(...) Uno se va a morir,
mañana,
un año,
un mes sin pétalos dormidos;
disperso va a quedar bajo la tierra
y vendrán nuevos hombres
pidiendo panoramas.
Preguntarán qué fuimos,
quiénes con llamas puras les
antecedieron,
a quiénes maldecir con el recuerdo.
Bien.
Eso hacemos:
custodiamos para ellos
el tiempo que nos toca” (...)
Roque Dalton
(En: Por qué escribimos)
El 20 de septiembre de 1840,
muerto el dictador Francia,
el Presidente de la Junta Militar inmediatamente constituida,
Manuel Antonio Ortiz, ordena:
“Los representantes de la República prevenimos a Ud. que inmediatamente
al recibo de esta orden ponga
la persona del bandido José Artigas en seguras prisiones,
hasta otra disposición de este Gobierno Provisional y dará cuenta
sin dilación de haberlo así cumplido firmando con testigos”.
Ello se cumple a
rajatabla, con grilletes y todo,
a pesar de que el
héroe tenía 76 años por entonces.
Sólo oímos el odioso chirriar
de llaves carceleras
Y del soldado el pesado paso
.......................................
Mas la esperanza a lo lejos
canta cierta...
De
“Despedida”
Anna Ajmátova o Anna Andréyevna
Gorenko
(Odessa- 1889-1966)
Su primer marido fue
acusado de conspiración y fusilado. Más tarde, su hijo será también arrestado y
deportado.
Y su último marido moriría de agotamiento en un campo
de concentración.
Los
poemas de Anna se prohibieron, fue acusada de traición y deportada. Por temor a
que fusilaran a su hijo quemó todos sus papeles personales. Al regresar a
Leningrado en la década del 40,
la persecución política continuó pero ella renunció al silencio y continuó
escribiendo sus poemas, donde consignaba que en aquella Unión Soviética los
únicos que estaban en paz eran los difuntos y que los vivos pasaban su vida
yendo de un campo de concentración a otro.
"...he triunfado sobre la
vida y sobre la muerte porque ya no deseo vivir y tampoco me asusta morir. No
deseo nada. No espero nada. No temo nada. Y, en consecuencia, soy libre. No me
condenáis por un asesinato sino porque estoy diciendo la verdad, y la verdad es
salvaje y peligrosa".
De: Mujer en punto cero
Nawal al-Sa'dawi
(Egipto:
1932- )
Escritora, médica siquiatra,
feminista. En
1981, fue detenida y enviada a prisión junto con otr@s intelectuales bajo la
dictadura de Anwar El Sadat. La
escritora conoció a la protagonista de Mujer en Punto Cero (una de sus tantas
obras) en la cárcel de mujeres de Qanatir en Egipto: Firdaus estaba a punto de
ser ejecutada por haber matado a un proxeneta y haberse negado a aceptar el
indulto.
Entrevistada por decenas de medios, Nawal siempre sostiene:
“Soy optimista. La esperanza es poder. Los optimistas hacen la Historia, no la
gente que se desespera: quienes se desesperan no hacen nada. Cuando estuve en
la cárcel, era muy optimista, estaba llena de esperanza, algo que nunca he
perdido en mi vida y por eso he sobrevivido, porque la esperanza es poder.
Tenemos que hacer nuestro trabajo como ciudadanos. La gente es pasiva, a
algunos sólo les importa su carrera y se preguntan por qué deben sacrificarse
por los demás. Los medios de comunicación y el sistema educativo ponen un velo
sobre las mentes. Este el más grave, y por eso la gente se vuelve pasiva: no
conocen al enemigo y no saben contra quién hay que luchar”.
Se nos confinaba desde las seis
de la tarde a las seis de la mañana en una celda parecida a un nicho, cuyas
paredes laterales uno podía tocar abriendo los brazos. Allí, mientras había
luz, o sea hasta las nueve, me entretenía tomando notas de mis impresiones
diarias y escribiendo cuanto se me ocurría.
De "Duelo de
caballeros"
Ciro Alegría
(Perú: 1909-1967)
Se comprometió temprano en la lucha política como miembro de la
Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA). Su militancia en la APRA le
valdrían dos estancias en prisión (en 1931 y en 1933).
Soledad de la reja sola
pena negra del crepúsculo.
Soledad de aldaba,
de cerrojo, de candado.
Pena azul de las madrugadas.
Soledad de campo
y ciudad lejos.
Soledad de aldaba,
de cerrojo, de candado.
Pena azul de las madrugadas.
Soledad de campo
y ciudad lejos.
Pena blanca de la alborada.
Ana
Amorós
(Uruguay: contemporánea)
El 20 de Julio de 1972, fue
detenida por las Fuerzas Conjuntas, en su casa de la calle Ramón Márquez , más
tarde procesada, salió a fines de 1976 por “gracia” al estar con una enfermedad
a la columna que la Cruz Roja francesa consideró para la solicitud de su
libertad.
Por eso aquí entre rejas,
en diecinueve inviernos
perdí mis primaveras.
Preso desde mi infancia
y a muerte mi condena,
mis hojas van secando
su luz
contra las piedras.
De
Decidme cómo es un árbol
Marcos Ana
(seudónimo de Fernando Macarró
Castillo)
(Salamanca: 1920- )
Poeta
comprometido, preso 23 años en la cárcel por motivos políticos bajo el régimen
fascista de Franco.
El verano. Yo, dentro del morro, brinco de un lado a otro.
Me asomo entre la reja y miro al puerto hirviendo. Y me pongo a gritar que me
lancen de cabeza al mar.
