sábado, 10 de agosto de 2013

A veces, la distancia de la realidad depende de nuestra ignorancia y de un imaginario colectivo alimentado con sospechosa paciencia






Antecedentes de investigación

En el año 2003, la periodista Andrea Villaverde, desde Radio El Espectador de Montevideo, realizó una nota a un interno de la Cárcel de Canelones tras un motín. Esta nota generó un antecedente que llevó al mismo recluso, dos años después, a tomar contacto con la periodista con la expectativa de divulgar la nueva situación en la cárcel. Villaverde visitó el Establecimiento por primera vez en julio de 2005, y presentó un reportaje que fue seguido atentamente desde el establecimiento carcelario.

La periodista profundizó en el informe acerca del Proyecto de Rehabilitación Voluntaria, y la situación carcelaria en el Uruguay, en un tratamiento serio y respetuoso que llevó a los reclusos a considerarla merecedora de ser nombrada "Madrina" de su Proyecto de Rehabilitación. El madrinazgo se tradujo en el acompañamiento y asesoramiento en la difusión del proceso de trabajo de los reclusos. Asimismo fortaleció el vínculo de confianza y la relación de la periodista con los presos.

Andrea Villaverde fue destinando cada vez más tiempo al seguimiento del Proyecto, situación que la llevó a renunciar a sus tareas en la radio para dedicarse plenamente a esta tarea desde dos ángulos: el de la Madrina, netamente al servicio del Proyecto de Rehabilitación Voluntaria, y el de la Periodista, que se propuso entonces ir más allá y proponer la realización de un documental que registrara los vaivenes y avatares de este grupo de gente que trabajaba por su regreso a la sociedad.

El rasgo más distintivo que descubrí en este proceso-dice Andrea Villaverde- es el que me llevó a darle el nombre al Proyecto Documental: “Desde Adentro”. Este proceso es llevado por los mismos involucrados, invirtiendo los caminos ortodoxos: no son el gobierno, una ONG o una organización religiosa quienes intentan penetrar los muros de la cárcel para convencer delincuentes y lograr su reinserción social; son ellos mismos quienes proponen el camino, con sus códigos propios y vivencias intransferibles, dando los pasos que ellos entienden, a su forma y ritmo.
Eso sí: pidiendo ayuda a quienes desde afuera están en condiciones de colaborar.
Pocas veces se puede atestiguar un hecho de estas características desde la situación en la que me encuentro: cuento con la confianza y el acceso total al medio que los reclusos habitan. Cuento con su palabra, que según ellos mismos dicen, es lo único que tienen, y que defienden a ultranza.
A partir de la difusión que hicimos, muchas cámaras han ingresado a realizar notas acerca de la situación: ninguna llegará tan profundamente como la nuestra.”

Idea Original e Investigación: Andrea Villaverde - Producción Ejecutiva: Andrea Villaverde / Mario Jacob - Dirección: Vasco Elola - Producción: Mario Jacob - Sonido / Asistencia General / Cámara adicional: Kico Márquez - Edición: Manuel Rilla / Vasco Elola / Fernando Epstein - Post Producción & sonido: Daniel Márquez - Camara y Fotografía: Vasco Elola - Música: Manuel Rilla / Ernesto Tabárez - Tema original "Nuestros Colores": Pablo Joubert - Foto Fija: Juan Manuel Urruzola - Materiales de Archivo: Teledoce / Canal 10 / Canal 4 Montecarlo - Sonido adicional: Nicolás Almada / Álvaro Rivero - Clasificación y Secuenciación: Federico Beltramelli
Diseño Web: Agile Works - Diseño: Bruster.com.uy


