Acudí a una conferencia de Pasi Salhberg, funcionario del
Ministerio de Educación de Finlandia, realizada en la Escuela de Educación de
Harvard a buscar algunas respuestas: ¿el éxito del sistema educativo finlandés
es tan solo una expresión de sus valores como sociedad o fue el resultado de
una decisión política explicita?
“Finlandia nunca ha aspirado a tener el mejor sistema educativo
del mundo”, fue
la frase con la que inició la presentación Salhberg. El objetivo que se trazó
Finlandia fue más bien “la mejor escuela para cada niño”. Lo que podría
parecernos una sutil diferencia de eslóganes marketeros, es en realidad la
columna vertebral de su propuesta. Y es que renunciar a que la calidad de tu
sistema educativo se mida de una forma homogénea (como si los niños fueran
productos de fábrica) en relación al club de países desarrollados te hace
libre. “La mejor escuela para cada niño” tiene dos consecuencias muy potentes.
La primera es sobre la equidad; priorizas tus esfuerzos en el niño con más
obstáculos para aprender: el que viene de un hogar con padres con poca
educación, el que no tomó desayuno esa mañana o el que tiene problemas de
concentración. La segunda es que personalizas la educación a las habilidades y
potenciales de cada niño, quien compite contra sí mismo y no contra su
compañero de carpeta. Las implicancias operativas de esta propuesta son
desbordantes: en secundaria por ejemplo, cada niño tiene un plan de estudio
personalizado. Salhberg lo resumió muy bien: “En Finlandia los niños no se
preparan para la escuela, es más bien la escuela la que se prepara para los
niños”.
Una convicción adicional lleva a que los finlandeses
tengan, sin desearlo, el mejor sistema educativo del mundo: “es mejor prevenir
antes que remediar”. Lo aplican en dos ámbitos claros: en la inversión en
primera infancia y en la selección de sus docentes. El caso de los profesores
es destacable. Para ser profesor de educación básica solo hay un camino: cursar
uno de los 8 programas de maestría disponibles. En el 2012, la Universidad de
Helsinki recibió 2000 aplicantes para solo 120 posiciones. La clave de este
proceso de selección, además de la rigurosidad que exigen en las pruebas
de conocimiento, es identificar a los candidatos que tienen una auténtica
motivación y que quieren asumir con responsabilidad e hidalguía la preciada
misión de encargarse de educar a un niño. A diferencia de las agendas de
muchos países en desarrollo, inventarse metodologías para medir el desempeño
docente no es un tema que les quite el sueño; ellos ya se aseguraron que sus
docentes sean los mejores.
Este profesionalismo en la provisión del servicio
educativo lleva a que los finlandeses clasifiquen a la escuela como la segunda
institución pública más confiable (después de la Policía). Este círculo virtuoso
donde la escuela asume con responsabilidad el reto de educar a los niños y la
sociedad valora este esfuerzo también ha liberado de su agenda la
implementación de mecanismos de vigilancia y rendición de cuentas.
Al final de la conferencia me di cuenta de que la pregunta
que quería resolver estaba mal planteada: el éxito del sistema educativo
finlandés no se puede explicar por caminos excluyentes (sociedad o burocracia). El sistema educativo finlandés no es solo el resultado de una
burocracia eficiente, sino de la apuesta de la sociedad porque las escuelas
sean el espacio donde el niño se quita de encima las taras –que no eligió– y que afectan su desarrollo.
La escuela es el espacio donde el niño se libera de la situación de pobreza del
hogar o del bajo grado de educación de la madre. Es el espacio
donde desarrolla su potencial como ser humano. Sin lugar a dudas, esta obsesión
con la equidad decanta en una mejora en la calidad del sistema.
Situación muy distinta a lo que sucede cuando un niño
nacido en la sierra rural de Huancavelica acude al colegio. El sistema
educativo peruano le recuerda todos los días dónde nació. Nació en medio de la
pobreza, y por eso solo el 4.12% de los niños que estudia como él en una
escuela pública rural alcanzará los logros requeridos en matemática[2]. Y mi impresión, a juzgar por el rebote de la
última Evaluación Censal de Estudiantes, es que los peruanos parecemos estar de
acuerdo con eso.
Escribe
María Antonieta Alva Luperdi, estudiante de maestría de la Escuela de Gobierno
de la Universidad de Harvard.
[1] Su
página web es altamente recommendable http://pasisahlberg.com/
[2] Evaluación
Censal de Estudiantes 2012. Ministerio de Educación.
EL ESTADO COMO GARANTE DE LA
IGUALDAD DE OPORTUNIDADES
Finlandia,
un modelo educativo exitoso
El
hecho se puede explicar tranquilamente por las leyes naturales y no necesita
ser atribuido a la intervención divina. Aun así, lo sucedido en Finlandia sigue
siendo calificado como «milagro», más por pereza semántica que por razones
ajustadas a los términos de la Real Academia Española.
