Pupitres en el
desierto
Sesenta millones de docentes celebran el 5 de octubre el día
mundial del docente. Hadiya, una joven maestra y refugiada saharaui pone rostro
a la profesión entre el rigor de la arena y el viento sahariano.
En una de las aulas de la escuela “27 de febrero” los
alumnos siguen con interés el taller de plástica. Durante el tiempo que dura la
clase, Hadiya Mohamed Salem, su maestra, no se cansa de repetir a los críos que
existen otros colores además del azul y los ocres que a diario les quitan las
vistas en esta tierra extraña en la que respiran. Para ello, Hadiya se hace
acompañar de unas hojas pintadas con todas las tonalidades del arco iris y la
esperanza de que los más pequeños sigan depositando su confianza en la figura del
docente.
Hadiya acaba de cumplir 23 años, su nombre significa
“delicadeza” y es una hija más del desierto. Forma parte de la primera
generación de saharauis nacida en el exilio. Tiene unos ojos negros como el
azabache y unas pestañas para dar sombra a todo un vergel. La “melhfa de color
turquesa que la envuelve no hace más que acentuar su belleza. Hasta poco antes
de recoger su billete para el internado de Argel, dudaba entre la enfermería o
la enseñanza. Dice haber elegido de manera correcta. Su pasión por los niños es
evidente; más que atenderles, les protege en todo momento y se pasa las horas
escuchándoles. Es consciente de que los padres han depositado en ella toda la
confianza del mundo para que eduque una nueva generación. A pesar de las
carencias, todo son luces en su profesión; las sombras sólo aparecen en el
paisaje que le rodea. Un paisaje roto y sin esquinas, abrasado por las
temperaturas y dejado de la mano de Alá. Arena y más arena. Caminos de quita y
pon. Rostros esculpidos por el tiempo. La región argelina de Tinduf sigue
siendo una especie de tienda de campaña grande, un trozo de mapa prestado tan
solo para sobrevivir y que da cabida a cerca de 200 mil refugiados. Aquí nadie
es joven durante mucho tiempo y el olor a decepción acaba estrangulando.
La educación, lo primero
Hadiya deja la escuela a las 5 de la tarde y en la vuelta a
casa le acompañan unos cuantos escolares que acaban por entorpecerle el paso.
Vive en una avenida abierta al polvo, donde el viento se ensaña y golpea con
fuerza. Aprovechando la visita de unos conocidos, Hadiya se dispone a preparar
un té sobre unas brasas de carbón ya encendidas. Es el ritual más hospitalario
de todo hogar saharaui y los utensilios que maneja el único ajuar de la casa.
El preciado líquido pasa de un recipiente a otro tantas veces como haga falta;
el tiempo necesario para acompañar la conversación. Y son las conversaciones lo
único de que disponen los jóvenes para combatir el aburrimiento, cuando no
sestean delante de algún que otro destartalado televisor al ritmo de viejas
telenovelas mexicanas dobladas al árabe. Todos los comensales coinciden en
asegurar que la educación es hoy la piedra angular de la sociedad saharaui. La
enseñanza es obligatoria y gratuita y el 100 % de los niños y niñas está escolarizado.
Unas 45 mil criaturas en edad escolar se reparten por los distintos campos del
desierto argelino de Tinduf,
“Nuestra practica educativa se fundamenta en los principios
de autogestión, colectivismo, responsabilidad y disciplina. Y es en la escuela
donde se han conseguido los mayores logros de igualdad niño- niña”, asegura
Hadiya, que forma parte de un 97% de profesorado femenino. En los cuatro
campamentos existen un total de 25 guarderías y 27 escuelas, además de los 3
internados de secundaria. Las mejores calificaciones académicas suponen el
acceso a la enseñanza universitaria que se imparte en el extranjero,
principalmente en Argelia, Cuba, Libia o España, en base a convenios culturales
suscritos por la República Árabe Democrática Saharaui y a las becas concedidas.
La política de estudios está supeditada a las necesidades prioritarias.
Médicos, enfermeras, maestros, agrónomos y técnicos de todo tipo van regresando
a los campamentos saharauis para ejercer sus actividades en beneficio de la
colectividad de su pueblo.
Hasta su llegada al internado de Argel, Hadiya siempre había
hecho los deberes sobre la arena, sus ropas se ceñían a los “préstamos” de la
comunidad internacional y alternaba los zapatos con sus hermanas. Los juguetes
siempre fueron los mismos y los juegos, también. Como el resto de las niñas
saltaba a la comba, se pintaba las uñas y se recogían el pelo unas a otras para
hacerse un par de coletas. El resto era y es pura imaginación.