De: www.fromtheinside.tv/4807/Proyecto





FILMAR UNA CÁRCEL DURANTE TRES AÑOS ES COMO ESTAR METIDO EN UNA ESPECIE DE CÚPULA DE VIDRIO. ES UN PUEBLO DE 800 PERSONAS DONDE PASA ABSOLUTAMENTE DE TODO”, EXPLICA VASCO ELOLA DESDE SU ESCRITORIO MIENTRAS SU ESPOSA Y SOCIA, ANDREA VILLAVERDE, APRUEBA CON UN GESTO DE LA CABEZA. EL ENCUENTRO ES EN LA PRODUCTORA PUBLICITARIA QUE DIRIGE ELOLA, LAS PAREDES DE LA OFICINA ESTÁN CUBIERTAS DE MUÑECOS DE SUPERHÉROES; LA FRIVOLIDAD DE ESE NEGOCIO Y LA FANTASÍA DE LOS CÓMICS FORMAN UN CONTEXTO MUY DISTANTE DEL QUE SE HABLA EN ESE ESPACIO DONDE EL ÁNIMO SE SIENTE CONTRARIADO. HACE CASI OCHO AÑOS QUE ESTA PAREJA SE RELACIONA CON LA VIDA EN LA CÁRCEL DE CANELONES: UN AÑO Y MEDIO DE INVESTIGACIÓN, TRES DE RODAJE (2006-2009), OTROS TRES DE MONTAJE. LLEGÓ EL MOMENTO DE PRESENTAR EL DOCUMENTAL DESDE ADENTRO Y EL ENTUSIASMO SE MEZCLA CON LAS GANAS DE SALIRSE DE ESA REALIDAD DESESPERANTE. DEL MUNDO QUE CONOCIERON HACIENDO SU PELÍCULA, HABLAN EN ESTA NOTA.



-El punto más valioso del documental es que se filmó durante tres años en la cárcel, siguiendo el proceso de cerca, ¿fue el plan desde el inicio?

-Andrea Villaverde : La cosa empezó un año y medio antes de que empezáramos a rodar. Cuando asumió Tabaré Vázquez declaró el “estado de emergencia carcelaria” y se puso en marcha un proyecto de ley que se terminó de aprobar a mediados de 2005 según el cual se descontaba a los presos un día de pena por cada dos de trabajo. Los presos de la Cárcel de Canelones ya estaban trabajando desde antes, por iniciativa propia, en lo que llamaron Proyecto de Rehabilitación Voluntaria; ya habían armado condiciones de trabajo que el director de la cárcel (Oscar Del Puerto) había habilitado y ellos invitaron a la prensa para explicarlo. En ese momento yo trabajaba en El Espectador, en 2003 había tenido contacto con algunos de ellos porque ocurrió un motín, y en 2005 me llamaron, fui e hice un informe sobre este proyecto que les gustó mucho, lo escucharon en toda la cárcel, y ahí le propuse al Vasco filmar ese proceso.

-Y se presentaron al FONA.

-Vasco Elola: Primero nos presentamos al Doctv y no haberlo ganado fue una bendición rara, porque nos hubieran dado el doble de dinero que el FONA pero teníamos que filmar en tres meses y eso a mí me inquietaba porque por muchas razones me parecía que la práctica de dejar pasar el tiempo era esencial, empezando por nosotros mismos, para no dejarnos influir por algo que era inmediato, que en ese momento parecía ser maravilloso. Y no es que quisiéramos que no lo fuera, pero sí queríamos saber en qué iba a terminar. Ahí ganamos el FONA e incluso nos excedimos del plazo establecido.

-¿Cómo determinaron el fin del rodaje?

-VE: Dejamos de filmar cuando uno de los dos protagonistas quedó en libertad, la historia que habíamos encontrado ahí adentro tenía un gran punto final ese día.

-AV: Al principio fuimos a buscar a todos los involucrados con ese proyecto, los protagonistas de Desde adentro son los principales dirigente, digamos. Pero el proyecto fue mutando, pasó a un segundo plano y la historia personal de cada uno fue cobrando importancia, no porque nosotros lo buscáramos así sino porque se fue dando.

EQUIPO

Vasco Elola estudió sociología y periodismo pero se enfocó en el audiovisual desde 1985. Fundó junto a Walter Tournier y Mario Jacob la productora Imágenes, trabaja en publicidad y dirigió video clips; Desde adentro es su primer largo. Mario Jacob se hizo cargo de la producción, Kico Márquez del sonido. Elola, Fernando Epstein y Manuel Rilla del montaje. La música es de Rilla (Genuflexos) y Ernesto Tabarez (Eté & los problems).
-¿Hubo otras vertientes que registraron y luego descartaron en el montaje?


