"... Se dice
que los castigos corporales han sido abolidos, 
pero no es verdad. He ahí la
prisión, que degrada la incolumidad 
corporal: la privación de aire, de sol, de
luz, de espacio, el confinamiento 
entre cuatro muros estrechos, el paseo entre
rejas, la promiscuidad con 
compañeros no deseados, en condiciones sanitarias
humillantes, el olor, 
el color de la prisión, las comidas siempre frías, en que
predominan las 
féculas hervidas (no es por azar que las caries dentarias y las
molestias 
digestivas se suceden entre los detenidos); tales sufrimientos
físicos 
implican una lesión corporal que deteriora lentamente"
HULSMAN, Louk-
"El enfoque abolicionista: políticas criminales alternativas".
Criminología crítica y control social.

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