Antecedentes de investigación
En
el año 2003, la periodista Andrea Villaverde, desde Radio El Espectador de
Montevideo, realizó una nota a un interno de la Cárcel de Canelones tras un
motín. Esta nota generó un antecedente que llevó al mismo recluso, dos años
después, a tomar contacto con la periodista con la expectativa de divulgar la
nueva situación en la cárcel. Villaverde visitó el Establecimiento por primera
vez en julio de 2005, y presentó un reportaje que fue seguido atentamente desde
el establecimiento carcelario.
La
periodista profundizó en el informe acerca del Proyecto de Rehabilitación
Voluntaria, y la situación carcelaria en el Uruguay, en un tratamiento serio y
respetuoso que llevó a los reclusos a considerarla merecedora de ser nombrada
"Madrina" de su Proyecto de Rehabilitación. El madrinazgo se tradujo
en el acompañamiento y asesoramiento en la difusión del proceso de trabajo de
los reclusos. Asimismo fortaleció el vínculo de confianza y la relación de la
periodista con los presos.
Andrea
Villaverde fue destinando cada vez más tiempo al seguimiento del Proyecto,
situación que la llevó a renunciar a sus tareas en la radio para dedicarse
plenamente a esta tarea desde dos ángulos: el de la Madrina, netamente al
servicio del Proyecto de Rehabilitación Voluntaria, y el de la Periodista, que
se propuso entonces ir más allá y proponer la realización de un documental que
registrara los vaivenes y avatares de este grupo de gente que trabajaba por su
regreso a la sociedad.
El rasgo más distintivo que descubrí
en este proceso-dice Andrea Villaverde- es el que me llevó a darle el nombre al
Proyecto Documental: “Desde Adentro”. Este proceso es llevado por los mismos
involucrados, invirtiendo los caminos ortodoxos: no son el gobierno, una ONG o
una organización religiosa quienes intentan penetrar los muros de la cárcel
para convencer delincuentes y lograr su reinserción social; son ellos mismos
quienes proponen el camino, con sus códigos propios y vivencias
intransferibles, dando los pasos que ellos entienden, a su forma y ritmo.
Eso sí: pidiendo ayuda a
quienes desde afuera están en condiciones de colaborar.
Pocas veces se puede
atestiguar un hecho de estas características desde la situación en la que me
encuentro: cuento con la confianza y el acceso total al medio que los reclusos
habitan. Cuento con su palabra, que según ellos mismos dicen, es lo único que
tienen, y que defienden a ultranza.
A partir de la difusión que
hicimos, muchas cámaras han ingresado a realizar notas acerca de la situación:
ninguna llegará tan profundamente como la nuestra.”
Idea
Original e Investigación: Andrea Villaverde - Producción Ejecutiva: Andrea
Villaverde / Mario Jacob - Dirección: Vasco Elola - Producción: Mario Jacob -
Sonido / Asistencia General / Cámara adicional: Kico Márquez - Edición: Manuel
Rilla / Vasco Elola / Fernando Epstein - Post Producción & sonido: Daniel
Márquez - Camara y Fotografía: Vasco Elola - Música: Manuel Rilla / Ernesto
Tabárez - Tema original "Nuestros Colores": Pablo Joubert - Foto Fija:
Juan Manuel Urruzola - Materiales de Archivo: Teledoce / Canal 10 / Canal 4
Montecarlo - Sonido adicional: Nicolás Almada / Álvaro Rivero - Clasificación y
Secuenciación: Federico Beltramelli
Diseño
Web: Agile Works - Diseño: Bruster.com.uy
De: www.fromtheinside.tv/4807/Proyecto
FILMAR UNA CÁRCEL DURANTE TRES AÑOS ES COMO
ESTAR METIDO EN UNA ESPECIE DE CÚPULA DE VIDRIO. ES UN PUEBLO DE 800 PERSONAS
DONDE PASA ABSOLUTAMENTE DE TODO”, EXPLICA VASCO ELOLA DESDE SU ESCRITORIO
MIENTRAS SU ESPOSA Y SOCIA, ANDREA VILLAVERDE, APRUEBA CON UN GESTO DE LA
CABEZA. EL ENCUENTRO ES EN LA PRODUCTORA PUBLICITARIA QUE DIRIGE ELOLA, LAS
PAREDES DE LA OFICINA ESTÁN CUBIERTAS DE MUÑECOS DE SUPERHÉROES; LA FRIVOLIDAD
DE ESE NEGOCIO Y LA FANTASÍA DE LOS CÓMICS FORMAN UN CONTEXTO MUY DISTANTE DEL
QUE SE HABLA EN ESE ESPACIO DONDE EL ÁNIMO SE SIENTE CONTRARIADO. HACE CASI
OCHO AÑOS QUE ESTA PAREJA SE RELACIONA CON LA VIDA EN LA CÁRCEL DE CANELONES:
UN AÑO Y MEDIO DE INVESTIGACIÓN, TRES DE RODAJE (2006-2009), OTROS TRES DE
MONTAJE. LLEGÓ EL MOMENTO DE PRESENTAR EL DOCUMENTAL DESDE ADENTRO Y EL
ENTUSIASMO SE MEZCLA CON LAS GANAS DE SALIRSE DE ESA REALIDAD DESESPERANTE. DEL
MUNDO QUE CONOCIERON HACIENDO SU PELÍCULA, HABLAN EN ESTA NOTA.