Nacida bajo techo extraño, Hadiya echa de menos una tierra
que sólo ha visto en las bibliotecas. En una esquina del salón, donde se acaba
la alfombra, la familia tiene sus maletas preparadas para el regreso. Pero el
castigo se alarga tanto que la arena y el polvo forman parte del equipaje.
Aunque la joven prefiere hablar en presente, no quiere dejar escapar el tiempo
con falsas esperanzas. La media noche se echa encima sin amenazas, pero hay té
suficiente por si las conversaciones se estiran demasiado. Y se estiran. Hadiya
sigue hablando. Esta vez lo hace en hasania, su lengua nativa, para después
preguntar en francés y responder en castellano. A medida que avanza la tertulia
reconoce no tener ningún pretendiente en firme. Insiste en que cuando éstos
lleguen elegirá para casarse por amor. “Jamás aceptaría un matrimonio impuesto”
avisa, mientras clava el par de cejas perfiladas entre sus incondicionales. En
cuanto al número de hijos, quiere tener dos, aunque respetará la opinión de su
futuro marido. Ella es la segunda de siete hermanos y la mayor es por ahora su mejor
confidente.
Donde no habrá concesiones será en el magisterio. Y a
Hadiya, firmeza no le falta. Ver crecer a los críos sentados en los bancos de
las escuelas es su mayor satisfacción. Tiene un compromiso con los más pequeños
en este mar de arena y piedra en el que los caminos desaparecen de un día para
otro con el viento y donde ella se sigue levantando con la primera luz del día
para preparar sus clases. “Enseñar a un niño a leer y escribir es la labor más
maravillosa y gratificante que he podido experimentar”, asegura esta hija de
las nubes bajo la mirada atenta de un padre más que orgulloso de su profesión.
Docentes, una profesión de luces y sombras
El derecho a recibir una educación y el derecho a enseñar no
son negociables. Todos los niños necesitan un maestro o una maestra. Aún así,
queda demasiada geografía en el planeta donde la enseñanza sigue siendo un bien
escaso. Millones de docentes en todo el mundo siguen trabajando con salarios
paupérrimos y en condiciones deplorables para educar a las siguientes
generaciones. Si los docentes de Zambia cobraban en 2006 el mismo salario que
el que recibían en 1975, maestras de Malawi dan clase a más de 100 niños a la
vez por un salario que no llega a los 30 euros mensuales. Y si en Haití hay un
pupitre por cada tres escolares y no existen los servicios básicos de higiene
en las escuelas, en Etiopía y Bangla Desh los niños estudian y duermen por
turnos por falta de aulas y profesorado.
En China los docentes no pueden afiliarse y se sigue
deteniendo a los activistas laborales, en Angola muchos maestros no cobran sus
salarios, de ahí que en ocasiones exijan pagos no oficiales a los alumnos, como
en Mozambique, que se dejen sobornar por los padres a la hora de ofertar las
matrículas. Referente al coste de uniformes y material escolar, éstos dejan a
la educación fuera del alcance de muchas criaturas, lo que hace que buena parte
del profesorado se procure un segundo empleo para llegar a fin de mes. Y si aún
quedan lugares donde el castigo corporal es aceptado como una forma de
disciplina en las escuelas, también hay lugares, como Níger, donde ya no quedan
libros, pupitres ni bancos.
’Son los docentes por encima de cualquier otro colectivo,
quienes determinan las actitudes y quienes conforman las ideas y aspiraciones
de una nación’, subrayó el político africano Julius Nyerere. Aún así, hay
países donde toda la enseñanza pública ha pasado a manos privadas, el gasto en
defensa es 10 veces superior al de las inversiones en educación y a los
profesionales de la enseñanza se les sigue sin reconocer su labor.
Según las cifras que maneja la Internacional de la
Educación, “se necesitarían entre 15 y 30 millones de maestros más, aparte de
unos sueldos decentes”, para una profesión que contribuye más que nadie al
crecimiento intelectual de nuestros hijos. “No se puede seguir universalizando
la enseñanza primaria a costa de los salarios y la calidad de la propia
educación”. Realmente los maestros y maestras son la clave de cualquier sistema
educativo; las escuelas, los libros y las aulas carecen de utilidad sin su
presencia. De ahí la campaña del día mundial, “Nosotros, los docentes del mundo
entero”, un día de reconocimiento a su labor y de presión a los gobiernos para
obtener unas condiciones de trabajo que representen mejores condiciones de
aprendizaje para los escolares”.
