Reclusas de El Buen Pastor reciben indicaciones de
las actrices Johana Bahamón y Victoria Hernández.
Las
alusiones al encierro que hizo el dramaturgo español Federico García Lorca en
‘La casa de Bernarda Alba’ se han convertido en reclamos de libertad para la
veintena de reclusas de la cárcel El Buen Pastor que integran el grupo de
teatro del centro.
Bajo
las indicaciones de la actriz Johana Bahamón y de su profesora de teatro,
Victoria Hernández, las internas ensayan diariamente durante más de dos horas
en el patio del centro penitenciario, que consideran "un espacio de
libertad" que les permite relacionarse, evadirse e intercambiar
experiencias con un proyecto único en el país.
"El
tema era muy parecido a la vida en la cárcel. El texto habla de la libertad del
espíritu y ellas pueden estar encerradas entre cuatro paredes pero son libres
de sentir y pensar", declaró a Efe la actriz, quien recordó que, sin
personajes masculinos en escena, el texto se ajusta perfectamente al grupo.
Escrita
en 1936, la obra retrata la España conservadora y rural mediante la historia de
Bernarda Alba, una madre que tras enviudar impone a sus cinco hijas un estricto
duelo que las condena a vivir encerradas en la casa familiar.
"Resultaron
ser unas actrices innatas, son muy generosas con sus sentimientos. Si un
personaje está triste se desbordan en tristeza, si un personaje está alegre,
entonces se desbordan de la alegría y tienen unos sentimientos tan a flor de
piel que son unas actrices naturales muy buenas", reconoció Bahamón.
En
septiembre de 2012 y tras asistir como jurado a un certamen de belleza en la
cárcel, esta actriz colombiana de telenovelas como ‘3 Milagros’ o ‘Niñas mal’,
conoció su realidad y decidió que "necesitaba volver".
Tras
un proceso de selección en el que no se tuvo en cuenta el delito que
cometieron, doce candidatas fueron elegidas para interpretar a los personajes
femeninos que, sólo dos meses después, representaron ante todas sus compañeras
del Buen Pastor, a las que se unió la ministra de Justicia, Ruth Stella Correa.
Entre
ellas se encontraba Teresa Aparicio, una catalana de 50 años de edad que cuenta
los seis y medio que le quedan para abandonar la prisión en la que lleva
encerrada 16 meses, cuando la acusaron de tráfico de drogas.
"Estos
son ratos de libertad. Sales, ensayas, te mueves,...", confesó Aparicio,
quien interpreta a Josefa en la obra, la abuela loca "capaz de decir todas
las verdades que nadie más se atreve" y que vive con emoción los ratos que
comparte con el resto de compañeras.
"Ha
sido una oportunidad que nunca me hubiera imaginado, me ha dado mucha
fortaleza, como si no estuviéramos recluidas", explicó.
"Aprenderme
el guion fue bastante fácil, lo importante es ponerse en el personaje y hacer
que quede bien para que la gente se lo crea". Aparicio, quien denuncia el
hacinamiento que viven las cárceles colombianas, espera con ansia su repatriación
a España para poder estar más cerca de aquellos a los que más extraña, su
familia.
"Siempre
hay problemas, es una cárcel, desde que uno entra algo pasa, es parte de la
rutina, pero cuando llegamos aquí y empezamos a ensayar todo se olvida, todo
fluye", reconoció Bahamón.
La
experiencia resultó ser un éxito, "de las mejores" que la artista
reconoció haber tenido "a nivel profesional y personal".
Aparentemente, la iniciativa ha sido también satisfactoria para las reclusas
del grupo de teatro, ya que pasó de 24 a 40 miembros.
"Cuando
empecé a ver la importancia y el apoyo a ellas decidí crear la Fundación Teatro
Interno", añadió, un proyecto que busca llevar el teatro a todas las
cárceles de Colombia como una terapia de evasión, expresión y convivencia.
El
próximo 25 de marzo todas ellas actuarán en la ciudad de Villavicencio, una
experiencia que esperan salga bien para iniciar una gira que las podría llevar
a recorrer distintas partes del territorio colombiano.
EFE
Publicación
eltiempo.com
Sección
Cultura y entretenimiento
Fecha de
publicación
18 de marzo de 2013
Autor
EFE
5 de junio de 1898 |
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