miércoles, 3 de julio de 2013

Educación en los Establecimientos Penitenciarios de Finlandia

X. EDUCACIÓN BÁSICA EN LOS ESTABLECIMIENTOS PENITENCIARIOS DE FINLANDIA
Kirsti Kuivajärvi

A. El sistema de educación básica en Finlandia

 En la evolución de la política educativa de Finlandia en el siglo XX se distinguen tres hitos fundamentales [164]. El primero fue la implantación de la enseñanza escolar obligatoria en el decenio de 1920, precedida por una expansión de la educación. El segundo fue la instauración gradual del ciclo básico de enseñanza en el decenio de 1970, con el que se alcanzaron objetivos más amplios que la escolaridad obligatoria. Y el tercero fue la adopción del principio de la educación permanente, que se adoptó como base de todo el sistema educacional y se afirmó en el decenio de 1990 al ampliarse la educación de adultos. En este período se registró la más rápida expansión de la educación en Finlandia hasta la fecha.
El sistema educativo finlandés consiste en escuelas del ciclo básico de enseñanza y escuelas secundarias de ciclo superior, institutos de formación profesional y universidades. En Finlandia no existen las escuelas de parvulario, aunque los niños de esa edad reciben alguna instrucción en las guarderías, que funcionan bajo la jurisdicción de los servicios de bienestar social. Los adultos pueden tomar clases en los institutos y centros de educación de adultos y en las universidades a distancia.
 Los estudios del ciclo básico de enseñanza, de nueve años de duración, son obligatorios para los alumnos de edades comprendidas entre los siete y los 16 años, incluidos los discapacitados, ya que existen servicios especiales para los alumnos que no pueden aprender con la instrucción ordinaria. También tienen derecho a esos servicios los niños que presentan problemas de adaptación derivados de desequilibrios emocionales u otros factores, y que por ello necesitan educación especial. Se calcula que sólo un 1% de ese grupo de edad no llega a obtener el certificado escolar al terminar los estudios. Las escuelas del ciclo básico son administradas por las autoridades locales.
 Con las clases especiales y de recuperación de estas escuelas se han atendido las necesidades de los alumnos que presentan problemas de alfabetización. Los maestros de educación especial imparten esa instrucción, en colaboración con los maestros encargados de las clases respectivas y los profesores de lengua finlandesa. Para la alfabetización de adultos se han organizado grupos de estudio en algunas escuelas universitarias municipales y cursos especiales en las escuelas secundarias [83].
 En Finlandia, el acceso a la educación ha aumentado de manera continua y el nivel de instrucción ha mejorado durante los últimos decenios. El número de diplomas y certificados expedidos demuestra que se ha alcanzado un nivel más alto de educación y conocimientos. En 20 años se ha duplicado el número de alumnos que han terminado los estudios de la escuela secundaria de ciclo superior, de formación profesional o universitarios. Más del 80% de los jóvenes finlandeses han cursado o están cursando estudios en las escuelas secundarias, un porcentaje más alto que el de otros países nórdicos y uno de los más altos del mundo. También se ofrecen cada vez más clases de educación y formación profesional para adultos. Además, han disminuido las diferencias regionales en el nivel de instrucción [164].
 Hay pocos estudios comparativos sobre el rendimiento escolar. El más notable es el estudio realizado en 1990?1991 por la Asociación Internacional de Evaluación del Rendimiento Escolar, que analiza la aptitud de lectura de los niños y jóvenes. En ese estudio mundial se demostró que los niños finlandeses de edades comprendidas entre los 9 y los 14 años leían mejor que los niños de la misma edad de otros países que participaron en el estudio. El estudio sobre conocimientos aritméticos realizado por la Asociación a principios del decenio de 1980 indicó que los niños finlandeses del séptimo año de enseñanza tenían conocimientos medios, en tanto que los alumnos de las escuelas secundarias de ciclo superior tenían conocimientos muy superiores al promedio general [164].

Problemas de la alfabetización de adultos
 A pesar de la ampliación de los planes de enseñanza para el público general y del alto nivel de instrucción conseguido en Finlandia, no se han podido eliminar totalmente las dificultades de la alfabetización de adultos, como se verá en la siguiente sección del informe sobre la población de reclusos. Hay una serie de problemas relativos a la adquisición de conocimientos básicos de lectura, escritura y aritmética. Últimamente, las autoridades han dedicado más atención a estos problemas.
 En 1991, el Ministerio de Educación creó un grupo de trabajo encargado de examinar el carácter y la magnitud de los problemas de alfabetización de adultos en el país, que también debía ocuparse de desarrollar métodos para facilitar la detección de esos problemas y de preparar una propuesta para establecer un programa de enseñanza para los adultos afectados. El grupo de trabajo preparó un memorando en el que indicó que sólo un reducido grupo de adultos padecía el problema diagnosticado como dislexia grave. Sin embargo, también pueden diagnosticarse deficiencias de aprendizaje cuando una persona con capacidades intelectuales y sensoriales normales tiene un nivel de conocimientos elementales que no corresponde a sus aptitudes reales. Esas deficiencias inciden negativamente en la capacidad de estudiar, trabajar y participar en actividades sociales y políticas. En general, provocan sentimientos de inferioridad y vergüenza que también repercuten en la vida privada. Entre las personas que tienen problemas de aprendizaje, algunas pierden la motivación y abandonan los estudios; otras tienen que luchar constantemente para obtener una plaza de estudios o un puesto de trabajo ([202], págs. 36-39).
 En su memorando, el grupo de trabajo se refería a datos de otros estudios sobre los problemas de alfabetización. Por ejemplo, en 1983 un grupo de trabajo de la Dirección Nacional de Formación Profesional estudió la incidencia de esos problemas entre los alumnos de primer año de las escuelas de formación profesional (N=1.546). Según el estudio, un 11% de los estudiantes necesitaba seguir cursos especiales de instrucción elemental. Otro estudio [148] en el que se examinaban los problemas de alfabetización de los estudiantes adultos mostró que algunos de ellos tenían sobre todo dificultades de comprensión de la lectura, por lo que no poseían las competencias necesarias para entrar al mercado de trabajo. Se observó que más del 20% de los estudiantes mostraban deficiencias en la aptitud de la lectura. En el estudio se señalaba que, en la actualidad, los estudiantes adultos carecían de las aptitudes necesaria para alcanzar una capacidad de lectura amplia y eficiente, aptitudes que los alumnos educados con métodos modernos pueden adquirir generalmente en la escuela. Esa situación impone demandas especiales en la educación de adultos.
 Las conclusiones mencionadas concuerdan con las de una tesis reciente [165]. Lehtonen encontró que la habilidad de lectura de los alumnos que habían terminado los estudios de la escuela polivalente variaba considerablemente. Según ese estudio, la deficiente capacidad de lectura perjudicaba los estudios de un 15% de los alumnos considerados. El éxito en los estudios podía atribuirse casi en un 50% al nivel de habilidad de lectura. Asimismo, se vio que las experiencias positivas en el primer aprendizaje de la lectura tenían una importancia fundamental para el desarrollo ulterior de la capacidad lectora de un alumno y para el éxito futuro en sus estudios.


B. Necesidades de los presos en materia de educación

1. La población penitenciaria en Finlandia
 En Finlandia, que tiene una población total de unos cinco millones de habitantes, hay aproximadamente 3.500 presos alojados en 20 instituciones cerradas y 15 abiertas (estas últimas son tres prisiones abiertas y 12 colonias de trabajo). Aproximadamente 9.000 delincuentes son recluidos cada año en las instituciones penitenciarias.
 La mayoría de los presos tienen entre 25 y 39 años de edad (véase el cuadro 1). La edad media es de unos 33 años. Los reclusos confinados por primera vez representan una cuarta parte de los penados del país. Las mujeres forman el 3,5% de la población de reclusos. 
 