El
país europeo, vecino de Suecia, Noruega, Rusia y Estonia, tiene unos 5,5
millones de habitantes en una superficie apenas más grande que la provincia de
Buenos Aires. En esas tierras ocurre un fenómeno que deslumbra a naciones
europeas y de otros rincones más alejados del mapa: la educación en Finlandia
ocupa los más altos estándares de calidad del mundo, es totalmente pública,
tiene una brecha nula entre los sectores más pobres y ricos de la sociedad,
aporta conceptos novedosos para el rol del docente, otorga amplias libertades
para el desarrollo del alumno y representa, más que cualquier otra actividad,
la eficacia del Estado moderno. Pashi Sahlberg, uno de los exponentes del
Ministerio de Educación finés, lo resume así: «La educación es percibida como
un derecho humano básico para todos y por eso está protegida en nuestra
Constitución. Como país, necesitamos que nuestros niños, todos ellos, tengan
acceso a buenas escuelas y buenos maestros. Nuestro objetivo básico es que la
educación sirva como instrumento para la igualdad social». Las cifras no lo
desmienten. Midiendo a los sectores más bajos y más altos de la población en
materia de aprendizaje escolar, la diferencia de nivel entre unos y otros es
apenas de un 5%.
Finlandia
muestra sus logros en las aulas a través de los exámenes PISA (Program for
International Student Assessment o Programa para la Evaluación Internacional de
Alumnos), un método de evaluación de conocimientos que desde hace una década,
cada trienio, realiza la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico) entre sus 62 países adheridos, Argentina incluida. Cierto es que
este método de evaluación tiene sus críticos, que entre otras cuestiones lo
acusan de tomar en cuenta solo un análisis cuantitativo al tiempo que se le
cuestiona ser el instrumento para que la OCDE elabore un ranking que luego
aplicarán el Banco Mundial, el BID y el FMI. Pero es la única institución
internacional que aporta algún dato corroborable para sopesar entre las
diferentes variables que se toman en cuenta en el ámbito educativo.
Resultados medibles
Los
resultados en este sentido mostraron que el país nórdico era más que una
gigante usina de tecnología para telefonía móvil y explotación de bosques: las
pruebas ubicaron a Finlandia en los primeros puestos en el área de matemática,
ciencias naturales y comprensión de lectura. El último análisis (2009) mantiene
a los estudiantes fineses en el podio, apenas superados por compañeros de
China, Corea del Sur y Hong Kong. «¿Cómo hacen?», se preguntaban en el Viejo
Mundo y cruzando el océano Atlántico, en América. El logro, incluso, contradecía
algunos cánones inscritos a fuego en la burocracia de instituciones como la
OCDE, ya que es el Estado el protagonista de tal odisea y no los centros
privados de formación. Sahlberg replica con fundamento y sencillez: «La mayoría
de las escuelas en Finlandia son buenas y no hay necesidad de escuelas
privadas. Consideramos imprescindible invertir en crear más y mejores escuelas
públicas, con niveles equitativos, donde la necesidad de escuelas privadas como
sustitutas de establecimientos públicos desaparezca. Utilizar la educación
privada para solucionar problemas de baja calidad y desigualdad en la
transmisión de conocimientos, a nuestro criterio, empeora las cosas». De
conferencia en Estados Unidos, el funcionario de la cartera educativa finés
defendió su modelo: «Ustedes –dijo– tienen políticas de educación orientadas en
el concepto de “ser el mejor”, estableciendo de este modo quién está arriba y
quién está abajo. Nosotros no somos así».
¿Cómo
son? Son previsibles. Las políticas educativas y los programas curriculares
fueron discutidos apenas terminada la Segunda Guerra Mundial y hasta 1970,
donde se establecieron las bases para el actual modelo. Hace veinte años
trasladaron a la órbita municipal todas las escuelas, pero con los fondos
necesarios para su funcionamiento. Buscaban un seguimiento directo y sin
obstáculos de la gestión escolar. La semilla que plantaron entonces está
floreciendo hoy. El rol de los «jardineros» es primordial. Los maestros son
formados en once universidades. Se los elige a través de un exhaustivo proceso
de selección. Sólo en la Universidad de Helsinki, 2.400 postulantes se anotaron
en 2011 para cubrir 120 puestos, una proporción que en la práctica vuelve más
difícil ingresar a la carrera docente que a, por ejemplo, Derecho o Medicina.