-AV: En tres años de rodaje filmamos más de 60 horas, la película dura 87 minutos…Decidimos ir por la historia de los dos personajes principales, el vínculo entre ellos, pero había muchos caminos…
-VE: Son 800 personas que viven, trabajan, comen, se pelean ahí, hay decenas de emergentes, están los absolutamente inevitables y los absolutamente previsibles. Por ejemplo en un momento hubo una muerte, lo que no es raro de por sí pero esta fue muy fuerte porque era un gurís que estaba de pasta y tuvo una discusión con otro y lo pinchó en un plan pelea. Pero lo pinchó justo en el corazón y mató a su amigo. Ese fue un momento pesadísimo.
-AV: Tenían 18, 19 años y estaban en un proceso de rehabilitación por consumo de drogas, estaban trabajando en unos grupos terapéuticos por iniciativa de un psicólogo que empezó a ir a la cárcel, pero como la Junta Nacional de Drogas no tenía determinado nivel de resultados lo cerró, y esos chiquilines quedaron huérfanos. No es que el motivo de la muerte haya sido ese, pero todo ese trabajo se cortó desde una oficina del Edificio Libertad…hubiéramos podido ir por ahí y teníamos otra película. Nosotros vivimos toda esa situación pero decidimos no incluirla en la película.
-VE: Para darte una idea del nivel de frentes que había que cerrar, no abrir…

-En un momento en que hay tanta tensión social por la delincuencia esta película propone una mirada muy distinta, incluso se genera empatía con los protagonistas, ¿les preocupa las críticas que pueda recibir?

-VE: Yo no voy a discutir el sufrimiento de la víctima de cualquier delito, ese no es el debate, el debate es pensar una vez que esos delincuentes llegan ahí qué sucede, ¿los escondemos? En ningún momento se identifica los delitos que cometieron, si sabemos qué hicieron es porque ellos lo comentan pero si poníamos etiquetas de delitos era empezar a hacer una identificación extraña que es válida fuera de la cárcel. Ahí adentro ellos se organizan de otra manera y tienen otro nivel de códigos que los jerarquiza. La idea en general es que vos estás frente a estas personas que están muy vulnerables esperando ver qué es lo que ellos pueden obtener frente al esfuerzo que están haciendo. La sociedad está pensando en construir más cárceles y alargar las penas como si uno le pusiera una tapa y eso quedara ahí; y eso no queda ahí porque queda ahí para los que tienen cadena perpetua o pena de muerte y eso acá no existe. Los que están ahí algún día van a salir, entonces aunque sea desde un punto de vista egoísta vos podés pensar que te sirve darles otra oportunidad, que se rehabiliten.

-AV: Catuca lo dice en un momento, cuánto más odio acumulan adentro peor es cuando salen. Conviene que salgan lo mejor posible.

-VE: Esto no es una ficción, no se puso textos en sus bocas; si ellos se ven como humanos será porque lo son. No buscamos retratarlos así, y si vos analizás bien notás que en un momento cada uno de estos personajes se pisa el palito, se contradice. En el momento en vos empezás a humanizar a estos personajes empiezan a mostrarse reservas, y por más carismáticos que sean, por más brillantes que parezcan en algunos casos, por más queribles, siempre tenemos que estar alertas de no comprar el paquete.

-AV: Yo creo que los tres años de rodaje, y el año y medio que yo fui yendo sola a la cárcel para hacer la investigación, nos dio esa ventaja. Al principio todos te pedían cámara todo el tiempo, y entraba la cámara y te decían lo que suponían que vos querías escuchar. Con el tiempo tuvimos la confianza como para enfrentarlos y debatirlos, preguntarles por las contradicciones, sus acciones.

FINALES FELICES

La película tiene dos grandes protagonistas, Catuca y Medina. Los dos lograron rehabilitarse, están en pareja, tienen un trabajo y seguramente asistan al pre estreno de la cinta.

-Ese cuidado de no dejarse engañar, ¿cómo repercutió en los rodajes? ¿Cómo llegaban a esas instancias?

-AV: Hubo un tiempo en que íbamos cada dos semanas, luego teníamos fechas agendadas como cuando iba la maestra, o los ediles, o cuando el vicepresidente de ese momento (Nin Novoa) los visitó, luego íbamos a ver con qué nos encontrábamos.

-VE: El viaje de ida era de una hora y en cada viaje íbamos refrescando todo, haciendo especulaciones sobre lo que no teníamos claro, qué hablar con quién, pero en el momento en que llegás te cambia todo: uno no quiere hablar, al otro lo cambiaron de módulo…

-AV: Nosotros pusimos algunas pautas, como pedir autorización firmada a cada uno que filmábamos, y dejar en claro que yo no iba a ingresar a los lugares de residencia, pero nunca conseguimos el permiso escrito del Jefe de Policía, que es la autoridad de la cárcel, autorizándonos a entrar. Era de teléfono, digamos: el día anterior o el mismo día del rodaje yo llamaba al director de la cárcel y me daba permiso o no. Durante esos tres años, cada día que filmamos, con la Guardia la situación fue la misma: parecía que no supieran quiénes éramos ni qué íbamos a hacer ahí, pero no nos molestaron, ni la Guardia ni la Policía. A lo largo de todo el rodaje hubo una cuota de “qué va a pasar hoy cuando lleguemos”.