-El punto más valioso del documental es que
se filmó durante tres años en la cárcel, siguiendo el proceso de cerca, ¿fue el
plan desde el inicio?
-Andrea Villaverde
: La cosa empezó un año y medio antes de que empezáramos a rodar. Cuando asumió
Tabaré Vázquez declaró el “estado de emergencia carcelaria” y se puso en marcha
un proyecto de ley que se terminó de aprobar a mediados de 2005 según el cual
se descontaba a los presos un día de pena por cada dos de trabajo. Los presos
de la Cárcel de Canelones ya estaban trabajando desde antes, por iniciativa
propia, en lo que llamaron Proyecto de Rehabilitación Voluntaria; ya habían
armado condiciones de trabajo que el director de la cárcel (Oscar Del Puerto)
había habilitado y ellos invitaron a la prensa para explicarlo. En ese momento
yo trabajaba en El Espectador, en 2003 había tenido contacto con algunos de
ellos porque ocurrió un motín, y en 2005 me llamaron, fui e hice un informe
sobre este proyecto que les gustó mucho, lo escucharon en toda la cárcel, y ahí
le propuse al Vasco filmar ese proceso.
-Y se presentaron al FONA.
-Vasco Elola:
Primero nos presentamos al Doctv y no haberlo ganado fue una bendición rara,
porque nos hubieran dado el doble de dinero que el FONA pero teníamos que
filmar en tres meses y eso a mí me inquietaba porque por muchas razones me
parecía que la práctica de dejar pasar el tiempo era esencial, empezando por
nosotros mismos, para no dejarnos influir por algo que era inmediato, que en
ese momento parecía ser maravilloso. Y no es que quisiéramos que no lo fuera,
pero sí queríamos saber en qué iba a terminar. Ahí ganamos el FONA e incluso
nos excedimos del plazo establecido.
-¿Cómo determinaron el fin del rodaje?
-VE: Dejamos de
filmar cuando uno de los dos protagonistas quedó en libertad, la historia que
habíamos encontrado ahí adentro tenía un gran punto final ese día.
-AV: Al principio
fuimos a buscar a todos los involucrados con ese proyecto, los protagonistas de
Desde adentro son los principales dirigente, digamos. Pero el proyecto fue
mutando, pasó a un segundo plano y la historia personal de cada uno fue
cobrando importancia, no porque nosotros lo buscáramos así sino porque se fue
dando.
EQUIPO
Vasco
Elola estudió sociología y periodismo pero se enfocó en el audiovisual desde
1985. Fundó junto a Walter Tournier y Mario Jacob la productora Imágenes,
trabaja en publicidad y dirigió video clips; Desde adentro es su primer largo.
Mario Jacob se hizo cargo de la producción, Kico Márquez del sonido. Elola,
Fernando Epstein y Manuel Rilla del montaje. La música es de Rilla (Genuflexos)
y Ernesto Tabarez (Eté & los problems).
-¿Hubo otras vertientes que registraron y
luego descartaron en el montaje?
-AV: En tres años
de rodaje filmamos más de 60 horas, la película dura 87 minutos…Decidimos ir
por la historia de los dos personajes principales, el vínculo entre ellos, pero
había muchos caminos…
-VE: Son 800
personas que viven, trabajan, comen, se pelean ahí, hay decenas de emergentes,
están los absolutamente inevitables y los absolutamente previsibles. Por
ejemplo en un momento hubo una muerte, lo que no es raro de por sí pero esta
fue muy fuerte porque era un gurís que estaba de pasta y tuvo una discusión con
otro y lo pinchó en un plan pelea. Pero lo pinchó justo en el corazón y mató a
su amigo. Ese fue un momento pesadísimo.