Como parte del seguro social, un aspirante a lucir el guardapolvo blanco tiene
derecho a un subsidio estatal para sus gastos de manutención y vivienda. Se les
otorgan 259 euros mensuales para gastos de estudio y 200 euros para solventar
el alquiler de una casa. El Estado también brinda la oportunidad de que los
maestros amplíen su formación capacitándolos de manera gratuita en carreras de
posgrado. Un docente pasa, promedio, cuatro horas por día en el aula y se les
paga dos horas extras más para que las dediquen a su desarrollo profesional.
Cada curso no tiene más de 20 pupitres, propiciando un contacto más estrecho
entre el educador y el alumno. Reijo Laukkanen, del Consejo Nacional de
Educación, asegura: «Le damos mucha libertad, y eso es fundamental para la
motivación del cuerpo de profesores. En comparación con otros trabajos,
admitimos que tal vez no estén bien pagos, pero gozan de un gran reconocimiento
social». Repasando la lista de salarios básicos de un maestro primario, Estados
Unidos ocupa el puesto nueve, España está décima y Finlandia, decimoquinta.
Aunque el presupuesto del gobierno finés destina un 14% de los fondos al área
educativa, índice muy superior al de otros países desarrollados del mundo.
Carrera difícil
Dentro
de las aulas, la estrategia pedagógica tiene nociones sorprendentes. En Corea
del Sur, el país que hoy por hoy ocupa el segundo puesto en calidad educativa,
los alumnos reciben unas 50 horas semanales de clase. En Finlandia, 31. Más
tiempo no representa, se ve, mejores resultados. La educación es obligatoria de
los 7 a los 16 años. Se entiende al jardín de infantes y a la etapa preescolar
como un ámbito orientado a que el niño despierte sus aptitudes, sus
habilidades, su curiosidad. En esa etapa, tienen un día dedicado íntegramente a
una disciplina (música, deportes, arte, lengua y matemática), pero los chicos
sólo trabajan de mañana, la tarde es reservada para jugar.
La
etapa primaria tiene regímenes pautados con espacios entre clase y clase: cada
una dura 45 minutos, con un recreo de 15 entre cada una. Hasta los 9 años, los
alumnos no son evaluados con notas. Recién a esa edad se los examina por única
vez, pero no con cifras numéricas. Y el sistema rige durante dos años. Dice
Hannu Naumanen, director del colegio Pielisjoki: «No se puede forzar a los
alumnos, es necesario darles posibilidades diferentes para aprender, cada cual
a su tiempo». Las autoridades creen que en esa etapa inicial del aprendizaje,
una calificación genera angustia y sufrimiento. Por eso optan por un método no
tradicional que, sin embargo, no le resta información a las familias, que
reciben un reporte semestral de la evolución de sus hijos. Las notas expresadas
en cifras se otorgan recién cuando el chico cumple 13 años. En el nivel
secundario, los exámenes se realizan a lo largo de una semana cada seis de
clase. En ese período los alumnos son evaluados diariamente, a lo largo de tres
horas. En compensación, quedan libres después del mediodía.
Matti
Meri, docente de la Facultad de Pedagogía de Helsinki, afirma sobre la
metodología del sistema que «el ser humano tiene que ser capaz de fijarse sus
propios objetivos y, después, ser capaz de evaluarse. Hay que volver a los
chicos responsables de su propia vida desde el principio, que aprendan a no
delegar en la sociedad la responsabilidad de sus actos». Pashi Sahlberg
complementa los pilares de la propuesta educativa. «Desalentamos –sostiene–que
el maestro mande tarea para el hogar. Nos parece una violación de los derechos
del niño a ser precisamente eso, niños. Los primeros años de formación no pasan
por el éxito académico. Se trata de que los chicos estén preparados para
aprender y encontrar algo que los apasione».
Largo plazo
Finlandia
tiene actualmente un gobierno de derecha. Es una democracia parlamentaria, con
dos mujeres que ocupan los puestos más altos de conducción: Tarja Halonen es la
presidenta y Mari Kiviniemi, de 41 años, la primer ministro. La cuestión de
género está ligada con el concepto que allí tienen de la educación, asegura
Jari Jokinen, representante del país ante la Unión Europea: «Es una cuestión de
cultura, de reconocimiento histórico. Finlandia fue el segundo país del mundo y
primero de Europa en permitir el voto femenino. Las mujeres siempre tuvieron
una activa participación en nuestra sociedad, y son ellas las que entienden
mejor que nadie que a sus hijos les irá mejor si estudian, por eso empujan y
participan en la vida política para que nuestro nivel de enseñanza se
mantenga».
Mantenerse
parecería ser la palabra clave. Es que el sistema educativo finés ha resistido
a los cambios ideológicos y partidarios de las sucesivas administraciones. El
concepto de unificar objetivos duraderos dio aquí resultado. Lo señala así Tom
Riiho, de la Universidad de Helsinki: «Mantenemos nuestro rumbo por encima del
debate político partidario. Las instituciones deben perdurar más allá de las
agrupaciones políticas que gobiernen. Y es necesario que el funcionamiento del
Estado esté consensuado por todas las partes involucradas, impulsado por la
participación de una sociedad civil activa, diversa y plural».
