ningún provecho: igual que un montón de basura humana que la sociedad barre despiadadamente con su escoba de fierro. El brazo de la ley, el hambre y el frío proceden aquí a su entera comodidad. Y en fin de cuentas, la sociedad burguesa tiende a sus parias la copa de veneno que hace desaparecer.

De: Navidad en el Asilo de Noche
  
Rosa Luxemburgo
( Polonia: 1871 – 1919) 
 Filósofa, política y revolucionaria que padeció varias condenas de prisión.







(...)Yo no soy aquí más que un grillo que no se rompe entre otros mil que no se han roto tampoco. Yo no soy aquí más que una gota de sangre caliente en un montón de sangre coagulada. Si meses antes era mi vida un beso de mi madre, y mi gloria mis sueños de colegio; si era mi vida entonces el temor de no besarla nunca, y la angustia, de haberlos perdido, ¿qué me importa? El desprecio con que acallo estas angustias vale más que todas mis glorias pasadas. El orgullo con que agito estas cadenas, valdrá más que todas mis glorias futuras; (...) ¿A qué hablar de mí mismo, ahora que hablo de sufrimiento, si otros han sufrido más que yo? Cuando otros lloran sangre, ¿qué derecho tengo yo para llorar lágrimas?
De: El presidio político


José Martí
(Cuba: 1853-1895) 
Involucrado ya a los dieciséis años en la lucha contra el dominio español, es juzgado y condenado a trabajos forzados en prisión. El Presidio político recoge las brutales experiencias allí sufridas.





Hay gente que mira al sol todos los días
y se enorgullece.
"No valen mucho sus rayos" -dicen.
Pero yo,
entonces,
por un rayito de sol amarillo,
reflejado sobre mi pared,
hubiera dado todo en el mundo.

De: Adolescente
Vladimir Maiacovski
(Rusia: 1893-1930)


Militante del partido bolchevique en la Rusia prerrevolucionaria, detenido por primera vez en 1907, apenas con 13 años, acusado de formar parte de la imprenta clandestina del Partido. A causa de su edad, fue puesto en libertad bajo vigilancia especial de la policía que le controla estrechamente y sigue sus pasos por todo Moscú. Luego será detenido otras dos veces, la última de ellas en 1909 por organizar una fuga de unas mujeres encarceladas, por lo que cumple un año de prisión. Tenía sólo 17 años de edad.
En prisión entra en contacto con hombres vencidos y humillados, pero que, al contrario de los campesinos, no se resignan con su suerte y soportan la adversidad con un gesto de orgullo. Lee con desesperación, de una forma indiscriminada, todos los libros que caen en su mano, los permitidos y los que circulan clandestinamente entre los reclusos. Medita largamente sobre el contenido de sus lecturas y saca de ellas conclusiones que compara con su propia y peculiar manera de concebir la vida y con la situación caótica de su país.






Ramón Mataojo fue el primer charrúa llevado a Francia, en virtud del Decreto del 10.05.31 del gobierno de Fructuoso Rivera. Por el mismo se donaba a Capitanes de Barcos de ultramar a los Charrúas prisioneros. El nombre Ramón era común entre los charrúas, aún cuando puede haberlo adoptado, voluntaria o compulsivamente, o ser el de quien lo apresó. El apellido, sin duda, identifica el lugar donde fue hecho prisionero, es decir el arroyo Mataojo Grande, una de las batidas dirigidas por el entonces  Presidente. Cuando fue embarcado se le rapó y se le impusieron vestimentas de marino.

De El último charrúa (De Salsipuedes a la actualidad) 
De: Rodolfo Martínez Barbosa








 Según. El que sabe cómo fue es él...

-Sí. Pero la cárcel...

-Eso no es nada. Yo le digo porque sé... Feo es dormir con un muerto abajo la almohada... Si usted mata pa defenderse el muerto se va... Si no, se queda... La justicia es usted ¿no le parece?

-Eso sí... Pero...

Callaron un momento. Luego preguntó el viejito:

-¿Usted conoció algún caso?

-Sí. Me tocó a mí. Tuve preso y después salí... Y sí le digo que no me acuerdo de la cara ni del nombre del muerto, no le miento...