-VE: Al mismo tiempo nuestra principal garantía ahí adentro era que estábamos con los presos. A nosotros no nos veían solos, siempre estábamos acompañados por dos o tres presos referentes.


-Fueron dos años y medio de montaje…

-AV: Y cuando ya estaba bastante armado tuvimos que eliminar a uno de los personajes, porque el hombre salió en libertad un año antes que el resto y nos lo encontramos y había conseguido un trabajo en una multinacional que si lo llegan a ver en la película…

-VE: Ni siquiera él me lo pidió pero no podíamos hacerle eso y hubo que deshacer secuencias enteras que estaban armadas. La primera vez que entré en la cárcel la pregunta que yo me hacía era cómo es estar preso, cómo es vivir en una cárcel y hacia el último día del rodaje ya me venía contestando desde hace un tiempo que esa pregunta era un delirio, no te la podés contestar. Es inimaginable, los tipos están ahí y alucinan, este señor que sacamos de la edición nos decía “a mí me encanta que vengan porque tienen olor a calle”, y realmente olés distinto, no es una figura poética.

-AV: En la Guardia y la Policía había otra película posible. Realmente los policías trabajan en unas condiciones terribles, la oficina es al fondo de un corredor donde están las celdas, lleno de charcos, tienen un sucucho con dos sillas de plástico, un calentador, ni una ventana para estar horas escuchando ese infierno.

-VE: Los policías están presos con ellos.

-AV: Y se da otra situación que es que algunos policías se sienten discriminados cuando por ejemplo, llegan cosas nuevas para los presos. Era otra película, pero nos cuidamos de enfocarnos…la principal discusión del montaje fue esa, qué película hacemos, fue una discusión larga.

-VE: Yo no sabía si ahí teníamos una miniserie o un documental, hasta ese punto llegamos.



Esta entrevista se publicó el sábado 3 de agosto en Sábado Show.

De: ParaVER.com.uy





VILLAVERDE Y ELOLA HABLAN DE LA EXPERIENCIA DE IR 3 AÑOS A LA CÁRCEL DE CANELONES

"Desde adentro": todo lo que no se ve

Mañana se estrena el documental uruguayo "Desde adentro", que sigue durante tres años la vida de un grupo de reclusos de la Cárcel de Canelones. El País dialogó con sus realizadores: Andrea Villaverde y Vasco Elola.

Gonzalo Palermo

En 2003, Villaverde, por entonces periodista de radio El Espectador, entrevistó a un recluso de la Cárcel de Canelones tras un motín. El propio interno se puso en contacto con ella dos años después para informarle sobre el Proyecto de Rehabilitación Voluntaria y Villaverde siguió el tema durante 18 meses, estrechando su vínculo con la población carcelaria y originando la idea de ir más allá. "Yo nunca había entrado a una cárcel. Me impactó mucho el empuje que ellos tenían para reinventarse, y me quedó rumiando la necesidad de hacer algo con eso", responde ella. Fue entonces cuando decidió dejar su trabajo en la radio para abocarse al documental. "Andrea llegó un día a casa y me dijo: renuncié a la radio, quiero hacer este documental, ¿vos lo querés hacer conmigo?", cuenta Vasco Elola, director de la película y pareja de Villaverde desde hace 25 años, quien junto al productor Mario Jacob y los editores Manuel Rilla y Fernando Epstein completa el equipo de trabajo de Desde adentro.
En diciembre de 2006 empezaron a filmar en una cárcel de más de 800 internos. "Cuando entra la cámara, en la cárcel ya me conocían; estaban acostumbrados a que yo entrara. No solamente la gente que estaba trabajando sino todos los que estaban mirando desde atrás de las rejas", recuerda Villaverde. Según Elola, fue clave, a la hora de establecer un vínculo de confianza con los presos, que fuera justamente una mujer quien encabezara el proyecto.
Desde adentro se construye y funciona en base a una mutua colaboración: los presos que encuentran en los realizadores un nexo con el exterior y estos últimos que a su vez encuentran en los primeros una historia para contar. Catuca y Medina, coordinadores del Proyecto de Rehabilitación Voluntaria, fueron las dos voces que se perfilaron naturalmente como las principales. De esta manera, el documental está sujeto a sus dos miradas, sus idas y vueltas, sus estados de ánimo y hasta sus contradicciones a lo largo del tiempo. "No estamos mostrando `la cárcel tal cual es`; estamos mostrando una realidad, que es la realidad que estas personas permitieron y quisieron mostrar", explica Villaverde, y Elola agrega: "Medina tenía una formación más política, podía sintetizar determinadas cosas, y Catuca, en su forma de ser y de expresarse, tenía ese interés que despierta en la gente. Y además, Catuca, por haber liderado algunos movimientos de la cárcel, tenía un respeto muy grande por parte de los presos".