Los
postulados parecerían sólo formales, de ocasión, si no estuvieran respaldados
por hechos concretos. El «milagro» finlandés se exhibe al mundo sostenido por
una consigna propia de tal definición: ver para creer.
Diego Piestrafesa
Acción es una publicación
quincenal del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (I.M.F.C.), fundada
el 1° de abril de 1966, entidad que nuclea a bancos cooperativos de la
Argentina. www.acciondigital.com.ar/
Así lucha Finlandia contra la corrupción (y
no lo hace España)
Finlandia ha sido
reconocida internacionalmente como la nación menos corrupta del planeta, una
parte de ese logro recae en la estricta moralidad imperante en el país, a pesar
de ello, y para facilitar la transparencia, también cuenta con un conjunto de
principios enfocados a evitar el abuso de poder y que son insólitos en la
cultura española. Esta es la manera con la que Finlandia lucha contra la
corrupción:
PRIMERO: En
Finlandia cualquier compra que realicen las Administraciones Públicas, desde un
edificio hasta un bolígrafo, ha de estar ejecutada a precios de mercado e
incluir, necesariamente, tres ofertas de proveedores distintos, para poder
elegir la más baja. No es legal, admisible ni justificable el pago de 100 euros
por un cartucho de impresora o de 1000 por una silla aunque las facturas sean
correctas. Ejemplos ambos acaecidos en España y que la justicia no pudo
castigar.
SEGUNDO: Principio
de transparencia total de las Administraciones públicas. Cualquier decisión
tomada por un funcionario público dentro del desempeño de su profesión (excepto
las relacionadas con la seguridad) puede ser conocida por el resto de
ciudadanos. Nadie puede negarse a satisfacer las necesidades de información no
solo de los periodistas sino de los votantes. Debido a ello actuaciones contra
esa norma (como ésta) son no solo contrarias a la ética sino ilegales.
TERCERO: Principio
de transparencia total en las cuentas de los ciudadanos. Los fineses pueden
saber cuales son los ingresos declarados de todos los residentes en el país, ya
se trate de una persona que cobre el desempleo, del artista de mayor éxito de
la nación o del CEO de Nokia.
El equivalente
peninsular permitiría conocer las cuentas no solo empresariales sino personales
de Emilio Botín, Arturo Pérez Reverte, Felipe González, José María Aznar,
Adolfo Domínguez o cada uno de los vecinos de Madrid.
CUARTO: Ausencia de
alcaldes: El gobierno de los municipios en Finlandia recae en "City
managers", es decir, en funcionarios públicos con experiencia en la
administración de entidades de esa índole. Así pues el ciudadano puede
distinguir con claridad que la persona al mando es alguien supeditado a los
votantes y que puede ser despedido o reemplazado por el Consejo municipal (el
órgano elegido en las urnas y que ostenta la soberanía popular). Helsinki es la
excepción a este modelo.
QUINTO: Ausencia de
cargos de designación política: En Finlandia los secretarios de Estado son
funcionarios de carrera que alcanzan el puesto superando pruebas objetivas en
lugar de por designación partitocrática. En 2005 se realiza una remodelación
del sistema para permitir a las organizaciones políticas el poder elegir a los
Secretarios de Estado, aun así muchos de ellos siguen siendo en la actualidad
trabajadores públicos ascendidos por méritos propios.
SEXTO: Estructura
de poder colegiada: La corrupción se extiende con mayor facilidad cuando el
poder se concentra solo en un individuo, es por ello que en Finlandia se
promueve la toma de decisiones mediante el debate y el consenso. Al igual que
el órgano político principal de las ciudades es la Asamblea popular (el alcalde
solo es un trabajador público) el Consejo de ministros tiene mayor capacidad de
poder que el Presidente de la República.
SÉPTIMO: Principio
de acceso libre al poder. La posibilidad de convertirse en un miembro de alto
rango de la administración y los ministerios fineses no recae en una élite
intelectual formada en Instituciones de enseñanza concretas (como en Francia)
tampoco en personas que puedan atraer la inversión de diferentes empresas para
sufragar sus campañas (ejemplo de Estados Unidos) o en ciudadanos adscritos a
organizaciones políticas que ascienden por los méritos internos dentro de su
partido (caso español). En Finlandia los puestos son cubiertos por funcionarios
públicos (siguiendo un baremo meritocrático) y cuya carrera está abierta a
todos los fineses. El país evita, por tanto, tener que acudir a un modelo como
el de España dónde los cargos de libre designación del gobierno (elegidos ideológicamente)
reciben 200.488 euros anuales y se multiplican de manera oscura por todas las
administraciones.