Según la UNESCO, con sólo destinar 7 millones de dólares
cada año, fondos inferiores a los que se gastan anualmente los estadounidenses
en cosméticos y los europeos en helados, el sueño de una educación para todos y
todas las niñas se convertiría en una realidad.
ALGUNAS CIFRAS
En India la educación no es obligatoria, gratuita ni
universal. El 17% de la educación primaria es privada Hay 3.038.204 maestros en
este nivel (44% mujeres). El NAD es de 41 : 1.
En China se garantiza a los niños 9 años de educación
obligatoria. Hay 5.747.325 maestros de primaria (53% mujeres). El (NAD) es de
21 : 1
En Afganistán la educación es obligatoria y gratuita entre
los 7 y los 15 años. Actualmente la educación está financiada sobre todo por
agencias u organismos cooperantes. Hay 67.983 docentes de primaria (22%
mujeres). El número de alumnos por docente (NAD) es de 65 : 1.
En Siria la educación es obligatoria para los niños de 6 a
12 años y es gratuita hasta la universidad. Hay 124.665 maestros de primaria
(62% mujeres). El NAD es de 18 : 1
En Nepal la educación no es obligatoria, pero se ofrece
entre los 5 y los 10 años. Hay 101.483 maestros de primaria (30% mujeres), y
sólo el 31% han recibido la formación adecuada. El NAD es de 40 : 1
En países como España y Alemania la educación es gratuita
hasta la universidad y obligatoria hasta los 16 años. En nuestro país 179.324
docentes atienden la primaria (70% mujeres) mientras en el país teutón lo hacen
235.179 (83% mujeres). Ambos tienen un (NAD) de 14:1
En Bolivia son 5 los años de educación primaria universal y
gratuita. En las escuelas primarias trabajan 64.603 docentes (61% mujeres). El
(NAD) es de 24 : 1
La educación pública en los Estados Unidos es una empresa
conjunta entre los gobiernos locales, estatales y federales . La educación es
obligatoria entre los 6 y los 17 años Los padres pueden elegir enviar a sus
hijos/as a escuelas públicas, privadas o recibir la educación en casa.
1.677.417 docentes (88% mujeres) trabajan en primaria. El NAD es de 15 : 1.
En Nicaragua la educación primaria es gratuita, universal y
obligatoria hasta los 12 años. En primaria, el 15% de la educación es privada.
Trabajan en este nivel 26.899 docentes (79% mujeres), de los cuales el 75% ha recibido
una formación adecuada. El NAD es de 35: 1
En 2006 Brasil pagaba sus deudas al FMI para poder tener un
futuro “construido sobre una firme inversión en la educación”. Hoy, el 25% de
los presupuestos estatales y municipales deben asignarse a la educación. La
escolarización es gratuita y obligatoria entre los 7 y los 14 años. En
primaria, 805.410 docentes (90% mujeres) trabajan en este nivel. El NAD es de
24 : 1
En Malí la educación es gratuita y obligatoria hasta los 12
años. En primaria el 35% de la educación es privada. 26.737 docentes (28%
mujeres) trabajan en este nivel. El NAD es de 52: 1
En Mozambique la educación es gratuita y obligatoria entre
los 6 y los 12 años. 54.721 docentes (30% mujeres) trabajan en primaria. El
(NAD) es de 65: 1.
En Etiopía la educación es gratuita y obligatoria hasta el
sexto Nivel. 110.945 docentes (45% mujeres) trabajan en primaria. El NAD es de
72 : 1
En Nigeria la ley obliga al gobierno a proporcionar una
educación gratuita “cuando resulte viable”. 579.802 docentes (51% mujeres)
trabajan en primaria, y sólo el 51% han recibido una formación adecuada. El
(NAD) es de 36: 1
En Sierra Leona la educación es pública y obligatoria entre
los 6 y los 12 años, pero no gratuita. 17.327 docentes (30% mujeres) trabajan
en el nivel de primaria. El (NAD) es de 67: 1
NAD número de alumnos por docente
Texto y fotos: Javier
Rodríguez Gómez
De: Red Social UIMP 2.0
Red Social de
Conocimiento
Universidad
Internacional Menéndez Pelayo
No hay comentarios.:
Publicar un comentario