Y tras un silencio:

-Bueno... Si las cosas no entraran y salieran de uno... ¡Dios nos libre!

De: Dos viejos

Juan José Morosoli
Uruguayo (1899-1957)





 (...) “Desde que estoy aquí vivo en un sueño del orden. Nadie critica mi conducta desmedida. Al contrario, entre los presidiarios soy una persona encantadora, mi inteligencia es extraordinaria. Soy una autoridad literaria, escribo las cartas de los vigilantes. Todo el mundo me admira. Yo, que en el mundo de los justos era un mediocre, en el de los injustos soy un verdadero genio moral, un intelectual de altos vuelos. No hago nada por dinero, sino por alabanza y autoadmiración. Trabajo otra vez como sastre. Ah, la vida espléndida del trabajo, mi alma es una aguja finísima, vuela horas enteras, entra y sale por semanas, zumba como una abeja diligente. Y en mi cabeza hay tan poco como adentro de una tumba, y las abejas zumban.” (...)

De: El sastre

De: Robert Musil
(Autria: 1880-1942)







"El capitalismo ha creado, desde que reina en forma absoluta, las condiciones que permiten demasiado a menudo y trágicamente  la asimilación del pobre, del proletario y del deportado, asociados en una comunidad de destino, despojados de su individualidad, sometidos, sujetos, sin esperanza de dejar las prisiones en las que se pudren,  como quien expía una falta mayor, un pecado capital: el de salir a la luz, el de haber nacido"
De: Política del Rebelde.
De: Michel   Onfray. 






El fuero para el gran ladrón, la cárcel para el que roba un pan.
Pablo Neruda
(chileno: 1904-1973)







Cada uno vive dos vidas: la que dejó y se prolonga en los gemidos de las cárceles, en las celdas de tortura, a la que le tocó después, como un traje nuevo en el reparto.  Casi todos sienten que los pantalones les quedan cortos, les aprieta el cuello de la camisa y las mangas son demasiado anchas, pero está prohibido sangrar desnudo por las calles de las ciudades adoptivas.

De: Extranjería, exilio y xenofobia 
De: Cristina Peri Rossi
(Uruguay: 1941-   )






Sólo esta libertad nos conceden
los dioses: someternos
a su dominio por propia voluntad.
Vale más así hacerlo,
porque sólo en la ilusión de libertad
la libertad existe.

De: Sólo esta libertad nos conceden

Fernando Pessoa
(Portugal: 1988-1935)








-¿Me estás escuchando?
-Sí, pero no sé por qué esta noche no hago más que pensar en otra cosa.
-¿En qué?
-En nada, no me puedo concentrar...
-Pero, vamos, comunicate un poco.
-Pienso en mi compañera.
-¿Cómo se llama?
-No viene al caso. Mirá, yo no te hablo nunca de ella, pero pienso siempre en ella.
-¿Por qué no te escribe?
-¡Qué sabés si no me escribe! Yo te puedo decir que recibo cartas de otro y son de ella. ¿O vos me revisás las cosas a la hora del baño?
-Estás loco. Pero es que nunca me mostraste carta de ella.
-Bueno, es que yo no quiero hablar nunca de eso, pero no sé, ahora tenía ganas de comentarte una cosa... que cuando empezaste a contar que la pantera la sigue a la arquitecta, sentí miedo.
-¿Qué es lo que te asustó?
-No me dio miedo por mí sino por mi compañera.

De: El beso de la mujer araña

De: Manuel Puig
(Argentina: 1932-1990)








(...) “Estaban presos ahí los monos, nada menos que ellos, mona y mono; bien, mono y mono […] Monos, achimonos, estúpidos, viles e inocentes, con la inocencia de una puta de diez años de edad. Tan estúpidos como para no darse cuenta que los monos eran ellos y no nadie más, con todo y sus madres y sus hijos y los padres de sus padres. Se sabían hechos para vigilar, espiar y mirar en derredor, con el fin de que nadie pudiera salir de sus manos, ni de aquella ciudad y aquellas calles multiplicadas por todas partes[…]”