OCTAVO: Principio
de proporcionalidad en el castigo. La cuantía de las multas por violar las
normas suele ser proporcional a los ingresos de los individuos y las empresas.
En 2001 Anssi Vanjoki, alto ejecutivo de Nokia, fue considerado culpable de
conducción temeraria por romper los límites de velocidad a los mandos de su
Harley Davidson imponiéndosele por ello una multa por el equivalente a 104.000
dólares de la época. Este principio de
proporcionalidad en el castigo, junto a la marca social que lleva el estar
envuelto en un caso de corrupción, actúa de forma extremadamente disuasoria
ante posibles tentaciones para cruzar el límite de la legalidad
DASHIELL
EL SENTIDO DE LA
VIDA, ALREDEDOR DE EUROPA
dashiell@elsentidodelavida.com
Xavier Melgarejo:
"La escuela finlandesa está abierta y
al servicio de la comunidad, aquí todo son puertas cerradas"
"Todo está pensado para que los
estudiantes de magisterio reciban una formación de máxima calidad, por eso la
profesión está tan valorada socialmente"
"En Finlandia la descentralización es
tan grande que el 90% del currículo se elabora municipalmente, pero para hacer
eso tienes que formar a los maestros para que puedan crear contenidos y confiar
en ellos"
"El 80% de las familias finlandesas van
una vez a la semana a la biblioteca a leer"
Cuando se analizan los sistemas
educativos, a menudo Finlandia aparece como la referencia, por su presencia
continua al frente de los informes PISA de la OCDE. Pero ¿cómo lo hacen para
obtener los mejores resultados del mundo? Xavier Melgarejo, licenciado en
Psicología y doctorado en Pedagogía, se ha dedicado voluntariamente durante más
de una década a descubrir las claves del éxito del sistema educativo finlandés.
Desde su despacho en la escuela Claret de Barcelona, centro del que ha sido el director, Melgarejo intenta que
sigamos el ejemplo de Finlandia.
La primera pregunta es
obligada. ¿Cuál cree que es el secreto de la excelencia en los resultados de
los alumnos finlandeses?
La fórmula del éxito del modelo
finlandés es muy compleja, pero si me tuviera que quedar con un factor, sería
sin duda la brillante formación y selección de su profesorado. Por eso van por
delante de todos los demás países, no sólo del nuestro.
¿Qué pasos debe seguir
un estudiante para ser maestro?
Para empezar, tener una media del
bachillerato y de la reválida superior al 9 sobre 10. Luego, cada facultad hace
tests y entrevistas personales, y además de valorar el rendimiento miden
también el grado de sensibilidad. Por muy brillante que sea el alumno, si no ha
estado nunca en un grupo de ocio o no ha hecho nunca de voluntario en una red
de apoyo a inmigrantes, por ejemplo, es probable que no lo seleccionen. Sólo en
torno a un 6% de los aspirantes entran en las facultades de magisterio, porque
una cantidad enorme de jóvenes quieren ser docentes.
Y después de la
selección, ¿como son los estudios?
Tienen muchos más créditos. Se realizan
alrededor de 6.000 horas de estudio, el triple que en España. Además, tienen
que hacer una tesina y unas prácticas en escuelas de alta calidad donde el
profesorado que trabaja en ellas es el mejor del país. Por lo tanto, todo está
pensado para que los estudiantes de magisterio reciban una formación de máxima
calidad. Por eso la profesión está tan bien valorada socialmente. Es un honor
ser maestro, en Finlandia.
Aquí el profesorado
está en pie de guerra con la Administración, tanto la catalana como la central.
Aquí los docentes luchan mucho, hacen
grandes esfuerzos. Con las condiciones adversas actuales, es sólo gracias al
profesorado que el fracaso escolar no es todavía más elevado. En Finlandia el
abandono escolar, a pesar de haber crecido bastante en los últimos años, no
llega al 9%, mientras que aquí supera el 25%. Y la política aquí tampoco ayuda,
claro.
¿En Finlandia hay
consenso en torno al sistema educativo, o también se cambia la ley en función
del color del partido de Gobierno?
Hay un consenso tan grande que, sólo el
currículo, se retoca cada diez años. Y las leyes duran mucho más porque se
aprueban con los dos tercios del Parlamento. Las tocan aproximadamente cada
treinta años. Si no hay un pacto de Estado, la educación está en crisis, porque
el profesorado está desconcertado.
Con el nuevo
anteproyecto de ley que prepara el ministro José Ignacio Wert, ¿nos acercamos o
nos alejamos del sistema finlandés?