-AV: Tenían 18, 19
años y estaban en un proceso de rehabilitación por consumo de drogas, estaban
trabajando en unos grupos terapéuticos por iniciativa de un psicólogo que
empezó a ir a la cárcel, pero como la Junta Nacional de Drogas no tenía
determinado nivel de resultados lo cerró, y esos chiquilines quedaron
huérfanos. No es que el motivo de la muerte haya sido ese, pero todo ese
trabajo se cortó desde una oficina del Edificio Libertad…hubiéramos podido ir
por ahí y teníamos otra película. Nosotros vivimos toda esa situación pero
decidimos no incluirla en la película.
-VE: Para darte una
idea del nivel de frentes que había que cerrar, no abrir…
-En un momento en que hay tanta tensión
social por la delincuencia esta película propone una mirada muy distinta,
incluso se genera empatía con los protagonistas, ¿les preocupa las críticas que
pueda recibir?
-VE: Yo no voy a
discutir el sufrimiento de la víctima de cualquier delito, ese no es el debate,
el debate es pensar una vez que esos
delincuentes llegan ahí qué sucede, ¿los escondemos? En ningún momento se
identifica los delitos que cometieron, si sabemos qué hicieron es porque ellos
lo comentan pero si poníamos etiquetas de delitos era empezar a hacer una
identificación extraña que es válida fuera de la cárcel. Ahí adentro ellos se
organizan de otra manera y tienen otro nivel de códigos que los jerarquiza. La
idea en general es que vos estás frente a estas personas que están muy
vulnerables esperando ver qué es lo que ellos pueden obtener frente al esfuerzo
que están haciendo. La sociedad está
pensando en construir más cárceles y alargar las penas como si uno le pusiera
una tapa y eso quedara ahí; y eso no queda ahí porque queda ahí para los que
tienen cadena perpetua o pena de muerte y eso acá no existe. Los que están ahí
algún día van a salir, entonces aunque sea desde un punto de vista egoísta vos
podés pensar que te sirve darles otra oportunidad, que se rehabiliten.
-AV: Catuca lo dice
en un momento, cuánto más odio acumulan adentro peor es cuando salen. Conviene
que salgan lo mejor posible.
-VE: Esto no es una
ficción, no se puso textos en sus bocas; si ellos se ven como humanos será
porque lo son. No buscamos retratarlos así, y si vos analizás bien notás que en
un momento cada uno de estos personajes se pisa el palito, se contradice. En el
momento en vos empezás a humanizar a estos personajes empiezan a mostrarse
reservas, y por más carismáticos que sean, por más brillantes que parezcan en
algunos casos, por más queribles, siempre tenemos que estar alertas de no
comprar el paquete.
-AV: Yo creo que
los tres años de rodaje, y el año y medio que yo fui yendo sola a la cárcel
para hacer la investigación, nos dio esa ventaja. Al principio todos te pedían
cámara todo el tiempo, y entraba la cámara y te decían lo que suponían que vos
querías escuchar. Con el tiempo tuvimos la confianza como para enfrentarlos y
debatirlos, preguntarles por las contradicciones, sus acciones.
FINALES FELICES
La película tiene
dos grandes protagonistas, Catuca y Medina. Los dos lograron rehabilitarse,
están en pareja, tienen un trabajo y seguramente asistan al pre estreno de la
cinta.
-Ese cuidado de no dejarse engañar, ¿cómo
repercutió en los rodajes? ¿Cómo llegaban a esas instancias?
-AV: Hubo un tiempo
en que íbamos cada dos semanas, luego teníamos fechas agendadas como cuando iba
la maestra, o los ediles, o cuando el vicepresidente de ese momento (Nin Novoa)
los visitó, luego íbamos a ver con qué nos encontrábamos.
-VE: El viaje de
ida era de una hora y en cada viaje íbamos refrescando todo, haciendo
especulaciones sobre lo que no teníamos claro, qué hablar con quién, pero en el
momento en que llegás te cambia todo: uno no quiere hablar, al otro lo
cambiaron de módulo…
-AV: Nosotros
pusimos algunas pautas, como pedir autorización firmada a cada uno que
filmábamos, y dejar en claro que yo no iba a ingresar a los lugares de
residencia, pero nunca conseguimos el permiso escrito del Jefe de Policía, que
es la autoridad de la cárcel, autorizándonos a entrar. Era de teléfono, digamos:
el día anterior o el mismo día del rodaje yo llamaba al director de la cárcel y
me daba permiso o no. Durante esos tres años, cada día que filmamos, con la
Guardia la situación fue la misma: parecía que no supieran quiénes éramos ni
qué íbamos a hacer ahí, pero no nos molestaron, ni la Guardia ni la Policía. A
lo largo de todo el rodaje hubo una cuota de “qué va a pasar hoy cuando
lleguemos”.