 Cuadro 1. Distribución por edad de la población penitenciaria 
 al 1? de octubre de 1992 
 
Edad
Número de presos
Porcentaje 
15-20
125
   4 
21-24
470 
 16 
25-29
643
21 
30-39
1 020 
 34 
40-
766 
 25 
Total
 3 024
100 
  
 La estructura de la población de reclusos en 1992 indica que la mayoría de ellos han sido encarcelados primordialmente por la comisión de un delito de carácter violento. La segunda causa de encarcelamiento son los delitos contra la propiedad. Una quinta parte de los presos han sido condenados por conducir en estado de embriaguez. Sólo un 4% han sido sentenciados por un delito relacionado con las drogas.
 Aproximadamente la mitad de los presos (el 53%) pasan tres meses o menos en prisión, mientras que sólo el 4,3% cumplen una condena de más de dos años. Como término medio, los reclusos permanecen en prisión durante cinco meses y medio [268].
2. Información general sobre las calificaciones académicas de los presos
 Hasta la fecha no se ha llevado un registro sistemático de los antecedentes educativos de los condenados a prisión. Sin embargo, se están tomando disposiciones para adoptar esta medida. Por el momento, cabe hacer referencia a dos estudios publicados por el Departamento de Administración Penitenciaria.
 La base del primer estudio [150] fue una encuesta realizada en 1988, cuyas conclusiones se compararon con las de un estudio sobre la fuerza de trabajo realizado en 1987. En ese estudio participaron 575 reclusos elegidos al azar.
 El 7% de los presos que participaron en el estudio no habían terminado el ciclo básico de enseñanza ni otros estudios equivalentes. Entre los reclusos muy jóvenes, es decir, de 15 a 20 años de edad, uno de cada tres no había terminado la enseñanza básica. Sólo el 2% de los presos habían tomado el examen de certificado en la escuela secundaria de ciclo superior, mientras que en toda la población activa la proporción correspondiente era del 20%.
 Un 40% de los reclusos no habían cursado estudios de formación profesional, un 30% habían tomado un curso de formación profesional (generalmente de corta duración), un 29% tenían un certificado de formación profesional y un 1% un diploma universitario.
 Una cuarta parte de los reclusos habían cursado estudios durante su permanencia en la cárcel. En general, habían hecho un curso de formación profesional.
 El estudio examinaba también las actividades en las que los presos deseaban participar durante el tiempo de su condena. Más de la tercera parte de los reclusos (el 37%) deseaban estudiar mientras permanecían en la cárcel. En una quinta parte de las respuestas, los presos no especificaban las materias que deseaban estudiar pero expresaban el deseo de recibir cursos de formación profesional para obtener un certificado. Entre las materias de estudio mencionadas, las preferidas eran la ingeniería mecánica, metalmecánica y la construcción. 
Unos pocos presos (el 5%) deseaban cursar los estudios del ciclo básico, y otro 15% deseaban seguir estudios generales como los de la escuela secundaria del ciclo superior, idiomas e informática.
 Los resultados del estudio permitían concluir que el nivel de educación general de los reclusos era muy bajo. Así pues, las características de la educación de la población de reclusos eran diferentes a las de la población general. Una de cada diez personas de toda la población general en edad de trabajar había estudiado en la universidad o seguido estudios equivalentes, mientras que entre los reclusos la proporción correspondiente era uno de cada cien. Más de la mitad de toda la población (el 57%) había seguido estudiando después de terminar la enseñanza básica, mientras que sólo el 28% de los presos habían recibido una educación análoga. Sin embargo, el nivel de instrucción de los presos había mejorado ligeramente durante los últimos veinte años, probablemente a causa de la reforma general de la enseñanza efectuada en Finlandia en el decenio de 1970. También se observó que había subido un poco el nivel de la formación profesional.
 En 1990, como complemento del estudio anterior, se hizo una investigación de los antecedentes educativos de 70 reclusas [127]. Un 17% no habían terminado ningún tipo de estudios básicos. Un 40% de las entrevistadas habían terminado un curso de formación profesional, en general en trabajos textiles o de oficina. Solamente un 10% de las presas tenían certificados de formación profesional, mientras que un 40% no habían seguido ningún curso de ese tipo. Una de ellas tenía un diploma universitario. Un 30% de las entrevistadas habían seguido cursos mientras cumplían su condena, la mitad de éstos de formación profesional. Una mayor proporción, el 48%, deseaban estudiar durante la permanencia en la prisión.

3. Estudios sobre la necesidad de los presos en materia de instrucción
elemental y otras formas de enseñanza básica

 Los presos pueden necesitar enseñanza básica, ya sea porque no han tenido suficiente experiencia escolar o porque tienen dificultades de aprendizaje. En los dos estudios que se examinan a continuación se presenta gran parte de la información disponible sobre las necesidades de los reclusos en ese ámbito.
 En 1987 se llevó a cabo un estudio sobre las deficiencias de las aptitudes básicas de lectura, escritura y aritmética de presos de edades comprendidas entre los 18 y los 20 años [166]. En ese estudio se suponía que sólo una persona que tuviese conocimientos adecuados de lectura, escritura y aritmética podría adquirir nuevos conocimientos mediante la educación sistemática o el estudio independiente. Se comparaban también los conocimientos de los reclusos estudiados con los de las personas que habían terminado los estudios del ciclo básico.
 Se eligió a presos entre los 18 y los 20 años de edad porque habían superado la edad de asistencia escolar obligatoria y habían tenido la oportunidad de terminar los estudios del ciclo básico. En el estudio participaron 51 presos (50 hombres y una mujer). Las pruebas se realizaron en cinco instituciones cerradas y se necesitó un día o dos medios días para terminarlas. Se utilizaron ocho tipos diferentes de pruebas: cinco para determinar los conocimientos de lectura, escritura y aritmética, y tres para evaluar las aptitudes.
 El estudio no indicó deficiencias graves en la aptitud de lectura de los presos entre los 18 y los 20 años. Sólo algo más del 10% de los participantes presentaban deficiencias de mayor o menor gravedad. Se observaron deficiencias leves en la aptitud de escritura de cerca de la mitad de las personas estudiadas. Los errores en general estaban limitados a ciertos aspectos concretos (como el uso de las mayúsculas y las palabras compuestas), que podían corregirse fácilmente con la práctica. No se observaron problemas graves en la escritura.
  Las mayores deficiencias se observaron en los conocimientos matemáticos. Se calculó que cerca del 60% de los presos de edades comprendidas entre los 18 y los 21 años necesitaban más instrucción. Por otra parte, los participantes obtuvieron buenos resultados en las pruebas de aptitud, en las que la mitad obtuvieron notas medias o altas.
 Una tercera parte de los participantes no habían terminado aún los estudios del ciclo básico de enseñanza. Cuando se realizó el estudio, una cuarta parte de los participantes estudiaban en la cárcel, y la mayoría tomaban cursos del ciclo básico [166].

 En 1992, la Escuela Normal de la Universidad de Helsinki llevó a cabo otro estudio sobre los problemas de alfabetización de los reclusos, como contribución al proyecto de investigación nacional sobre alfabetización de adultos. El objetivo del estudio [1] era documentar la magnitud y el carácter de los problemas de alfabetización de la población de reclusos. Los trabajos de investigación se llevaron a cabo en cuatro prisiones centrales, y en ellos participaron todos los reclusos que recibían instrucción en esas cárceles junto con otro 10% de presos elegidos al azar. En total, 88 presos participaron en el estudio.
 La mayoría de los participantes (el 60%) tenían entre 21 y 30 años; el 17% no habían terminado el ciclo básico de enseñanza. Cuando se llevó a cabo el estudio, una tercera parte de los participantes estaban tomando cursos del ciclo básico, el 18% estudiaban para el examen de certificado, y el 25% seguían cursos de formación profesional o cursos preparatorios para la formación profesional. Según el estudio, el 23% de los presos no estaban cursando estudios de ningún tipo. El 27% de los participantes habían recibido instrucción especial. De los 9.841 presos admitidos en 1992 en las instituciones penitenciarias, 1.937 (es decir, el 20%) estudiaban mientras cumplían su condena. Esas cifras indican que la proporción de presos que estudiaban era mucho mayor en el grupo documentado que en toda la población penitenciaria.
 Todos los presos habían llegado al nivel de la lectura mecánica, y casi todos respondían a las preguntas cuando el texto daba respuestas claras. Los presos con poca instrucción tenían dificultad para contestar a las preguntas cuando era necesario construir las respuestas utilizando distintos datos poco aparentes en el texto, y tenían todavía más dificultad para formular ideas originales y expresarlas por escrito.
 En las redacciones breves era evidente la falta de instrucción, así como la poca práctica de escribir y un vocabulario activo limitado. En cuanto a los hábitos de lectura, el 88% de los participantes dijeron que leían el periódico con frecuencia, mientras que sólo un preso de cada tres dijo que a menudo leía novelas.

C. Legislación sobre la educación en los establecimientos penitenciarios

 La enseñanza académica en los establecimientos penitenciarios se ofrece de conformidad con las leyes generales sobre educación básica, formación profesional y otros tipos de educación en Finlandia. La legislación sobre ejecución de las penas comprende disposiciones para la instrucción de los reclusos.
 Las condiciones generales para la ejecución de la pena, se estipulan en el Decreto sobre el Régimen Penitenciario, donde se dispone que el cumplimiento de la condena no debe obstaculizar innecesariamente, sino más bien debe facilitar, la adaptación social del recluso. Deben evitarse en cuanto sea posible los efectos perniciosos de la pérdida de libertad. Las condiciones de las instituciones penitenciarias deben corresponder en lo posible a las condiciones de vida de la sociedad en general.
 Las disposiciones sobre la educación de los reclusos figuran en dos decretos: el Decreto sobre Ejecución de la Pena y el Decreto sobre el Régimen Penitenciario. En ellos se estipula lo siguiente:

 a) Los presos están obligados a trabajar durante el cumplimiento de su condena. Si los estudios que cursa el preso en la cárcel se consideran útiles para su vida en libertad, el director de la prisión puede eximirlo parcial o totalmente del trabajo; 
 b) Las instituciones penitenciarias deben organizar cursos apropiados de formación profesional y otra instrucción que consideren necesaria;
 c) La formación profesional debe mejorar los conocimientos técnicos de los reclusos y facilitar su colocación y la obtención de mayores competencias;
 d) En el certificado no debe constar que los estudios se han cursado en la prisión;
 e) Se debe vigilar el progreso de los presos en sus estudios y se les debe ofrecer todo el apoyo y el asesoramiento posibles;
 f) Si un recluso al que se ha eximido del trabajo para que pueda estudiar descuida sus estudios, puede revocarse la medida por un tiempo limitado o hasta nuevo aviso.
 Hay otras disposiciones relativas a los estudios cursados en centros de enseñanza fuera de la prisión. Se puede permitir al recluso que asista a una escuela fuera de la prisión (libertad con fines educativos) si las autoridades penitenciarias lo consideran digno de confianza y creen que es probable que cumpla las condiciones de la libertad, y si pueden supervisar los estudios fuera de la institución penitenciaria.
 En la actualidad, las autoridades de Finlandia están preparando la revisión de las disposiciones jurídicas relativas a la ejecución de la pena. En el proyecto de ley se propone que la obligación de trabajar estipulada actualmente se sustituya por la obligación general de participar en actividades organizadas en la institución. De esa manera, la obligación y el derecho de los presos de participar en las actividades de formación y rehabilitación adquiriría la misma importancia  que la anterior obligación de trabajar.