Ni lo uno ni lo
otro. Según la OCDE, en este siglo habrá seis escenarios de sistemas
educativos. Uno de ellos será el burocrático, y actualmente el sistema español
tiene en un 80% los rasgos de este modelo: la escuela debe responder a todos
los problemas de la sociedad (desde la educación vial hasta la sexual) con un
currículum muy centralizado. Además, la educación debe abarcar todas las etapas
del niño, desde la infantil hasta la postobligatoria. La principal
característica de este modelo es la igualdad. Ahora lo que quiere hacer el PP
con la LOMCE es virar hacia el modelo llamado de mercado, que tiene cosas
buenas, como el hecho de favorecer la innovación, pero que rompe con la
igualdad. En este escenario, la escuela debe servir para producir trabajadores
adaptados al mercado, ya no puede estar aislada como hasta ahora.
Y el modelo
finlandés, ¿cerca de qué escenario se encuentra?
Está entre los
llamados "Corazón de la comunidad" y "Comunidad de aprendizaje".
Entiende la escuela como el corazón de la comunidad, un motor social, un centro
cultural, el lugar más importante del pueblo y allí donde se destinan los
primeros recursos. Todas las escuelas son públicas y están abierta y al
servicio de la comunidad: los padres pueden participar, se pueden formar para
ayudar, hay actividades extraescolares, los ordenadores quizás están al
servicio de todos los ciudadanos... Las puertas de la escuela están abiertas.
En cambio aquí todo son puertas cerradas. Las características principales de
este modelo son la equidad y la calidad.
Explicaba que en
nuestro modelo el currículo está muy centralizado. Si se aprueba la LOMCE, el
100% de los contenidos de las asignaturas troncales los elaborará el
Ministerio.
En Finlandia la
descentralización es tan grande que el 90% del currículo se elabora
municipalmente. Creen que quien debe adaptar los contenidos debe ser la gente
más cercana a la comunidad. Pero para hacer eso tienes que formar a los
maestros para que sean capaces de crear contenidos. Y confiar en ellos. En
Finlandia no hay inspectores de educación. Y serían impensables, como quiere
aprobar el ministro, reválidas elaboradas por el Estado en primaria.
Uno de los
argumentos a favor de estas evaluaciones es que servirá para detectar pronto
las dificultades de los alumnos y así evitar el fracaso escolar.
No me parece mal.
En Finlandia el fracaso también se combate desde el inicio. Pero el problema es
que, una vez se detecte, ¿cómo se actuará? Porque recursos no hay. Además, ¿el
profesorado está preparado para gestionarlo? Si en clase tienes un niño con
TDA, otro que tiene dislexia, uno con problemas auditivos... y no tienes
recursos extra, ¿qué haces? Es un desastre. Sobre todo, con las ratios que
tenemos aquí.
¿Cuántos alumnos
hay en las aulas finlandesas?
Unos 15 o 16 niños
por aula. Y cuando hay alguno con problemas graves, como autismo, por ejemplo,
sólo hay diez. Y teniendo en cuenta que el alumno que tiene estos problemas
cuenta con apoyo especial.
Y el fracaso, pues,
¿cómo se combate?
A la que ven que un
alumno tiene dificultades, le destinan todos sus recursos: logopedas,
psicólogos especializados... Hace unos días escuché al embajador de Finlandia
en Madrid que decía que su hija había tenido dificultades en un curso inicial
de matemáticas. Le buscaron un pedagogo específico en la materia y, en tres
sesiones, le desbloquearon el problema. A veces se trata de que alguien
entienda cómo afrontar el problema desde el inicio.
¿No es cuestión de
trabajar más horas?
En primaria, en
Finlandia hacen 608 horas lectivas, mientras que en España, 875. Así que no hay
una correlación entre el número de horas lectivas y éxito escolar.
Y aún sabiendo que
la mejor solución para combatir el fracaso escolar es atacarlo desde el principio,
en Finlandia los niños y niñas no se escolarizan en la etapa infantil. ¿Cómo es
eso?
La etapa infantil
es importante, pero tampoco es determinante. Al menos en Finlandia lo ven así.
Quizás aquí es mejor que los niños y niñas vayan a la guardería por cuestiones
de equidad, especialmente cuando las familias tienen dificultades económicas o
déficits culturales.
Y si no apuestan
por la educación infantil, ¿cómo es que desde pequeños ya lideran los rankings
de PISA?
Una de las razones,
como siempre, es que el profesorado está muy bien formado. Y la otra es que, en
contra de lo que dicen muchas corrientes actuales, los finlandeses creen que
por razones neurológicas la lectura y la escritura se aprenden mejor a la edad
con la que entran en la escuela, alrededor de los siete años. Y a los nueve
años ya son primeros del mundo en comprensión lectora, cuando nosotros o los
franceses o muchos otros llevan años trabajando...
