jueves, 8 de agosto de 2013

La muerte, una sacudida feroz a nuestro precario equilibrio

Cada uno está solo sobre el corazón de la tierra,
traspasado por un rayo de sol:
y de pronto, anochece,
Salvatore Quasimodo                                 
Para Carlos Rodríguez,
el policía fallecido
en el asalto
al Correo en Pocitos.

Carlos Rodríguez no fue mi alumno pero pudo haberlo sido: hasta el año pasado, el Proyecto atendía por igual las necesidades educativas de internas/os y personal policial; por otro lado, es frecuente que en mi Liceo Rural, muchos de los alumnos del Nocturno pertenezcan a los cuadros de la Policía o el Ejército. 

He tenido, entonces, la oportunidad de trabar una relación persona a persona en distintos ámbitos; he sentido el inmenso placer de acompañarlas en ese pequeño tramo del camino, en el que intercambiamos distintos saberes. 

El vínculo humano esencial ha aprendido a sortear ciertas fronteras que, éticamente inadmisibles, perduran por imperio de dos grandes poderes: el Miedo y el Dinero. Porque, en definitiva, y en nuestra íntima naturaleza, todos somos iguales: el ángel y la bestia, en el mismo estuche.

Que Carlos Rodríguez haya sido ese hombre valiente y fiel a su vocación, el hijo admirado, el hermano siempre dispuesto, el compañero innegablemente querido y respetado por sus pares, el ciudadano que no pudimos preservar, NO FUE UNA CASUALIDAD.  Sin duda, hubo una FAMILIA ATENTA, DOSIFICANDO AMOROSAMENTE LOS LÍMITES que todo niño/a necesita vivenciar para convertirse en un ser adulto emocionalmente sano. Tan sano que quería rumbear de nuevo pa´su tierra, porque con claridad meridiana estaba percibiendo el caos de la capital.


Que Carlos Rodríguez tuviera que demostrar su lealtad con la sola mediación de "un escarbadiente", eso, eso ya es harina de otro costal. Pertenece al plano de las responsabilidades tácitas de quienes fueron mandatados para la mejor conducción del país, para el bienestar moral, social, cultural de sus habitantes (y no exclusivamente el económico). A propósito, Marx sostenía la inutilidad de todo proceso que no desvele la alienación económica. Éste no la ha desvelado, sin duda; los datos están a la vista.

¿Qué representante internacional tendrá que venir a tirarles las orejas a las Autoridades en esta ocasión? ¿Qué Organismo tendrá que señalarles que también es atentatorio el estado en el que está inmerso el personal policial del país, que no recibe capacitación, que no cuenta con armamento que date de siquiera diez años atrás, que no... que no... y la enumeración es archiconocida para seguir extendiéndonos, ¿no? Así que, no hubo rubros para la Educación; tampoco para la Salud; aún menos para la Policía. ¡Qué progresismo, Señores!

¿Cuál es la inversión viable a "Vuestro alto criterio"? Porque, a decir verdad, tampoco los ha conmovido demasiado la situación de los/as privados/as de libertad. Esta página debería ofrendar unas cuantas decenas de distintivos negros, porque ya hubo que llegar al extremo de motines, incendios, destrucción de módulos, visitas de la relatoría, advertencias sucesivas del Comisionado Parlamentario, etc., etc., (sin incluir a las víctimas civiles de la Violencia YA INSTALADA) para que ustedes se resolvieran a empezar a diseñar alguna estrategia para "tapar el ojo". ¿Les será tan difícil comprender que JONATHAN PÉREZ y JÉSSICA JUÁREZ terminan cometiendo actos bárbaros porque no hubo ni una madre ni un padre ni una abuela ni una tía que AMOROSAMENTE DOSIFICARA LOS LÍMITES del futuro adulto/a emocionalmente sano? 

¿Cuántos muertos/as más deberemos sufrir, Afuera y Adentro, para que ustedes se despojen de SU ALIENACIÓN?