Bibliotecas y actividades recreativas

 El Decreto sobre el Régimen Penitenciario dispone que las bibliotecas de las prisiones deben contener libros y otros textos educativos, así como periódicos y revistas. En la medida de lo posible debe ayudarse a los presos a utilizar los servicios de biblioteca. También debe darse a los presos la oportunidad de tomar libros en préstamo de las bibliotecas públicas. Asimismo, el Decreto contiene disposiciones relativas a las actividades a las que pueden dedicarse los reclusos durante su tiempo libre. Se estipula que deben organizarse actividades como cursos, conferencias y debates, y que los presos deben tener la oportunidad de dedicarse a actividades recreativas adecuadas a las condiciones de las cárceles. Debe proporcionarse a los reclusos orientación y ayuda para llevar a cabo esas actividades. También se puede autorizar a particulares y asociaciones de fuera de la institución penitenciaria para que organicen actividades recreativas en la institución, y se debe dar a los reclusos la oportunidad de tomar parte en la planificación y organización de esas actividades.

D. Enseñanza básica en las prisiones

 En el presente informe, la enseñanza básica se refiere principalmente a cursos de lectura, escritura y aritmética, así como a la enseñanza académica para presos que no han alcanzado el nivel del certificado de escolaridad de la escuela secundaria.

1. Alcance de la enseñanza básica
 Generalmente se permite que los presos estudien durante las horas laborables, como alternativa al trabajo. Un principio fundamental de la organización de la enseñanza básica en las prisiones es que éstas no mantienen profesores propios y los centros de enseñanza externos se encargan de los programas de estudios. De esta manera, la enseñanza básica en las prisiones es análoga a la que se imparte en el sistema de enseñanza general. Los estudiantes reciben siempre certificados de los centros de enseñanza sin que se indique que han cursado estudios en la cárcel. 
 
 Como se ha observado antes, en 1992 había 1.937 reclusos (o un 20% del total de 9.851 confinados durante el año) que estudiaban a tiempo completo o parcial en las instituciones penitenciarias o en centros de enseñanza fuera de las cárceles. En ese mismo año, un total de 418 presos (es decir, el 4%) tomaban cursos de enseñanza básica (véase el cuadro 2 a continuación). La mayoría de ellos (el 60%) estudiaban a tiempo completo, como ocurre típicamente entre los reclusos, y el 20% estudiaban por su cuenta. 
 
Cuadro 2. Reclusos que siguieron cursos de instrucción elemental o del 
ciclo básico de enseñanza en las prisiones, 1990-1992 

                                             Número de participantes

Tipo de estudios
1990 
1991
1992
Instrucción elemental 
89 
 87
104 
Ciclo básico de enseñanza
319 
 338
314
Total 
408
425
418
 En 1992, 27 reclusos terminaron los estudios del ciclo básico de enseñanza. Otros muchos terminaron cursos del ciclo básico en distintas materias. Un estudio finalizado en marzo de 1993 indicó que el 60% de los presos que tomaban cursos del ciclo básico lo hacían para mejorar las notas obtenidas en diferentes materias.
 En siete prisiones, la enseñanza permanente básica y la secundaria de ciclo superior son administradas por las escuelas locales secundarias de ciclo superior para adultos. Esas escuelas se encargan de la instrucción de los reclusos adultos, así como de los jóvenes. Para organizar clases en las cárceles, las escuelas deben obtener un permiso del Ministerio de Educación porque los arreglos para la enseñanza en esos establecimientos son distintos de los que rigen fuera de ellos. Por ejemplo, en las prisiones se pueden dictar clases también durante el verano y el número de jornadas de estudio puede ser superior al estipulado normalmente para el año académico. La enseñanza básica puede organizarse de manera que los estudiantes puedan terminar el nivel básico en el tiempo mínimo de un año. Sin embargo, deben demostrar que poseen la aptitud y los conocimientos correspondiente a ese nivel, aunque hayan recibido menos horas de instrucción.
 El recurso a las escuelas secundarias de ciclo superior ha demostrado ser una solución excelente para organizar cursos del ciclo básico para presos que han superado la edad máxima escolar. La ventaja principal de esa solución es que las clases son organizadas por los institutos locales de educación de adultos, con maestros de fuera de la prisión.
 Además de las disposiciones mencionadas anteriormente, aplicadas en siete prisiones, los reclusos de otras prisiones pueden estudiar materias del ciclo básico y obtener certificación. Las prisiones contratan a los maestros visitantes y asesores docentes necesarios. Las escuelas locales del ciclo básico o las escuelas secundarias para adultos conceden los certificados correspondientes.

2. Instrucción elemental para gitanos

 En 1992, diez prisiones ofrecían cursos de alfabetización para gitanos, combinando la instrucción con clases de lengua y cultura gitana. En ese año, esas prisiones dictaron más de 1.800 horas de clases a esos grupos. Las prisiones han procurado contratar maestros gitanos para esa instrucción, aunque a algunas les ha resultado difícil encontrar esos maestros. 
 
3. Otras formas de enseñanza básica

 Además de las formas de enseñanza básica mencionadas antes, también pueden considerarse parte de esa enseñanza los distintos cursos que preparan a los estudiantes para entrar en el mercado de trabajo o para seguir estudios determinados. Estos cursos suelen incluir formación cívica, estudios sociales y conocimientos básicos para la vida diaria como lavar y planchar la ropa, cocinar, afrontar problemas relacionados con las drogas o el alcohol y planificar la vida. En 1992, siete prisiones organizaron 16 cursos preparatorios de ese tipo, que duraron de dos a 17 semanas (seis semanas en promedio) y en los que participaron 127 reclusos.

4. Financiación de la enseñanza básica en las prisiones

 La enseñanza básica organizada en las prisiones por las escuelas locales secundarias de ciclo superior para adultos se financia aplicando los mismos principios que se aplican para otro tipo de enseñanza organizada por esas escuelas, es decir, con fondos aportados por el Estado y por los ayuntamientos. Pero según las nuevas leyes sobre financiación pública promulgadas a principios de 1993, la dirección de las prisiones debe contribuir también a financiar la enseñanza en esos establecimientos.
 En aquellas prisiones en las que las clases no están organizadas por escuelas locales secundarias de ciclo superior para adultos, se contrata a profesores interinos y asesores docentes. Los estudiantes presentan exámenes en las escuelas locales del ciclo básico o secundarias de ciclo superior para adultos.
 La instrucción elemental para gitanos es organizada por las prisiones o por las escuelas universitarias municipales, con subvenciones especiales concedidas por las autoridades encargadas de la educación. También dictan clases adicionales de instrucción elemental los asesores docentes de las prisiones o los asesores interinos contratados especialmente, a los que se paga según las horas que enseñan.

5. Instrucción, métodos de enseñanza y materiales didácticos

 El número de estudiantes de los grupos de estudio de enseñanza básica varía de prisión a prisión porque depende del número de reclusos que estudian en cada establecimiento y de si las escuelas locales secundarias de ciclo superior para adultos dan instrucción permanente. En las siete cárceles donde las escuelas locales se ocupan de la enseñanza, el número de estudiantes por clase varía entre 4 y 12, pero en general las clases tienen siete u ocho estudiantes. En otras prisiones, sólo unos pocos reclusos siguen cursos del ciclo básico en un período determinado; de hecho, estos reclusos reciben instrucción individual, dispensado por un maestro a jornada parcial o por el asesor docente de la prisión. En las clases de enseñanza básica (instrucción en lectura, escritura y aritmética) cada maestro se encarga de un grupo compuesto por un máximo de cinco estudiantes.
 En respuesta a las preguntas sobre los métodos de enseñanza y el material didáctico, las prisiones informaron de que los métodos utilizados para las clases de enseñanza básica eran los empleados normalmente por las escuelas secundarias de ciclo superior para adultos. Además, las prisiones subrayaron que los métodos de enseñanza se elegían ateniéndose sobre todo a las necesidades particulares de los presos y planes de estudio. Si el alumno estudiaba mayormente por su cuenta, se daba mayor importancia a las clases particulares de recuperación. Asimismo, se observó que los estudiantes adultos podían tener dificultades para el aprendizaje en grupo.