-VE: Al mismo
tiempo nuestra principal garantía ahí adentro era que estábamos con los presos.
A nosotros no nos veían solos, siempre estábamos acompañados por dos o tres
presos referentes.
-Fueron dos años y medio de montaje…
-AV: Y cuando ya
estaba bastante armado tuvimos que eliminar a uno de los personajes, porque el
hombre salió en libertad un año antes que el resto y nos lo encontramos y había
conseguido un trabajo en una multinacional que si lo llegan a ver en la
película…
-VE: Ni siquiera él
me lo pidió pero no podíamos hacerle eso y hubo que deshacer secuencias enteras
que estaban armadas. La primera vez que entré en la cárcel la pregunta que yo
me hacía era cómo es estar preso, cómo es vivir en una cárcel y hacia el último
día del rodaje ya me venía contestando desde hace un tiempo que esa pregunta
era un delirio, no te la podés contestar. Es inimaginable, los tipos están ahí
y alucinan, este señor que sacamos de la edición nos decía “a mí me encanta que
vengan porque tienen olor a calle”, y realmente olés distinto, no es una figura
poética.
-AV: En la Guardia
y la Policía había otra película posible. Realmente los policías trabajan en
unas condiciones terribles, la oficina es al fondo de un corredor donde están
las celdas, lleno de charcos, tienen un sucucho con dos sillas de plástico, un
calentador, ni una ventana para estar horas escuchando ese infierno.
-VE: Los policías
están presos con ellos.
-AV: Y se da otra
situación que es que algunos policías se sienten discriminados cuando por
ejemplo, llegan cosas nuevas para los presos. Era otra película, pero nos
cuidamos de enfocarnos…la principal discusión del montaje fue esa, qué película
hacemos, fue una discusión larga.
-VE: Yo no sabía si
ahí teníamos una miniserie o un documental, hasta ese punto llegamos.
Esta entrevista se publicó el
sábado 3 de agosto en Sábado Show.
De: ParaVER.com.uy
VILLAVERDE Y ELOLA HABLAN DE LA EXPERIENCIA DE IR 3
AÑOS A LA CÁRCEL DE CANELONES
"Desde
adentro": todo lo que no se ve
Mañana se estrena
el documental uruguayo "Desde adentro", que sigue durante tres años
la vida de un grupo de reclusos de la Cárcel de Canelones. El País dialogó con sus realizadores: Andrea Villaverde y Vasco
Elola.
Gonzalo Palermo
En 2003, Villaverde,
por entonces periodista de radio El Espectador, entrevistó a un recluso de la
Cárcel de Canelones tras un motín. El propio interno se puso en contacto con
ella dos años después para informarle sobre el Proyecto de Rehabilitación
Voluntaria y Villaverde siguió el tema durante 18 meses, estrechando su vínculo
con la población carcelaria y originando la idea de ir más allá. "Yo nunca
había entrado a una cárcel. Me impactó mucho el empuje que ellos tenían para
reinventarse, y me quedó rumiando la necesidad de hacer algo con eso",
responde ella. Fue entonces cuando decidió dejar su trabajo en la radio para
abocarse al documental. "Andrea llegó un día a casa y me dijo: renuncié a
la radio, quiero hacer este documental, ¿vos lo querés hacer conmigo?",
cuenta Vasco Elola, director de la película y pareja de Villaverde desde hace
25 años, quien junto al productor Mario Jacob y los editores Manuel Rilla y
Fernando Epstein completa el equipo de trabajo de Desde adentro.
En diciembre de 2006
empezaron a filmar en una cárcel de más de 800 internos. "Cuando entra la
cámara, en la cárcel ya me conocían; estaban acostumbrados a que yo entrara. No
solamente la gente que estaba trabajando sino todos los que estaban mirando
desde atrás de las rejas", recuerda Villaverde. Según Elola, fue clave, a
la hora de establecer un vínculo de confianza con los presos, que fuera
justamente una mujer quien encabezara el proyecto.