De: El Apando

De: José Revueltas
(Méjico: 1914 - 1976)


Escritor y guionista. Estuvo en prisión muchas veces por su activismo político, desde siendo casi un niño (a los 14-15 años) y aún era menor de edad cuando lo enviaron por primera vez a la cárcel de máxima seguridad en ese entonces: las Islas Marías. Participó en el Movimiento Ferrocarrilero en 1958, donde también lo apresaron. En 1968 fue acusado de ser el "autor intelectual" del movimiento estudiantil de México, que culminó con la Matanza de Tlatelolco, por lo cual lo apresaron y enviaron a la cárcel de Lecumberri (El Palacio Negro), lugar desde el cual escribió una de sus más refinadas novelas: El Apando. José Revueltas fue un revolucionario a partir de sí mismo, pues practicó la que luego sería su propuesta pedagógica más importante: la Autogestión Académica, producto de su propia forma de estudiar la realidad mediante el conocimiento teórico que proporciona la lectura. Para lo cual se salió de la escuela secundaria porque iban muy lento y se dedicó, desde entonces, a visitar bibliotecas y adquirir libros.








La justicia es como las serpientes:
sólo muerde a los descalzos.

Arnulfo Romero
(El Salvador: 1917-1980)








"Quiera Dios que nuestros gritos se escondan
bajo las almohadas de los que no saben,
de los que saben y callan, de los que no quieren saber."

De: Las cartas que no llegaron

De: Mauricio Rosencof
(Uruguay: 1933-   )

 Al igual que tantos uruguayos, debió soportar el horror de la dictadura que gobernó Uruguay entre 1973 y 1985. Pero Mauricio, por pertenecer a la dirección del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros (MLN), ingresó antes en prisión. Fue uno de los nueve rehenes de la dictadura. Soportó las torturas más crueles, tanto físicas como psíquicas. Estuvo varios años enterrado en un pozo de 2 metros x 1.








Un pirata es capturado por Alejandro Magno, quien le preguntó. "¿Cómo osas molestar al mar"?
"¿Cómo osas tú molestar al mundo entero”? -replicó el pirata-. Yo tengo un pequeño barco, por eso me llaman ladrón. Tú tienes toda una flota, por eso te llaman emperador".


San Agustín







(...) “No bajaré la suave pendiente que está al otro lado de las murallas, detrás de la puerta. He preferido saltar. Sea como sea, estoy abajo, no muy lejos de la carretera. Tengo que llegar hasta allí, no quiero que me recojan a dos pasos del muro.
..........Todavía están lejos el sitio y la tarde en que volveré a ver a Rolande. Primero debo arrastrar hasta la carretera este bulto que no me deja andar... dos veces, tres veces, intento apoyar el pie: el rayo se despierta, me atraviesa la pierna.
..........Ya que los pies son inútiles, andaré con los codos y las rodillas. Me arrastro veinte metros, tropiezo con la maleza, vuelvo a las piedras, intentando orientarme.
..........Ha debido pasar otro siglo, no reconozco nada.” (...)


El astrágalo

Albertine Sarrazin
(Argel: 1937-1967)
Albertine Sarrazin fue hija ilegítima de un médico militar y su empleada doméstica; el padre la adoptó luego sin confesar su vinculación. A los diez años, la niña fue violada, hecho que determinó que fuera internada en un reformatorio. Protagonizó desde entonces una vida inquieta y aventurera que la condujo a la delincuencia y a la cárcel. En un intento de fuga se rompió el astrágalo; un paseante la socorrió y con él – Julién Sarrazin-  contrajo matrimonio dos años después. La obra compila las cartas que Albertine le escribió desde la cárcel durante los años 1958 y 1959.  Destrozada por el alcohol, murió en una clínica de Montpellier, cuando no había cumplido aún los treinta años.








Todos los participantes se desarrollan al generar y enriquecer la escuela como espacio social-educativo dentro de un sistema “cerrado”, no solamente los reclusos, también los docentes, que se comprometen y se responsabilizan socialmente con su acción pedagógica, se replantean el tipo de ser humanos y de sociedad que se quiere, se obligan a buscar estrategias didácticas en las que el conocimiento sea construido socialmente, descubren que todos traemos dentro una utopía, movilizadora y creadora, que todos deseamos un mundo más justo, más solidario, en donde tengamos siempre presente la condición de “ser humanos”.