 Para la enseñanza del ciclo básico en las prisiones se utilizan los mismos libros de texto y otro material que se emplean normalmente en las escuelas secundarias del ciclo superior para adultos, y que son elegidos por el maestro o la escuela. La mayor selección de libros de texto, diseñados especialmente para adultos se halla en idiomas y química. Para otras materias pueden utilizarse los libros de texto de las escuelas del ciclo básico. Cuando es necesario se utiliza también otro material didáctico preparado por los maestros, así como hojas informativas, periódicos, diccionarios de la biblioteca, cintas de idiomas y videos educativos.
 


 En cuanto a la instrucción elemental, hay un libro de texto diseñado especialmente para la enseñanza de gitanos adultos. Aunque este libro se utiliza como material de lectura, contiene información para la instrucción cívica. Asimismo, algunas prisiones utilizan material destinado a la alfabetización de adultos o un libro de texto que contiene nociones básicas de aritmética para adultos. Con frecuencia se utilizan textos de las escuelas del ciclo básico, si procede, sobre todo libros de matemáticas y de ejercicios de redacción. También puede utilizarse el material elaborado para las clases de recuperación de las escuelas del ciclo básico o para la enseñanza del finlandés a extranjeros. En general, los profesores complementan el material con hojas informativas sobre la lengua y la cultura gitanas. A veces los presos reciben materiales, hojas informativas y boletines preparados por los maestros. Según indican las respuestas a las preguntas del estudio, había alguna diferencia de opinión entre las prisiones acerca de la conveniencia de utilizar los materiales del ciclo básico en la instrucción elemental de los presos. Algunas consideraban que los materiales eran adecuados, especialmente si se seleccionaban los libros conforme a las necesidades especiales de los presos, y observaban que los libros de texto del ciclo básico podían leerse fácilmente. Otras sostenían que esos textos, especialmente las series ABC (los primeros libros de lectura), eran demasiado infantiles para los estudiantes adultos y presentaban temas ajenos a la vida en la prisión.

 De conformidad con las sugerencias formuladas por las prisiones sobre las disposiciones para la enseñanza básica, hay que adoptar métodos de enseñanza más prácticos e innovadores ya que, por una parte, existe el problema de motivar a los reclusos (especialmente a los que han abandonado la escuela del ciclo básico oficial) y, por otra, los programas de estudio son difíciles. Se estima que los reclusos que han recibido instrucción en clases especiales o en hogares comunitarios (reformatorios) tienen grandes dificultades para comprender muchas de las materias que se consideran difíciles, como los idiomas, las matemáticas, la química y la física. En otras palabras, existe la necesidad apremiante de ofrecer a los reclusos cursos de instrucción especial y de recuperación, y también de mejorar esas formas de instrucción. También es importante mejorar el material didáctico, como el que se utiliza para la alfabetización de adultos.

6. Integración de la enseñanza básica con otras formas de enseñanza

 Como se ha observado antes, la enseñanza básica en las prisiones finlandesas comúnmente se trata como una actividad separada. La instrucción se dispensa a los presos durante las horas de trabajo y está a cargo de centros de enseñanza del exterior, que examinan a los reclusos y expiden los certificados correspondientes. De esta manera, se asegura que las calificaciones de los presos sean en todo comparables con las de otros centros de enseñanza, de modo que, al ser puesto en libertad, el recluso puede proseguir sus estudios en otros institutos.
 En ciertas ocasiones, algunas prisiones han ofrecido cursos del ciclo básico de enseñanza como parte de un programa de formación profesional. La formación profesional básica encaminada a la obtención de un certificado comprende siempre cursos en determinadas materias generales como los de idioma finlandés y sueco, matemáticas, idiomas extranjeros e informática. Sin embargo, esa instrucción no forma parte necesariamente de los estudios del ciclo básico, por lo que no se menciona en esta parte del informe.

 Los cursos preparatorios para entrar en el mercado de trabajo o continuar estudios superiores pueden abarcar la instrucción en matemáticas, finlandés, informática y otras materias del ciclo básico. Sin embargo, la enseñanza básica no está muy integrada con otras formas de enseñanza.

7. Remuneración para los estudiantes

 En general, los presos que siguen cursos de la enseñanza básica reciben una remuneración en las mismas condiciones que los presos que trabajan. En las prisiones cerradas, la remuneración percibida por el trabajo se divide en cinco tipos. Esa misma clasificación se aplica a los presos que estudian. En general, la enseñanza básica solamente se ofrece en las prisiones cerradas.

 La remuneración de los presos en las prisiones abiertas, en las que los reclusos reciben salarios normales, es mucho mayor que en las prisiones cerradas. La remuneración que reciben los estudiantes de formación profesional en las prisiones abiertas equivale al salario más bajo percibido en esas mismas prisiones.

 Los presos que estudian fuera de la prisión tienen derecho a casi todas las prestaciones sociales de que goza la población en general, y pagan por su educación como los demás alumnos de la institución educativa de que se trate.

8. Servicios de biblioteca para reclusos

 Todas las instituciones penitenciarias tienen una biblioteca en la que los presos pueden encontrar novelas y libros de otro tipo. También pueden encontrar material informativo de las oficinas de trabajo y otros servicios públicos. Además de estas bibliotecas, en muchos lugares las bibliotecas públicas atienden a los reclusos, ya sea estableciendo un servicio móvil dentro de la biblioteca de la prisión, enviando libros a los presos a través de ésta o incluyendo a la prisión en el itinerario de los autobuses que entregan y recogen libros. Al menos 14 prisiones y varias colonias de trabajo, utilizan los servicios de estos autobuses.

 El número de libros que forman las colecciones de las bibliotecas de las penitenciarias depende, mucho, por ejemplo, de si la prisión puede utilizar los servicios de la biblioteca pública local o de sus autobuses. En 1992, las bibliotecas de las prisiones tenían un total de 80.500 libros. Muchas prisiones también prestan cintas magnetofónicas. Varias bibliotecas de las prisiones se utilizan como salas de lectura cuando están abiertas, o tienen una sala de lectura aparte donde los presos pueden leer libros y periódicos.

E. Conclusiones

 La educación en las prisiones de Finlandia ha atravesado un período de rápida expansión en los últimos años. Con las políticas actuales se ha procurado ampliar los servicios educativos, permitiendo a las prisiones formular sus propios programas de enseñanza. En la actualidad, se ofrecen programas en mayor número y variedad, sobre todo de formación profesional para reclusos. También se ha tratado de mejorar la enseñanza básica.

 Es probable que en futuras reformas legislativas se sustituya la obligación de trabajar de los presos por la de participar en las actividades que ofrece la prisión. Esas reformas estarán dirigidas a ofrecer más actividades que satisfagan las necesidades particulares de los presos y que sean  compatibles con sus capacidades. Por supuesto, ello tendrá repercusiones en cuanto al alcance y la variedad de los servicios educativos en las cárceles.

 El nivel de la instrucción elemental de la población penitenciaria en Finlandia es bastante alto. Son pocos los reclusos analfabetos, y el 90% de los reclusos han cumplido el requisito de nueve años de escolaridad del ciclo básico de enseñanza. Mientras cumplen su condena, los presos tienen la oportunidad de terminar los estudios del ciclo básico o de mejorar las notas de su certificado de escolaridad. La instrucción elemental para gitanos tiene una tradición de muchos años en el sistema de educación básica en las cárceles finlandesas. Siempre se ha procurado combinar la alfabetización de los gitanos con clases de lengua y cultura gitana.

 Los programas de enseñanza básica y secundaria del ciclo superior para los reclusos de las prisiones finlandesas están organizados por centros de enseñanza externos. Las cárceles no tienen profesores propios. Así pues, el principio fundamental de la educación en las prisiones finlandesas es distinto del que se sigue en otros muchos países en este respecto. Cuando las disposiciones normales no resultan prácticas por haber pocos estudiantes o por que sólo se precisa una enseñanza, las cárceles contratan instructores interinos o encargan de las clases a sus asesores docentes.

 Las prisiones ofrecen ya distintos tipos de actividades recreativas como gimnasia, grupos de debate, servicios de biblioteca, música y artes y oficios, que dan a los reclusos la oportunidad de perfeccionarse. Se han hecho planes para ampliar esas actividades, así como los cursos de enseñanza básica en un futuro próximo, mediante programas que permitan a los reclusos desarrollar su personalidad y mejorar sus aptitudes sociales y sus conocimientos básicos.

© United Nations and UNESCO-Institute for Education


  A. El sistema de educación básica en Finlandia
  B. Necesidades de los presos en materia de educación
             1. La población penitenciaria en Finlandia
             2. Información general sobre las calificaciones
                   académicas de los presos
             3. Estudios sobre la necesidad de los presos en materia de instrucción
                   elemental y otras formas de enseñanza básica
  C. Legislación sobre la educación en los establecimientos penitenciarios
  D. Enseñanza básica en las prisiones
              1. Alcance de la enseñanza básica
              2. Instrucción elemental para gitanos
              3. Otras formas de enseñanza básica
              4. Financiación de la enseñanza básica en las prisiones
              5. Instrucción, métodos de enseñanza y materiales didácticos
              6. Integración de la enseñanza básica con otras formas de enseñanza
              7. Remuneración para los estudiantes
              8. Servicios de biblioteca para reclusos
  E. Conclusiones





martes, 2 de julio de 2013

Más sobre Educación en Finlandia...