Historias


En varios pasajes de la película se muestran fragmentos de reportajes de informativos: mientras el periodista de Subrayado afirma en 2005 que "el motín empezó cuando los reclusos incendiaron el módulo", Catuca, dos años después, responde que "aquello no fue un motín; fue un incendio accidental". Una muestra evidente de que la intención de los realizadores es explicar justamente los hechos desde adentro y como parte de la vida carcelaria, no como eventos aislados comprimidos en tres minutos. No como la realidad sino como una versión. "El que vaya a ver una crónica periodística de una cárcel se va a ir decepcionado", asegura Elola.
Desde adentro pone el acento en la rehabilitación -con el Proyecto como eje- más que en las penas. Tanto que en un documental sobre presos nunca se habla directamente de los crímenes. "Nos pareció que si empezábamos a categorizarlos de esa manera íbamos a caer en un error con respecto a lo que estábamos tratando de decir, porque empiezan las chapas: `fulano hizo tal cosa`, `mengano hizo tal otra`. Y en definitiva ahí adentro se trata en realidad de cuestionarse si la cárcel es un lugar adecuado, como está entendida hoy, para que realmente sea un beneficio para la seguridad pública. Normalmente se sostiene que la cárcel es una solución para la seguridad, y de las pocas cosas que nosotros podemos decir es que la cárcel es un problema para la seguridad, no una solución", asegura el director. "Nosotros no estamos diciendo que si alguien comete un crimen no vaya preso", interviene Villaverde. "Lo que estamos diciendo es: `hagamos algo con esa persona` y no `depositémosla en un lugar y bajemos la cortina como si no estuviera`. Porque esa persona está ahí y va a salir en algún momento".
 Discusión

Durante los tres años de rodaje que llevó la película la discusión sobre la inseguridad en Uruguay se agudizó. El estreno llega en tiempos donde los jóvenes infractores, las penas más severas y la población carcelaria son temas candentes. Desde adentro funciona como un insumo más -de enfoque profundo en comparación con una nota televisiva- para el diálogo. Elola es consciente de esto. "¡Yo quiero que nos discutan! ¿Cómo va a reaccionar alguien que acaba de recibir cuatro balazos o que lo robaron cinco veces en la panadería? El problema es que si la gente no discute desde otro ángulo va a seguir agravándose la tendencia de que hay que aumentar las penas, reducir la edad de imputabilidad y tratar a la gente peor adentro de la cárcel".

"La película puede dar una aproximación a cómo se vive dentro de una cárcel y a cómo piensan y sienten personas que desde afuera las ves venir y cruzás la calle", concluye Villaverde. Un rodaje lleno de desafíos
"Tenemos 60 horas de material y fuimos casi 50 veces a la cárcel. Nos imponíamos no grabar más de una hora por visita", explica el director. "Fue intenso en lo que se llevó de tiempo, por muchas razones. Lo que más costó fue encontrar la forma final. Además estuvo bueno dejar pasar tiempo después que dejamos de grabar, porque eso nos daba una perspectiva de qué era lo más anecdótico y lo realmente universal y permanente de lo que estaba sucediendo". El proceso de edición también fue importante, según cuenta Villaverde. "Hubo secuencias enteras que las habíamos visto dos años antes, y después de filmarlas las veías en bruto y decías `esto tiene que estar`. Pero al final tenías que sacarlas".


Los verdaderos cambios sociales hacia el bienestar general
exigen que cada uno, desde su lugar, aporte, en consenso o en discenso,
y para ello no hay otro camino que ponerse la piel del Otro.
Como Andrea y Vasco. Por varios años la vistieron. Y valió la pena.