Francisco José Scarfó
De: Educación pública de adultos en las cárceles: garantía de un derecho humano







Bajo un gobierno que encarcele a alguien injustamente, el sitio adecuado para una persona justa es también la cárcel.

Henry David Thoreau
(Estados Unidos: 1817-1862) 

Escritor, trascendentalista, y filósofo anarquista estadounidense famoso por Walden y su tratado La desobediencia civil.
Thoreau fue agrimensor, naturalista, conferenciante y fabricante de lápices. Además de uno de los padres fundadores de la literatura norteamericana, hoy día se le considera un pionero de la ecología y de la ética medioambientalista.
En 1846, Thoreau se negó a pagar impuestos debido a su oposición a la guerra contra México y a la esclavitud en Estados Unidos, por lo que fue condenado a prisión. De este hecho nació su tratado La desobediencia civil, pionero al proponer algunas ideas como el pacifismo y la no violencia que resurgirían con fuerza en el altermundismo del siglo XX.








“Amorosa llavera de innumerables llaves,
si estuvieras aquí, si vieras, hasta
qué hora son cuatro estas paredes.”

De: ¡Oh, las cuatro paredes de la celda!

César Vallejo
(Perú: 1892-1938) 
El domingo 1º de agosto de 1920 se inició con una procesión y se cerró con sangre: varias personas protagonizaron desórdenes, y una importante tienda de la ciudad fue incendiada. Por razones inexplicables, Vallejo se ve acusado de participar en el atentado y se inicia una acción penal en su contra. En noviembre es detenido en la Cárcel de Trujillo, en donde pasará 112 días de prisión hasta que lo liberen bajo el régimen de libertad provisional. Años más tarde se referirá a este hecho como el más traumático de su vida. En la cárcel escribió varios de los poemas que aparecerán editados en 1922, en Trilce (Talleres tipográficos de la Penitenciaría, Lima, 1922.)








La independencia siempre fue mi deseo;
la dependencia siempre fue mi destino.

Paul Verlaine
(Francia: 1844-1896) 
Uno de los mejores poetas del XIX. En una riña en plena calle, hiere de un tiro a Rimbaud y es condenado a dos años de prisión. Allí elabora la base de un libro que no terminará de escribir nunca: Carcelariamente; la crisis existencial sufrida durante ese período le inspiran “Romanzas sin palabras”.






Si yo fuera descendiente de Hugo Capeto,
que salió de familia de carniceros,
a través del trapo, no me hubieran
hecho beber en aquel matadero *.
¿Entendéis bien el sentido?
Pero cuando la pena arbitraria
con trampas me impusieron,
¿era tiempo de que me callara?

¿Creéis que, bajo mi gorro,
no había tanta filosofía
como para decir: "Apelo"?
La había, os lo certifico,
aunque no me fío demasiado.
Cuando se me dijo, en presencia del notario:
"Seréis ahorcado", os aseguro
¿era tiempo de que me callara?

(* Alusión al suplicio del agua, recordado por el poeta en otros lugares de su obra.)

De: Preguntas al clérigo del postigo* *(El clérigo del postigo era el guardián de la puerta de prisión y estaba a las órdenes del alcaide. Llevaba registro de cuantos delincuentes entraban en la prisión; posiblemente, aconsejó a Villon que no apelara, pues sería en vano.) 
De: Francois Villon
(Francia: 1431-1464?)