Acudí a una conferencia de Pasi Salhberg, funcionario del Ministerio de Educación de Finlandia, realizada en la Escuela de Educación de Harvard a buscar algunas respuestas: ¿el éxito del sistema educativo finlandés es tan solo una expresión de sus valores como sociedad o fue el resultado de una decisión política explicita?

“Finlandia nunca ha aspirado a tener el mejor sistema educativo del mundo”, fue la frase con la que inició la presentación Salhberg. El objetivo que se trazó Finlandia fue más bien “la mejor escuela para cada niño”. Lo que podría parecernos una sutil diferencia de eslóganes marketeros, es en realidad la columna vertebral de su propuesta. Y es que renunciar a que la calidad de tu sistema educativo se mida de una forma homogénea (como si los niños fueran productos de fábrica) en relación al club de países desarrollados te hace libre. “La mejor escuela para cada niño” tiene dos consecuencias muy potentes. La primera es sobre la equidad; priorizas tus esfuerzos en el niño con más obstáculos para aprender: el que viene de un hogar con padres con poca educación,  el que no tomó desayuno esa mañana o el que tiene problemas de concentración. La segunda es que personalizas la educación a las habilidades y potenciales de cada niño, quien compite contra sí mismo y no contra su compañero de carpeta. Las implicancias operativas de esta propuesta son desbordantes: en secundaria por ejemplo, cada niño tiene un plan de estudio personalizado. Salhberg lo resumió muy bien: “En Finlandia los niños no se preparan para la escuela, es más bien la escuela la que se prepara para los niños”.
Una convicción adicional lleva a que los finlandeses tengan, sin desearlo, el mejor sistema educativo del mundo: “es mejor prevenir antes que remediar”. Lo aplican en dos ámbitos claros: en la inversión en primera infancia y en la selección de sus docentes. El caso de los profesores es destacable. Para ser profesor de educación básica solo hay un camino: cursar uno de los 8 programas de maestría disponibles. En el 2012, la Universidad de Helsinki recibió 2000 aplicantes para solo 120 posiciones. La clave de este proceso de selección, además de la rigurosidad  que exigen en las pruebas de conocimiento, es identificar a los candidatos que tienen una auténtica motivación y que quieren asumir con responsabilidad e hidalguía la preciada misión de encargarse de educar a un niño.  A diferencia de las agendas de muchos países en desarrollo, inventarse metodologías para medir el desempeño docente no es un tema que les quite el sueño; ellos ya se aseguraron que sus docentes sean los mejores.
Este profesionalismo en la provisión del servicio educativo lleva a que los finlandeses clasifiquen a la escuela como la segunda institución pública más confiable (después de la Policía). Este círculo virtuoso donde la escuela asume con responsabilidad el reto de educar a los niños y la sociedad valora este esfuerzo también ha liberado de su agenda la implementación de mecanismos de vigilancia y rendición de cuentas.
Al final de la conferencia me di cuenta de que la pregunta que quería resolver estaba mal planteada: el éxito del sistema educativo finlandés no se puede explicar por caminos excluyentes (sociedad o burocracia). El sistema educativo finlandés no es solo el resultado de una burocracia eficiente, sino de la apuesta de la sociedad porque las escuelas sean el espacio donde el niño se quita de encima las taras que no eligió y que afectan su desarrollo. La escuela es el espacio donde el niño se libera de la situación de pobreza del hogar o del bajo  grado de educación de la madre.  Es el espacio donde desarrolla su potencial como ser humano. Sin lugar a dudas, esta obsesión con la equidad decanta en una mejora en la calidad del sistema.
Situación muy distinta a lo que sucede cuando un niño nacido en la sierra rural  de Huancavelica acude al colegio. El sistema educativo peruano le recuerda todos los días dónde nació. Nació en medio de la pobreza, y por eso solo el 4.12% de los niños que estudia como él en una escuela pública rural alcanzará los logros requeridos en matemática[2]. Y mi impresión, a juzgar por el rebote de la última Evaluación Censal de Estudiantes, es que los peruanos parecemos estar de acuerdo con eso.

Escribe María Antonieta Alva Luperdi, estudiante de maestría de la Escuela de Gobierno de la Universidad de Harvard.


[1] Su página web es altamente recommendable http://pasisahlberg.com/
[2] Evaluación Censal de Estudiantes 2012. Ministerio de Educación.



EL ESTADO COMO GARANTE DE LA IGUALDAD DE OPORTUNIDADES

Finlandia, un modelo educativo exitoso

El hecho se puede explicar tranquilamente por las leyes naturales y no necesita ser atribuido a la intervención divina. Aun así, lo sucedido en Finlandia sigue siendo calificado como «milagro», más por pereza semántica que por razones ajustadas a los términos de la Real Academia Española.
El país europeo, vecino de Suecia, Noruega, Rusia y Estonia, tiene unos 5,5 millones de habitantes en una superficie apenas más grande que la provincia de Buenos Aires. En esas tierras ocurre un fenómeno que deslumbra a naciones europeas y de otros rincones más alejados del mapa: la educación en Finlandia ocupa los más altos estándares de calidad del mundo, es totalmente pública, tiene una brecha nula entre los sectores más pobres y ricos de la sociedad, aporta conceptos novedosos para el rol del docente, otorga amplias libertades para el desarrollo del alumno y representa, más que cualquier otra actividad, la eficacia del Estado moderno. Pashi Sahlberg, uno de los exponentes del Ministerio de Educación finés, lo resume así: «La educación es percibida como un derecho humano básico para todos y por eso está protegida en nuestra Constitución. Como país, necesitamos que nuestros niños, todos ellos, tengan acceso a buenas escuelas y buenos maestros. Nuestro objetivo básico es que la educación sirva como instrumento para la igualdad social». Las cifras no lo desmienten. Midiendo a los sectores más bajos y más altos de la población en materia de aprendizaje escolar, la diferencia de nivel entre unos y otros es apenas de un 5%.
Finlandia muestra sus logros en las aulas a través de los exámenes PISA (Program for International Student Assessment o Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos), un método de evaluación de conocimientos que desde hace una década, cada trienio, realiza la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) entre sus 62 países adheridos, Argentina incluida. Cierto es que este método de evaluación tiene sus críticos, que entre otras cuestiones lo acusan de tomar en cuenta solo un análisis cuantitativo al tiempo que se le cuestiona ser el instrumento para que la OCDE elabore un ranking que luego aplicarán el Banco Mundial, el BID y el FMI. Pero es la única institución internacional que aporta algún dato corroborable para sopesar entre las diferentes variables que se toman en cuenta en el ámbito educativo.

Resultados medibles

Los resultados en este sentido mostraron que el país nórdico era más que una gigante usina de tecnología para telefonía móvil y explotación de bosques: las pruebas ubicaron a Finlandia en los primeros puestos en el área de matemática, ciencias naturales y comprensión de lectura. El último análisis (2009) mantiene a los estudiantes fineses en el podio, apenas superados por compañeros de China, Corea del Sur y Hong Kong. «¿Cómo hacen?», se preguntaban en el Viejo Mundo y cruzando el océano Atlántico, en América. El logro, incluso, contradecía algunos cánones inscritos a fuego en la burocracia de instituciones como la OCDE, ya que es el Estado el protagonista de tal odisea y no los centros privados de formación. Sahlberg replica con fundamento y sencillez: «La mayoría de las escuelas en Finlandia son buenas y no hay necesidad de escuelas privadas. Consideramos imprescindible invertir en crear más y mejores escuelas públicas, con niveles equitativos, donde la necesidad de escuelas privadas como sustitutas de establecimientos públicos desaparezca. Utilizar la educación privada para solucionar problemas de baja calidad y desigualdad en la transmisión de conocimientos, a nuestro criterio, empeora las cosas». De conferencia en Estados Unidos, el funcionario de la cartera educativa finés defendió su modelo: «Ustedes –dijo– tienen políticas de educación orientadas en el concepto de “ser el mejor”, estableciendo de este modo quién está arriba y quién está abajo. Nosotros no somos así».
¿Cómo son? Son previsibles. Las políticas educativas y los programas curriculares fueron discutidos apenas terminada la Segunda Guerra Mundial y hasta 1970, donde se establecieron las bases para el actual modelo. Hace veinte años trasladaron a la órbita municipal todas las escuelas, pero con los fondos necesarios para su funcionamiento. Buscaban un seguimiento directo y sin obstáculos de la gestión escolar. La semilla que plantaron entonces está floreciendo hoy. El rol de los «jardineros» es primordial. Los maestros son formados en once universidades. Se los elige a través de un exhaustivo proceso de selección. Sólo en la Universidad de Helsinki, 2.400 postulantes se anotaron en 2011 para cubrir 120 puestos, una proporción que en la práctica vuelve más difícil ingresar a la carrera docente que a, por ejemplo, Derecho o Medicina. Como parte del seguro social, un aspirante a lucir el guardapolvo blanco tiene derecho a un subsidio estatal para sus gastos de manutención y vivienda. Se les otorgan 259 euros mensuales para gastos de estudio y 200 euros para solventar el alquiler de una casa. El Estado también brinda la oportunidad de que los maestros amplíen su formación capacitándolos de manera gratuita en carreras de posgrado. Un docente pasa, promedio, cuatro horas por día en el aula y se les paga dos horas extras más para que las dediquen a su desarrollo profesional. Cada curso no tiene más de 20 pupitres, propiciando un contacto más estrecho entre el educador y el alumno. Reijo Laukkanen, del Consejo Nacional de Educación, asegura: «Le damos mucha libertad, y eso es fundamental para la motivación del cuerpo de profesores. En comparación con otros trabajos, admitimos que tal vez no estén bien pagos, pero gozan de un gran reconocimiento social». Repasando la lista de salarios básicos de un maestro primario, Estados Unidos ocupa el puesto nueve, España está décima y Finlandia, decimoquinta. Aunque el presupuesto del gobierno finés destina un 14% de los fondos al área educativa, índice muy superior al de otros países desarrollados del mundo.