Desde adentro se
construye y funciona en base a una mutua colaboración: los presos que
encuentran en los realizadores un nexo con el exterior y estos últimos que a su
vez encuentran en los primeros una historia para contar. Catuca y Medina,
coordinadores del Proyecto de Rehabilitación Voluntaria, fueron las dos voces
que se perfilaron naturalmente como las principales. De esta manera, el
documental está sujeto a sus dos miradas, sus idas y vueltas, sus estados de
ánimo y hasta sus contradicciones a lo largo del tiempo. "No estamos
mostrando `la cárcel tal cual es`; estamos mostrando una realidad, que es la
realidad que estas personas permitieron y quisieron mostrar", explica
Villaverde, y Elola agrega: "Medina tenía una formación más política,
podía sintetizar determinadas cosas, y Catuca, en su forma de ser y de
expresarse, tenía ese interés que despierta en la gente. Y además, Catuca, por
haber liderado algunos movimientos de la cárcel, tenía un respeto muy grande
por parte de los presos".
Historias
En varios pasajes de
la película se muestran fragmentos de reportajes de informativos: mientras el
periodista de Subrayado afirma en 2005 que "el motín empezó cuando los
reclusos incendiaron el módulo", Catuca, dos años después, responde que "aquello
no fue un motín; fue un incendio accidental". Una muestra evidente de que
la intención de los realizadores es explicar justamente los hechos desde
adentro y como parte de la vida carcelaria, no como eventos aislados
comprimidos en tres minutos. No como la realidad sino como una versión.
"El que vaya a ver una crónica periodística de una cárcel se va a ir
decepcionado", asegura Elola.
Desde adentro pone el
acento en la rehabilitación -con el Proyecto como eje- más que en las penas.
Tanto que en un documental sobre presos nunca se habla directamente de los
crímenes. "Nos pareció que si empezábamos a categorizarlos de esa manera
íbamos a caer en un error con respecto a lo que estábamos tratando de decir,
porque empiezan las chapas: `fulano hizo tal cosa`, `mengano hizo tal otra`. Y
en definitiva ahí adentro se trata en realidad de cuestionarse si la cárcel es
un lugar adecuado, como está entendida hoy, para que realmente sea un beneficio
para la seguridad pública. Normalmente se sostiene que la cárcel es una
solución para la seguridad, y de las pocas cosas que nosotros podemos decir es
que la cárcel es un problema para la seguridad, no una solución", asegura
el director. "Nosotros no estamos diciendo que si alguien comete un crimen
no vaya preso", interviene Villaverde. "Lo que estamos diciendo es:
`hagamos algo con esa persona` y no `depositémosla en un lugar y bajemos la
cortina como si no estuviera`. Porque esa persona está ahí y va a salir en
algún momento".
Discusión
Durante los tres años
de rodaje que llevó la película la discusión sobre la inseguridad en Uruguay se
agudizó. El estreno llega en tiempos donde los jóvenes infractores, las penas
más severas y la población carcelaria son temas candentes. Desde adentro
funciona como un insumo más -de enfoque profundo en comparación con una nota
televisiva- para el diálogo. Elola es consciente de esto. "¡Yo quiero que
nos discutan! ¿Cómo va a reaccionar alguien que acaba de recibir cuatro balazos
o que lo robaron cinco veces en la panadería? El problema es que si la gente no
discute desde otro ángulo va a seguir agravándose la tendencia de que hay que
aumentar las penas, reducir la edad de imputabilidad y tratar a la gente peor
adentro de la cárcel".
"La película
puede dar una aproximación a cómo se vive dentro de una cárcel y a cómo piensan
y sienten personas que desde afuera las ves venir y cruzás la calle",
concluye Villaverde. Un rodaje lleno de
desafíos
"Tenemos 60 horas
de material y fuimos casi 50 veces a la cárcel. Nos imponíamos no grabar más de
una hora por visita", explica el director. "Fue intenso en lo que se
llevó de tiempo, por muchas razones. Lo que más costó fue encontrar la forma
final. Además estuvo bueno dejar pasar tiempo después que dejamos de grabar,
porque eso nos daba una perspectiva de qué era lo más anecdótico y lo realmente
universal y permanente de lo que estaba sucediendo". El proceso de edición también fue importante, según cuenta Villaverde.
"Hubo secuencias enteras que las habíamos visto dos años antes, y después
de filmarlas las veías en bruto y decías `esto tiene que estar`. Pero al final
tenías que sacarlas".
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