François de Montcorbier, verdadero nombre del poeta, inaugura, según la mayoría de los críticos,  la nómina  de los malditos. Vino al mundo en una familia pobre, aunque su protector, el clérigo Guillame de Villon impulsará los estudios eclesiásticos de François. En agradecimiento a él, a quien calificará de "más que un padre" el joven tomará su nombre. Sus días de estudiante constituyen la gran incógnita de su biografía, pero cabe suponer que fue entonces cuando empezó a frecuentar burdeles y tabernas. Maestro en Artes por la Universidad de París y ya hecho a la vida goliarda, alborotador y pendenciero, en una de sus frecuentes trifulcas dará muerte a otro clérigo, Philippe Sermoise -según todos los indicios en defensa propia-; en otra, recibirá una puñalada que le dejará el labio partido para el resto de su azarosa vida. Luego, en compañía de otros, perpetran un atraco en el Colegio de Navarra de París, de donde obtienen un botín de 1500 escudos de oro. Delatado en la primavera de 1457 por uno de sus compinches, Villon habrá de huir de la justicia parisina, pero tiempo después es encarcelado y torturado reiteradamente en la prisión de Meung-sur-Loire por sus vagabundeos con un grupo de actores, profesión perseguida por la Iglesia en aquellos días. Liberado, volverá a dar con sus huesos en la cárcel. El robo en el Colegio de Navarra aún no había sido olvidado en París. Semanas después, tras jurar que devolverá el dinero, es puesto en libertad. No pasará un mes antes de que sea condenado a la horca tras ser reconocido en una pelea de taberna, en la que habrá varios heridos. Sin embargo, se le conmutará la pena capital por el destierro. Nada se sabe de su vida a partir de entonces.







No sé si las leyes son correctas
o si las leyes se equivocan
Todo lo que sabemos los que estamos en prisión
es que el muro es grueso
que cada día es como un año
un año que tiene largos días.
Pero esto sí sé, que toda ley
que los hombres han hecho para el Hombre
desde que el primer hombre tomó la vida de su hermano
y el triste mundo comenzó,
no hacen sino paja el trigo y preservan la escoria
con un malvado abanico.

Esto también sé, y bueno sería
si cada uno lo supiera
que toda prisión que los hombres hacen
se hace con ladrillos de vergüenza
y se cierra con barras para que Cristo no vea
cómo los hombres mutilan a sus hermanos.

De: Balada de la Cárcel de Reading
Oscar Wilde.
(Irlanda: 1854 -1900) 
En 1895, en la cima de su carrera, se convirtió en la figura central del más sonado proceso judicial del siglo, que consiguió escandalizar a la clase media de la Inglaterra victoriana . Wilde, que había mantenido una íntima amistad con Lord Alfred Douglas (conocido como Bosie), fue acusado por el padre de éste, el marqués de Queensberry, de sodomía. Se le declaró culpable en el juicio, celebrado en 1895, y, condenado a dos años de trabajos forzados, salió de la prisión arruinado material y espiritualmente. Su peripecia en prisión fue descrita en dos obras: De Profundis, extensa carta llena de resentimiento dirigida a Lord Alfred Douglas al final de su estancia en prisión, y The Ballad of Reading Gaol, poema donde el ahorcamiento de un compañero sirve como excusa para describir íntimos sentimientos sobre el mundo carcelario.






El hombre se siente encerrado
en la prisión de las circunstancias y,
al mismo tiempo,
anhela interiormente la libertad:
en esto consiste
el aspecto dilemático de la condición humana.


María Zambrano
(España: 1904-1991)










(...) “como persona, como mujer y como esposa, la mujer no tiene la menor posibilidad de desarrollar su individualidad. Para su tarea de mujer y madre sólo le quedan las migajas que la producción capitalista deja caer al suelo»


Clara Zetkin
(Alemania: 1857-1933)


Política socialista  de gran influencia y activa combatiente a favor de los derechos de las mujeres, consiguió el derecho al voto de la mujer alemana y que el 8 de marzo fuera considerado Día Internacional de la Mujer. En su lucha contra la guerra, lanzó un llamamiento a las mujeres socialistas y convocó a la III Conferencia Internacional que sesionó en la ciudad suiza de Berna (marzo 1915), donde se reunieron 8 países europeos. Durante ese encuentro, la guerra imperialista fue condenada con la consigna “guerra a la guerra” y por ello fue encarcelada junto a Rosa Luxemburgo. Al año siguiente se le prohibió hablar en público y fue excluida del Partido Socialdemócrata Alemán. Una vez fuera de la cárcel, Clara junto a otros disidentes opuestos a la guerra, fundaron la 'Liga Espartaco.