Carrera difícil

Dentro de las aulas, la estrategia pedagógica tiene nociones sorprendentes. En Corea del Sur, el país que hoy por hoy ocupa el segundo puesto en calidad educativa, los alumnos reciben unas 50 horas semanales de clase. En Finlandia, 31. Más tiempo no representa, se ve, mejores resultados. La educación es obligatoria de los 7 a los 16 años. Se entiende al jardín de infantes y a la etapa preescolar como un ámbito orientado a que el niño despierte sus aptitudes, sus habilidades, su curiosidad. En esa etapa, tienen un día dedicado íntegramente a una disciplina (música, deportes, arte, lengua y matemática), pero los chicos sólo trabajan de mañana, la tarde es reservada para jugar.
La etapa primaria tiene regímenes pautados con espacios entre clase y clase: cada una dura 45 minutos, con un recreo de 15 entre cada una. Hasta los 9 años, los alumnos no son evaluados con notas. Recién a esa edad se los examina por única vez, pero no con cifras numéricas. Y el sistema rige durante dos años. Dice Hannu Naumanen, director del colegio Pielisjoki: «No se puede forzar a los alumnos, es necesario darles posibilidades diferentes para aprender, cada cual a su tiempo». Las autoridades creen que en esa etapa inicial del aprendizaje, una calificación genera angustia y sufrimiento. Por eso optan por un método no tradicional que, sin embargo, no le resta información a las familias, que reciben un reporte semestral de la evolución de sus hijos. Las notas expresadas en cifras se otorgan recién cuando el chico cumple 13 años. En el nivel secundario, los exámenes se realizan a lo largo de una semana cada seis de clase. En ese período los alumnos son evaluados diariamente, a lo largo de tres horas. En compensación, quedan libres después del mediodía.
Matti Meri, docente de la Facultad de Pedagogía de Helsinki, afirma sobre la metodología del sistema que «el ser humano tiene que ser capaz de fijarse sus propios objetivos y, después, ser capaz de evaluarse. Hay que volver a los chicos responsables de su propia vida desde el principio, que aprendan a no delegar en la sociedad la responsabilidad de sus actos». Pashi Sahlberg complementa los pilares de la propuesta educativa. «Desalentamos –sostiene–que el maestro mande tarea para el hogar. Nos parece una violación de los derechos del niño a ser precisamente eso, niños. Los primeros años de formación no pasan por el éxito académico. Se trata de que los chicos estén preparados para aprender y encontrar algo que los apasione».

Largo plazo

Finlandia tiene actualmente un gobierno de derecha. Es una democracia parlamentaria, con dos mujeres que ocupan los puestos más altos de conducción: Tarja Halonen es la presidenta y Mari Kiviniemi, de 41 años, la primer ministro. La cuestión de género está ligada con el concepto que allí tienen de la educación, asegura Jari Jokinen, representante del país ante la Unión Europea: «Es una cuestión de cultura, de reconocimiento histórico. Finlandia fue el segundo país del mundo y primero de Europa en permitir el voto femenino. Las mujeres siempre tuvieron una activa participación en nuestra sociedad, y son ellas las que entienden mejor que nadie que a sus hijos les irá mejor si estudian, por eso empujan y participan en la vida política para que nuestro nivel de enseñanza se mantenga».
Mantenerse parecería ser la palabra clave. Es que el sistema educativo finés ha resistido a los cambios ideológicos y partidarios de las sucesivas administraciones. El concepto de unificar objetivos duraderos dio aquí resultado. Lo señala así Tom Riiho, de la Universidad de Helsinki: «Mantenemos nuestro rumbo por encima del debate político partidario. Las instituciones deben perdurar más allá de las agrupaciones políticas que gobiernen. Y es necesario que el funcionamiento del Estado esté consensuado por todas las partes involucradas, impulsado por la participación de una sociedad civil activa, diversa y plural».
Los postulados parecerían sólo formales, de ocasión, si no estuvieran respaldados por hechos concretos. El «milagro» finlandés se exhibe al mundo sostenido por una consigna propia de tal definición: ver para creer.

Diego Piestrafesa
Acción es una publicación quincenal del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (I.M.F.C.), fundada el 1° de abril de 1966, entidad que nuclea a bancos cooperativos de la Argentina. www.acciondigital.com.ar/


Así lucha Finlandia contra la corrupción (y no lo hace España)


Finlandia ha sido reconocida internacionalmente como la nación menos corrupta del planeta, una parte de ese logro recae en la estricta moralidad imperante en el país, a pesar de ello, y para facilitar la transparencia, también cuenta con un conjunto de principios enfocados a evitar el abuso de poder y que son insólitos en la cultura española. Esta es la manera con la que Finlandia lucha contra la corrupción:

PRIMERO: En Finlandia cualquier compra que realicen las Administraciones Públicas, desde un edificio hasta un bolígrafo, ha de estar ejecutada a precios de mercado e incluir, necesariamente, tres ofertas de proveedores distintos, para poder elegir la más baja. No es legal, admisible ni justificable el pago de 100 euros por un cartucho de impresora o de 1000 por una silla aunque las facturas sean correctas. Ejemplos ambos acaecidos en España y que la justicia no pudo castigar.

SEGUNDO: Principio de transparencia total de las Administraciones públicas. Cualquier decisión tomada por un funcionario público dentro del desempeño de su profesión (excepto las relacionadas con la seguridad) puede ser conocida por el resto de ciudadanos. Nadie puede negarse a satisfacer las necesidades de información no solo de los periodistas sino de los votantes. Debido a ello actuaciones contra esa norma (como ésta) son no solo contrarias a la ética sino ilegales.

TERCERO: Principio de transparencia total en las cuentas de los ciudadanos. Los fineses pueden saber cuales son los ingresos declarados de todos los residentes en el país, ya se trate de una persona que cobre el desempleo, del artista de mayor éxito de la nación o del CEO de Nokia.
El equivalente peninsular permitiría conocer las cuentas no solo empresariales sino personales de Emilio Botín, Arturo Pérez Reverte, Felipe González, José María Aznar, Adolfo Domínguez o cada uno de los vecinos de Madrid.

CUARTO: Ausencia de alcaldes: El gobierno de los municipios en Finlandia recae en "City managers", es decir, en funcionarios públicos con experiencia en la administración de entidades de esa índole. Así pues el ciudadano puede distinguir con claridad que la persona al mando es alguien supeditado a los votantes y que puede ser despedido o reemplazado por el Consejo municipal (el órgano elegido en las urnas y que ostenta la soberanía popular). Helsinki es la excepción a este modelo.

QUINTO: Ausencia de cargos de designación política: En Finlandia los secretarios de Estado son funcionarios de carrera que alcanzan el puesto superando pruebas objetivas en lugar de por designación partitocrática. En 2005 se realiza una remodelación del sistema para permitir a las organizaciones políticas el poder elegir a los Secretarios de Estado, aun así muchos de ellos siguen siendo en la actualidad trabajadores públicos ascendidos por méritos propios.

SEXTO: Estructura de poder colegiada: La corrupción se extiende con mayor facilidad cuando el poder se concentra solo en un individuo, es por ello que en Finlandia se promueve la toma de decisiones mediante el debate y el consenso. Al igual que el órgano político principal de las ciudades es la Asamblea popular (el alcalde solo es un trabajador público) el Consejo de ministros tiene mayor capacidad de poder que el Presidente de la República.

SÉPTIMO: Principio de acceso libre al poder. La posibilidad de convertirse en un miembro de alto rango de la administración y los ministerios fineses no recae en una élite intelectual formada en Instituciones de enseñanza concretas (como en Francia) tampoco en personas que puedan atraer la inversión de diferentes empresas para sufragar sus campañas (ejemplo de Estados Unidos) o en ciudadanos adscritos a organizaciones políticas que ascienden por los méritos internos dentro de su partido (caso español). En Finlandia los puestos son cubiertos por funcionarios públicos (siguiendo un baremo meritocrático) y cuya carrera está abierta a todos los fineses. El país evita, por tanto, tener que acudir a un modelo como el de España dónde los cargos de libre designación del gobierno (elegidos ideológicamente) reciben 200.488 euros anuales y se multiplican de manera oscura por todas las administraciones.


