En el año 2009, el Consejo de Enseñanza Secundaria
convocó a un Concurso para proveer el cargo de Coordinador del Programa Educación
en Contextos de Encierro. Los requisitos fueron múltiples y muchas las personas
que se postularon.
En marzo del 2010, asumió el mismo la Profesora Sandra Gardella,
considerada por el Tribunal Actuante como quien mejores condiciones reunía para la función.
Sin duda, es posible reconocer, objetiva y
subjetivamente, que su accionar determina un
antes y un después para E.C.E.
En principio, porque el proyecto personal con el que
concursó -la extensión del Programa en
todo el país- revelaba un conocimiento y una evaluación surgentes sólo de un
agente activo del proceso desde sus inicios.
Efectivamente, Gardella integraba el cuerpo docente
de E.C.E. desde el 2006, ejerciendo Química en diferentes Establecimientos Penitenciarios
en forma continuada y con un alto grado de dedicación, realidades éstas y no
meros elogios, pues no existe mejor medición que la espontánea opinión del
alumnado.
Ni qué decir que en su práctica común en Liceos públicos
y privados se había distinguido ya como una profesora innovadora y muy
preocupada no sólo por la superación cognitiva de sus alumnos sino, y muy
especialmente, por la situación emocional de los mismos. A modo de ejemplo,
podríamos citar su lindísima estrategia didáctica de acercar la ciencia a través
de cuentos, cuentos que ella misma escribía.
En segundo lugar, porque no fue una propuesta
contingente al desafío que imponía el concurso, sino que, hasta el presente, es
posible constatar el crecimiento exponencial que la Educación “liceal” en
Contextos de Encierro ha experimentado y continúa manifestándose en forma
sostenida, ya que no pasa un día en que no se reciba solicitud al respecto
(hecho constatable para cualquiera que concurra a la Oficina de la Coordinadora
en días y horarios no agendados previamente).
Por mencionar una prueba, podríamos citar el
Encuentro de diciembre del 2011, donde varios Directores de Establecimientos de
Detención ofrecieron testimonio público de dicha dinámica y agradecieron la
colaboración que estos “servicios” implican.
Pocos días atrás, un alumno que ella había conocido
en Las Rosas años atrás, me dijo en el CNR Metropolitano: “¡Pa! profe, Sandra es una garantía;
sabe que a mí me pasó que no se encontraba mi documentación estudiantil porque
estaba recién trasladado, y ella, en tres días, la reubicó y la envió. Fíjese,
ahora estoy terminando 6º; Sandra fue un hada madrina que me mandaron de no sé
dónde”.
¡Qué mejor reconocimiento que el transmitido por
esas palabras! ¡Qué mejor traducción del fenómeno que la Coordinadora Sandra
Gardella está produciendo desde el 2010, ese fenómeno que Carlos Skliar menta
como “transformar lo invisible en
visible”. Lo necesitábamos, todos.
Por eso tanto silencio entre el 2008 y el 2010. (Nada
más invisible pero fieramente palpable que el silencio.)
Por eso, aquel cuartetito con el que iniciábamos
este blog:
pétalos de sal y sol
perfume leve que al viento sube
criatura de todos
que bajará en tu voz.