Así pues, ¿apuestan
por la comprensión lectora?
Sí. Para ellos es
un pilar fortísimo, y en ello la familia ayuda mucho. Todos leen en casa. Allí
tienen el mayor número de libros y bibliotecas por habitante del mundo, y el
80% de las familias van una vez a la semana a la biblioteca a leer. Toda la
comunidad presiona a los niños para que se acerquen a la lectura. Por ejemplo,
la televisión es subtitulada. Los niños miran los dibujos animados y ¡se
esfuerzan en leer para saber qué dicen!
Subtítulos aparte,
¿por qué cree que esto aquí no pasa?
Es complicado.
Ellos tienen desde pequeños este modelo de lectura como un vector de
crecimiento personal y de igualdad. Creo que en España y en Catalunya la
formación personal no es un valor central del país. Aquí lo que cuenta es ganar
dinero, hacerse rico, y no enriquecerse humanamente. Que a algunas reuniones de
padres, en clases de 25 niños, se presenten sólo siete, es un fracaso de
nuestra sociedad. Un reflejo de nuestra comunidad.
Tampoco ayuda el
nivel de pobreza infantil, que supera el 20%. ¿Cuál es la situación en
Finlandia?
Antes de la crisis
era de entre un 4 y un 5%, y ahora ronda el 9%. Pero el grado de ayudas que hay
allí no se puede comparar. En Finlandia las becas comedor no existen: todo el
mundo tiene que comer en la escuela, y lo paga el ministerio de Bienestar
Social, para evitar que el niño se vaya a comer a casa y se encuentre la nevera
vacía, que es lo que pasa en muchas casas aquí, una catástrofe. El material
escolar y los libros también son gratuitos, aunque si los pierdes los tienes
que pagar. Lo que hace la Administración finlandesa es dar dinero a la
dirección del centro, y el director decide cómo distribuirlos concretamente.
Ahora bien, ¿qué ocurre si el director lo hace mal?
Usted dirá.
Pues que el alcalde
tendrá que despedirlo. Porque si no en las próximas elecciones el que se tendrá
que ir será el alcalde. La gente verá que la escuela no funciona, y son sus
hijos, ¡su patrimonio más preciado! Y no lo votarán.
Xavier Melgarejo. / Carmen Secanella
eldiario.es
Sistema educativo finlandés versus español
por Oscar del Barco
LETRAVIVA
Blog del I.E.S. Sierra de Guadarrama
En su excelente
artículo, fruto de 13 años de tesis de Javier Melgarejo (ver documento
completo), compara en profundidad las diferencias que hacen que el sistema
educativo español sea tan deficiente con respecto al sistema educativo
finlandés (uno de los mejores, sino el mejor del mundo). Este es un pequeño
extracto de algunos de los datos más relevantes:
- Los chavales no
empiezan a leer hasta los 7 años, pero en dos años ya leen mejor que los nuestros.
- En todas las
clases de 1º de primaria los niños aprenden el abecedario cantando mientras el
profesor toca algún instrumento musical.
- En Finlandia se
da por hecho que no sólo se educa en los centros oficiales, y que no sólo es
válida la educación oficial. La familia es igual de importante así como la
propia sociedad.
- El sistema social
defiende y se basa (y por lo tanto su sistema educativo lo perpetúa) en el
Estado del Bienestar y no tanto en la competencia, el libre-mercado y el
neoliberalismo.
- Tienen claro que
el valor de las personas se basa en lo que son y lo que hacen, no tanto en lo
que tienen.
- Son plenamente
conscientes de que esto se consigue con el trabajo y la ayuda de los demás.
- Para los
finlandeses la familia es lo primero (y no tanto la rentabilidad económica de
su trabajo) y apoyan su estado del bienestar masivamente. La conciliación
trabajo-familia es esencial.
- Las instituciones
tienen como criterio ser accesibles a todos. Aquí la burocracia es interminable
y obstaculizadora.
- Las instituciones
públicas funcionan por criterios de no-rentabilidad (económica) y deben estar
aseguradas por el Estado.
- La igualdad de
oportunidades y el libre acceso favorecen el que si algún ancestro tuyo nació
pobre tu no estés condenado a tal suerte.
- La pobreza en
Finlandia está asociada a varones solteros. En España a mujeres con hijos o
personas a su cargo.
- En Finlandia el
4% de los niños viven en situación de pobreza, en Suecia el 2%, en España el
12%
- Las ayudas son
especialmente dirigidas a madres con hijos, para impedir que dependan
exclusivamente del trabajo privado y abandonen sus obligaciones educativas para
con sus hijos.
- Los p/madres son
ávidos lectores y ven considerablemente menos la televisión, sus hijos en
consecuencia les imitan.