OCTAVO: Principio de proporcionalidad en el castigo. La cuantía de las multas por violar las normas suele ser proporcional a los ingresos de los individuos y las empresas. En 2001 Anssi Vanjoki, alto ejecutivo de Nokia, fue considerado culpable de conducción temeraria por romper los límites de velocidad a los mandos de su Harley Davidson imponiéndosele por ello una multa por el equivalente a 104.000 dólares de la época.  Este principio de proporcionalidad en el castigo, junto a la marca social que lleva el estar envuelto en un caso de corrupción, actúa de forma extremadamente disuasoria ante posibles tentaciones para cruzar el límite de la legalidad

DASHIELL
EL SENTIDO DE LA VIDA, ALREDEDOR DE EUROPA
dashiell@elsentidodelavida.com



Xavier Melgarejo:

"La escuela finlandesa está abierta y al servicio de la comunidad, aquí todo son puertas cerradas"
"Todo está pensado para que los estudiantes de magisterio reciban una formación de máxima calidad, por eso la profesión está tan valorada socialmente"

"En Finlandia la descentralización es tan grande que el 90% del currículo se elabora municipalmente, pero para hacer eso tienes que formar a los maestros para que puedan crear contenidos y confiar en ellos"

"El 80% de las familias finlandesas van una vez a la semana a la biblioteca a leer"


Cuando se analizan los sistemas educativos, a menudo Finlandia aparece como la referencia, por su presencia continua al frente de los informes PISA de la OCDE. Pero ¿cómo lo hacen para obtener los mejores resultados del mundo? Xavier Melgarejo, licenciado en Psicología y doctorado en Pedagogía, se ha dedicado voluntariamente durante más de una década a descubrir las claves del éxito del sistema educativo finlandés. Desde su despacho en la escuela Claret de Barcelona, ​​centro del que ha sido el director, Melgarejo intenta que sigamos el ejemplo de Finlandia.
La primera pregunta es obligada. ¿Cuál cree que es el secreto de la excelencia en los resultados de los alumnos finlandeses?
La fórmula del éxito del modelo finlandés es muy compleja, pero si me tuviera que quedar con un factor, sería sin duda la brillante formación y selección de su profesorado. Por eso van por delante de todos los demás países, no sólo del nuestro.
¿Qué pasos debe seguir un estudiante para ser maestro?
Para empezar, tener una media del bachillerato y de la reválida superior al 9 sobre 10. Luego, cada facultad hace tests y entrevistas personales, y además de valorar el rendimiento miden también el grado de sensibilidad. Por muy brillante que sea el alumno, si no ha estado nunca en un grupo de ocio o no ha hecho nunca de voluntario en una red de apoyo a inmigrantes, por ejemplo, es probable que no lo seleccionen. Sólo en torno a un 6% de los aspirantes entran en las facultades de magisterio, porque una cantidad enorme de jóvenes quieren ser docentes.
Y después de la selección, ¿como son los estudios?
Tienen muchos más créditos. Se realizan alrededor de 6.000 horas de estudio, el triple que en España. Además, tienen que hacer una tesina y unas prácticas en escuelas de alta calidad donde el profesorado que trabaja en ellas es el mejor del país. Por lo tanto, todo está pensado para que los estudiantes de magisterio reciban una formación de máxima calidad. Por eso la profesión está tan bien valorada socialmente. Es un honor ser maestro, en Finlandia.
Aquí el profesorado está en pie de guerra con la Administración, tanto la catalana como la central.
Aquí los docentes luchan mucho, hacen grandes esfuerzos. Con las condiciones adversas actuales, es sólo gracias al profesorado que el fracaso escolar no es todavía más elevado. En Finlandia el abandono escolar, a pesar de haber crecido bastante en los últimos años, no llega al 9%, mientras que aquí supera el 25%. Y la política aquí tampoco ayuda, claro.
¿En Finlandia hay consenso en torno al sistema educativo, o también se cambia la ley en función del color del partido de Gobierno?
Hay un consenso tan grande que, sólo el currículo, se retoca cada diez años. Y las leyes duran mucho más porque se aprueban con los dos tercios del Parlamento. Las tocan aproximadamente cada treinta años. Si no hay un pacto de Estado, la educación está en crisis, porque el profesorado está desconcertado.
Con el nuevo anteproyecto de ley que prepara el ministro José Ignacio Wert, ¿nos acercamos o nos alejamos del sistema finlandés?

Ni lo uno ni lo otro. Según la OCDE, en este siglo habrá seis escenarios de sistemas educativos. Uno de ellos será el burocrático, y actualmente el sistema español tiene en un 80% los rasgos de este modelo: la escuela debe responder a todos los problemas de la sociedad (desde la educación vial hasta la sexual) con un currículum muy centralizado. Además, la educación debe abarcar todas las etapas del niño, desde la infantil hasta la postobligatoria. La principal característica de este modelo es la igualdad. Ahora lo que quiere hacer el PP con la LOMCE es virar hacia el modelo llamado de mercado, que tiene cosas buenas, como el hecho de favorecer la innovación, pero que rompe con la igualdad. En este escenario, la escuela debe servir para producir trabajadores adaptados al mercado, ya no puede estar aislada como hasta ahora.

Y el modelo finlandés, ¿cerca de qué escenario se encuentra?

Está entre los llamados "Corazón de la comunidad" y "Comunidad de aprendizaje". Entiende la escuela como el corazón de la comunidad, un motor social, un centro cultural, el lugar más importante del pueblo y allí donde se destinan los primeros recursos. Todas las escuelas son públicas y están abierta y al servicio de la comunidad: los padres pueden participar, se pueden formar para ayudar, hay actividades extraescolares, los ordenadores quizás están al servicio de todos los ciudadanos... Las puertas de la escuela están abiertas. En cambio aquí todo son puertas cerradas. Las características principales de este modelo son la equidad y la calidad.

Explicaba que en nuestro modelo el currículo está muy centralizado. Si se aprueba la LOMCE, el 100% de los contenidos de las asignaturas troncales los elaborará el Ministerio.

En Finlandia la descentralización es tan grande que el 90% del currículo se elabora municipalmente. Creen que quien debe adaptar los contenidos debe ser la gente más cercana a la comunidad. Pero para hacer eso tienes que formar a los maestros para que sean capaces de crear contenidos. Y confiar en ellos. En Finlandia no hay inspectores de educación. Y serían impensables, como quiere aprobar el ministro, reválidas elaboradas por el Estado en primaria.

Uno de los argumentos a favor de estas evaluaciones es que servirá para detectar pronto las dificultades de los alumnos y así evitar el fracaso escolar.

No me parece mal. En Finlandia el fracaso también se combate desde el inicio. Pero el problema es que, una vez se detecte, ¿cómo se actuará? Porque recursos no hay. Además, ¿el profesorado está preparado para gestionarlo? Si en clase tienes un niño con TDA, otro que tiene dislexia, uno con problemas auditivos... y no tienes recursos extra, ¿qué haces? Es un desastre. Sobre todo, con las ratios que tenemos aquí.

¿Cuántos alumnos hay en las aulas finlandesas?

Unos 15 o 16 niños por aula. Y cuando hay alguno con problemas graves, como autismo, por ejemplo, sólo hay diez. Y teniendo en cuenta que el alumno que tiene estos problemas cuenta con apoyo especial.

Y el fracaso, pues, ¿cómo se combate?

A la que ven que un alumno tiene dificultades, le destinan todos sus recursos: logopedas, psicólogos especializados... Hace unos días escuché al embajador de Finlandia en Madrid que decía que su hija había tenido dificultades en un curso inicial de matemáticas. Le buscaron un pedagogo específico en la materia y, en tres sesiones, le desbloquearon el problema. A veces se trata de que alguien entienda cómo afrontar el problema desde el inicio.

¿No es cuestión de trabajar más horas?

En primaria, en Finlandia hacen 608 horas lectivas, mientras que en España, 875. Así que no hay una correlación entre el número de horas lectivas y éxito escolar.

Y aún sabiendo que la mejor solución para combatir el fracaso escolar es atacarlo desde el principio, en Finlandia los niños y niñas no se escolarizan en la etapa infantil. ¿Cómo es eso?

La etapa infantil es importante, pero tampoco es determinante. Al menos en Finlandia lo ven así. Quizás aquí es mejor que los niños y niñas vayan a la guardería por cuestiones de equidad, especialmente cuando las familias tienen dificultades económicas o déficits culturales.

Y si no apuestan por la educación infantil, ¿cómo es que desde pequeños ya lideran los rankings de PISA?

Una de las razones, como siempre, es que el profesorado está muy bien formado. Y la otra es que, en contra de lo que dicen muchas corrientes actuales, los finlandeses creen que por razones neurológicas la lectura y la escritura se aprenden mejor a la edad con la que entran en la escuela, alrededor de los siete años. Y a los nueve años ya son primeros del mundo en comprensión lectora, cuando nosotros o los franceses o muchos otros llevan años trabajando...

