La gaviota sobre el
pinar.
(La mar resuena.)
Se acerca el sueño.
Dormirás,
soñarás, aunque no
lo quieras.
La gaviota sobre el
pinar
goteado todo de
estrellas.
Duerme. Ya tienes
en tus manos
el azul de la noche
inmensa.
No hay más que
sombra. Arriba, luna.
Peter Pan por las
alamedas.
Sobre ciervos de
lomo verde
la niña ciega.
Ya tú eres hombre,
ya te duermes,
mi amigo, ea…
Duerme, mi amigo.
Vuela un cuervo
sobre la luna, y la
degüella.
La mar está cerca
de ti,
muerde tus piernas.
No es verdad que tú
seas hombre;
eres un niño que no
sueña.
No es verdad que tú
hayas sufrido:
son cuentos tristes
que te cuentan.
Duerme. La sombra
toda es tuya,
mi amigo, ea…
Eres un niño que
está serio.
Perdió la risa y no
la encuentra.
Será que habrá
caído al mar,
la habrá comido una
ballena.
Duerme, mi amigo,
que te acunen
campanillas y
panderetas,
flautas de caña de
son vago
amanecidas en la
niebla.
No es verdad que te
pese el alma.
El alma es aire y
humo y seda.
La noche es vasta.
Tiene espacios
para volar por
donde quieras,
para llegar al alba
y ver
las aguas frías que
despiertan,
las rocas grises,
como el casco
que tú llevabas a
la guerra.
La noche es amplia,
duerme, amigo,
mi amigo, ea…
La noche es bella,
está desnuda,
no tiene límites ni
rejas.
No es verdad que tú
hayas sufrido,
son cuentos tristes
que te cuentan.
Tú eres un niño que
está triste,
eres un niño que no
sueña.
Y la gaviota está
esperando
para venir cuando
te duermas.
Duerme, ya tienes
en tus manos
el azul de la noche
inmensa.
Duerme, mi amigo…
Ya se duerme
mi amigo, ea…
José Hierro
De “Tierra sin
nosotr0s” 1947