- El 55% de los
p/madres creen que la familia es más responsable que la escuela de la educación
de sus hijos. En España el 15%.
- Sus bilbiotecas
son de libre acceso (ni carnet ni gaitas) y tienen 4 veces más libros.
- Las películas no
se traducen, con lo que los niños aprenden más rápido idiomas y aprenden a leer
más rápido al estar éstas subtituladas.
- Las ofertas de
apoyo social son a elegir y son de 3 tipos:
· 1- La madre recibe una ayuda para cuidar
ella misma de sus hijos.
· 2- Los niños acuden a casas de cuidado
familiar con 4 o 5 niños como máximo y con los pertinentes controles sanitarios
y sociales.
· 3- Guarderías municipales que dependen
del Ministerio de Asuntos Sociales, no del de Educación.
- El gobierno
considera la supervivencia cultural y económica de su nación en base a una
sociedad del conocimiento.
- Existen pocos
colegios concertados y el estado paga por cada alumno la misma cantidad sea de
un público o de un concertado.
- Pese a que su
comprensión lectora (que posibilitará la autoformación futura) es excelente
tienen menos horas de lengua que en España.
- El número de
horas que se destinan entre los 7-14 años es la menor de todos los países de la
OCDE.
- La disciplina es
muy alta, se mandan deberes y se potencia el esfuerzo.
- La ratio
alumno-profesor es menor que en España.
- Se llegan a tener
dos profesores por aula y se come gratuitamente una vez al día.
- Los niños tienen
médicos y enfermeras escolares. Son el futuro y por lo tanto la prioridad.
- Los mejores docentes
se destinan a la primaria.
- Se centra el
gasto de recursos en la primaria, no en la secundaria o terciaria como aquí. Es
entonces cuando el niño desarrolla sus principales habilidades.
- Los profesores y
maestros son escrupulosamente escogidos en base a su capacidad educativa y su
grado de sensibilidad social.
- Las notas medias
de los futuros profesores en bachillerato y selectividad deben superar el 9.
- Se valora si los
aspirantes han participado o no en actividades sociales, voluntariado, etc. Un profesor
sin sensibilidad social ¿para qué quiere ser maestro?
- Las universidades
de formación de profesorado hasta finales de los 80 hacían 4 pruebas:
entrevista, reusmen de una lectura de un libro, explicación ante una pequeña
clase y demostrar aptitudes artísticas (plásticas o musicales).
- En los años 90 se
añadieron 2 pruebas más orientadas a las competencias matemáticas y
tecnológicas.
- Son necesarias
otras propiedades que, según dicen, “se tienen o no se tienen”: capacidad de
comunicación, actitud social y empatía.
- Dichas
propiedades les aseguran que quienes trabajen con niños no tengan dificultades
emocionales, así como un menor peligro de problemas psicológicos por parte de
los profesores en el futuro. En España esto no se hace excepto en los 15-30
minutos de la encerrona en las oposiciones.
- Si los futuros
profesores tienen que tener medias de 9 o más, los formadores en la universidad
de éstos tienen unos expedientes y capacidades aún superiores.
- En Finlandia la
pedagogía y la didáctica ocupan 10 veces más tiempo que en España. 1400 horas
impartidas por auténticas eminencias frente a las 140 dadas en España.
- Los profesores de
prácticas, cobran un suplemento por ello y están en pleno contacto con la
universidad formadora, aprendiendo a trabajar en los centros mejor dotados.
- A los maestros y
profesores se les exige una tesina obligatoria en el que condensen sus
conocimientos e investigaciones. Aquí un trabajo que pasa de mano en mano, al
que se le cambian los datos y poco más.
- Se fomenta la
autoevaluación y el trabajo en grupo, en el futuro pocos serán los que trabajen
solos y no dependan del juicio de otros.
- Los directores
reciben una formación específica y eligen a sus trabajadores. No hay
oposiciones, para eso están las universidades de formación. En España se
ningunea a éstas con las oposiciones, pese a su elevado coste para las familias
que pagan las matrículas.
- En la universidad
española la tasa de abandono es del 50% (por lo tanto es una formación que no
ha salido más cara que la inversión previa) en Finlandia del 17%
- No existe la
inspección educativa, el sistema controla su calidad durante el proceso de
formación, previniendo y no a posteriori malcurando.
- El salario de los
profesores es parejo al español, pero los de secundaria y primaria cobran lo
mismo. Tienen un poder adquisitivo medio-alto en comparación con el resto de la
sociedad.
- Los finlandeses
piensan que el profesor es como el molde, si el molde es excelente las copias
serán mejores que si es mediocre.
En resumen, básicamente
los finlandeses perciben la formación del ser humano como un fin a conseguir,
no como un medio para generar excedentes económicos que no repercuten en el
bienestar social.
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