Así pues, ¿apuestan por la comprensión lectora?

Sí. Para ellos es un pilar fortísimo, y en ello la familia ayuda mucho. Todos leen en casa. Allí tienen el mayor número de libros y bibliotecas por habitante del mundo, y el 80% de las familias van una vez a la semana a la biblioteca a leer. Toda la comunidad presiona a los niños para que se acerquen a la lectura. Por ejemplo, la televisión es subtitulada. Los niños miran los dibujos animados y ¡se esfuerzan en leer para saber qué dicen!

Subtítulos aparte, ¿por qué cree que esto aquí no pasa?

Es complicado. Ellos tienen desde pequeños este modelo de lectura como un vector de crecimiento personal y de igualdad. Creo que en España y en Catalunya la formación personal no es un valor central del país. Aquí lo que cuenta es ganar dinero, hacerse rico, y no enriquecerse humanamente. Que a algunas reuniones de padres, en clases de 25 niños, se presenten sólo siete, es un fracaso de nuestra sociedad. Un reflejo de nuestra comunidad.

Tampoco ayuda el nivel de pobreza infantil, que supera el 20%. ¿Cuál es la situación en Finlandia?

Antes de la crisis era de entre un 4 y un 5%, y ahora ronda el 9%. Pero el grado de ayudas que hay allí no se puede comparar. En Finlandia las becas comedor no existen: todo el mundo tiene que comer en la escuela, y lo paga el ministerio de Bienestar Social, para evitar que el niño se vaya a comer a casa y se encuentre la nevera vacía, que es lo que pasa en muchas casas aquí, una catástrofe. El material escolar y los libros también son gratuitos, aunque si los pierdes los tienes que pagar. Lo que hace la Administración finlandesa es dar dinero a la dirección del centro, y el director decide cómo distribuirlos concretamente. Ahora bien, ¿qué ocurre si el director lo hace mal?

Usted dirá. 

Pues que el alcalde tendrá que despedirlo. Porque si no en las próximas elecciones el que se tendrá que ir será el alcalde. La gente verá que la escuela no funciona, y son sus hijos, ¡su patrimonio más preciado! Y no lo votarán.


Xavier Melgarejo. / Carmen Secanella
eldiario.es


Sistema educativo finlandés versus español
por Oscar del Barco
LETRAVIVA
Blog del I.E.S. Sierra de Guadarrama

En su excelente artículo, fruto de 13 años de tesis de Javier Melgarejo (ver documento completo), compara en profundidad las diferencias que hacen que el sistema educativo español sea tan deficiente con respecto al sistema educativo finlandés (uno de los mejores, sino el mejor del mundo). Este es un pequeño extracto de algunos de los datos más relevantes:

- Los chavales no empiezan a leer hasta los 7 años, pero en dos años ya leen mejor que los nuestros.
- En todas las clases de 1º de primaria los niños aprenden el abecedario cantando mientras el profesor toca algún instrumento musical.
- En Finlandia se da por hecho que no sólo se educa en los centros oficiales, y que no sólo es válida la educación oficial. La familia es igual de importante así como la propia sociedad.
- El sistema social defiende y se basa (y por lo tanto su sistema educativo lo perpetúa) en el Estado del Bienestar y no tanto en la competencia, el libre-mercado y el neoliberalismo.
- Tienen claro que el valor de las personas se basa en lo que son y lo que hacen, no tanto en lo que tienen.
- Son plenamente conscientes de que esto se consigue con el trabajo y la ayuda de los demás.
- Para los finlandeses la familia es lo primero (y no tanto la rentabilidad económica de su trabajo) y apoyan su estado del bienestar masivamente. La conciliación trabajo-familia es esencial.
- Las instituciones tienen como criterio ser accesibles a todos. Aquí la burocracia es interminable y obstaculizadora.
- Las instituciones públicas funcionan por criterios de no-rentabilidad (económica) y deben estar aseguradas por el Estado.
- La igualdad de oportunidades y el libre acceso favorecen el que si algún ancestro tuyo nació pobre tu no estés condenado a tal suerte.
- La pobreza en Finlandia está asociada a varones solteros. En España a mujeres con hijos o personas a su cargo.
- En Finlandia el 4% de los niños viven en situación de pobreza, en Suecia el 2%, en España el 12%
- Las ayudas son especialmente dirigidas a madres con hijos, para impedir que dependan exclusivamente del trabajo privado y abandonen sus obligaciones educativas para con sus hijos.
- Los p/madres son ávidos lectores y ven considerablemente menos la televisión, sus hijos en consecuencia les imitan.
- El 55% de los p/madres creen que la familia es más responsable que la escuela de la educación de sus hijos. En España el 15%.
- Sus bilbiotecas son de libre acceso (ni carnet ni gaitas) y tienen 4 veces más libros.
- Las películas no se traducen, con lo que los niños aprenden más rápido idiomas y aprenden a leer más rápido al estar éstas subtituladas.
- Las ofertas de apoyo social son a elegir y son de 3 tipos:
    · 1- La madre recibe una ayuda para cuidar ella misma de sus hijos.
    · 2- Los niños acuden a casas de cuidado familiar con 4 o 5 niños como máximo y con los pertinentes controles sanitarios y sociales.
    · 3- Guarderías municipales que dependen del Ministerio de Asuntos Sociales, no del de Educación.
- El gobierno considera la supervivencia cultural y económica de su nación en base a una sociedad del conocimiento.
- Existen pocos colegios concertados y el estado paga por cada alumno la misma cantidad sea de un público o de un concertado.
- Pese a que su comprensión lectora (que posibilitará la autoformación futura) es excelente tienen menos horas de lengua que en España.
- El número de horas que se destinan entre los 7-14 años es la menor de todos los países de la OCDE.
- La disciplina es muy alta, se mandan deberes y se potencia el esfuerzo.
- La ratio alumno-profesor es menor que en España.
- Se llegan a tener dos profesores por aula y se come gratuitamente una vez al día.
- Los niños tienen médicos y enfermeras escolares. Son el futuro y por lo tanto la prioridad.
- Los mejores docentes se destinan a la primaria.
- Se centra el gasto de recursos en la primaria, no en la secundaria o terciaria como aquí. Es entonces cuando el niño desarrolla sus principales habilidades.
- Los profesores y maestros son escrupulosamente escogidos en base a su capacidad educativa y su grado de sensibilidad social.
- Las notas medias de los futuros profesores en bachillerato y selectividad deben superar el 9.
- Se valora si los aspirantes han participado o no en actividades sociales, voluntariado, etc. Un profesor sin sensibilidad social ¿para qué quiere ser maestro?
- Las universidades de formación de profesorado hasta finales de los 80 hacían 4 pruebas: entrevista, reusmen de una lectura de un libro, explicación ante una pequeña clase y demostrar aptitudes artísticas (plásticas o musicales).
- En los años 90 se añadieron 2 pruebas más orientadas a las competencias matemáticas y tecnológicas.
- Son necesarias otras propiedades que, según dicen, “se tienen o no se tienen”: capacidad de comunicación, actitud social y empatía.
- Dichas propiedades les aseguran que quienes trabajen con niños no tengan dificultades emocionales, así como un menor peligro de problemas psicológicos por parte de los profesores en el futuro. En España esto no se hace excepto en los 15-30 minutos de la encerrona en las oposiciones.
- Si los futuros profesores tienen que tener medias de 9 o más, los formadores en la universidad de éstos tienen unos expedientes y capacidades aún superiores.
- En Finlandia la pedagogía y la didáctica ocupan 10 veces más tiempo que en España. 1400 horas impartidas por auténticas eminencias frente a las 140 dadas en España.
- Los profesores de prácticas, cobran un suplemento por ello y están en pleno contacto con la universidad formadora, aprendiendo a trabajar en los centros mejor dotados.
- A los maestros y profesores se les exige una tesina obligatoria en el que condensen sus conocimientos e investigaciones. Aquí un trabajo que pasa de mano en mano, al que se le cambian los datos y poco más.
- Se fomenta la autoevaluación y el trabajo en grupo, en el futuro pocos serán los que trabajen solos y no dependan del juicio de otros.
- Los directores reciben una formación específica y eligen a sus trabajadores. No hay oposiciones, para eso están las universidades de formación. En España se ningunea a éstas con las oposiciones, pese a su elevado coste para las familias que pagan las matrículas.
- En la universidad española la tasa de abandono es del 50% (por lo tanto es una formación que no ha salido más cara que la inversión previa) en Finlandia del 17%
- No existe la inspección educativa, el sistema controla su calidad durante el proceso de formación, previniendo y no a posteriori malcurando.
- El salario de los profesores es parejo al español, pero los de secundaria y primaria cobran lo mismo. Tienen un poder adquisitivo medio-alto en comparación con el resto de la sociedad.
- Los finlandeses piensan que el profesor es como el molde, si el molde es excelente las copias serán mejores que si es mediocre.

En resumen, básicamente los finlandeses perciben la formación del ser humano como un fin a conseguir, no como un medio para generar excedentes económicos que no repercuten en el bienestar social.