El verano. La fiebre del calor ha puesto de mala sangre a los carceleros que,
molestos por mis gritos, entran a mi celda y me muelen a golpes. Pido a Dios
que me conceda una prueba de su existencia mandándome la muerte. Pero dudo que
me oiga. De estar Dios aquí se hubiera vuelto loco.
El verano. Las paredes de mi celda van cambiando de color, y de rosado pasan a rojo, y de rojo al rojo vino, y de rojo vino a negro brillante... el suelo empieza también a brillar como un espejo, y del techo se desprenden las primeras chispas. Solo dándole brincos me puedo sostener, pero en cuanto vuelvo a apoyar los pies siento que se me achicharran. Doy brincos. Doy brincos. Doy brincos.
(…)
Pero las revoluciones no se hacen en las cárceles, si bien es cierto que generalmente allí es donde se engendran. Se necesita tanta acumulación de odio, tantos golpes de cimitarra y redobles de bofetadas, para al fin iniciar este interminable y ascendente proceso de derrumbe.
El verano. Las paredes de mi celda van cambiando de color, y de rosado pasan a rojo, y de rojo al rojo vino, y de rojo vino a negro brillante... el suelo empieza también a brillar como un espejo, y del techo se desprenden las primeras chispas. Solo dándole brincos me puedo sostener, pero en cuanto vuelvo a apoyar los pies siento que se me achicharran. Doy brincos. Doy brincos. Doy brincos.
(…)
Pero las revoluciones no se hacen en las cárceles, si bien es cierto que generalmente allí es donde se engendran. Se necesita tanta acumulación de odio, tantos golpes de cimitarra y redobles de bofetadas, para al fin iniciar este interminable y ascendente proceso de derrumbe.
De El mundo alucinante (fragmento)
Reinaldo
Arenas
(Cuba:
1943-1990)
Opositor a
l régimen de Batista y también al de Fidel Castro, por cuanto a pesar de haber
colaborado con la revolución cubana, fue excluido y perseguido por su condición
de homosexual. Padeció tortura en la
prisión de El Morro.
La infamia
que llevamos nosotros marcada sobre el hombro, es menor
que la que hay en sus corazones,
miembros
sin vigor de una sociedad gangrenada;
el mejor
de ustedes no puede compararse conmigo.
De: Papá Goriot
De: Honoré de Balzac
(Francia: 1799-1850)
Spleen
Cuando el cielo, plomizo como una losa, oprime
Al gemebundo espíritu, presa de hastío inmenso,
y abarcando la curva total del horizonte
nos vuelca un día oscuro más triste que las
noches;
Cuando en fría mazmorra la tierra se convierte,
Y la Esperanza como un siniestro murciélago
Va rozando los muros con sus tímidas alas,
Golpeándose la testa en los techos podridos;
(...)
Hay campanas que saltan, de repente, furiosas
Y hacia el cielo levantan un horrible alarido,
Cual si fuesen espíritus errantes y sin patria
Que gemir se entregaran incansablemente
Y fúnebres carrozas, sin tambores ni música,
cruzan con paso lento por mi alma; la Esperanza
Derrotada solloza y la Angustia despótica,
En mi cráneo vencido iza su negra enseña.
De Las Flores del Mal
Charles
Baudelaire
(Francia:
1821-1867)
Comprometido por su participación en la revolución de
1848, la publicación de Las flores del mal, en 1857, acabó de desatar la
violenta polémica gestada en torno a su persona. Los poemas Las flores del Mal
fueron considerados «ofensas a la moral pública y las buenas costumbres» y su
autor fue procesado.
“Hay cierta fantasía y mitología
popular que nace del desconocimiento, de suposiciones acerca de lo que es una
cárcel y cómo son los presos. Creo que en parte el trabajo (...) y la
existencia de un libro colectivo, pueden servir
para que los elementos más espurios y mentirosos de esas fantasías que
provienen de la ignorancia, las series norteamericanas o las publicaciones
sensacionalistas , se acaben. Y salgan a la luz aquellos aspectos que nos unen,
para luchar juntos en la transformación de nosotros mismos y de lo que nos
rodea. Que los muros de una cárcel no sean una frontera donde la solidaridad
humana se interrumpa...”
De:
Paloma de contrabando -
De: Diana Bellessi
(Argentina: 1946)
Uno no siempre
hace lo que quiere
uno no siempre puede
por eso estoy aquí
mirándote y echándote de menos
por eso es que
no puedo despeinarte el jopo
ni ayudarte con la tabla del nueve
ni acribillarte a pelotazos
vos sabés que
tuve que elegir otros juegos
y que los jugué en serio
De: Hombre Preso que mira a su hijo
De: Mario
Benedetti (Uruguay: 1920- )
Sólo gracias a aquellos sin esperanza
nos es dada la esperanza
Walter Benjamín
(Berlín: 1892-1940)
Marie Farrar, nacida en abril,
muerta en la prisión de Meissen
madre soltera, sentenciada,
quiere
mostrarles los sufrimientos de
todas las criaturas.
Ustedes que dan a luz en
limpias
camas de maternidad y llaman
"benditos" a sus
vientres preñados quieran
no condenar a los débiles
perdidos
pues sus pecados fueron duros y
su dolor fue grande.
Por eso, les ruego, se
abstengan de juzgar
Pues toda criatura necesita
ayuda de todas las demás.
De: La infanticida Marie Farrar
Bertolt Bretch
(Baviera: 1898-1956)
Bertold Brecha, poeta y dramaturgo perseguido por
su ideología, huyó de los nazis a través
de Praga y Suiza. Primero llegó a Dinamarca, donde tuvo su período
literariamente más productivo. En 1941 llegó a Estados Unidos, donde seis años
más tarde, en el marco de la caza de comunistas, tuvo que comparecer ante el
Comité de Actividades Antinorteamericanas liderado por el senador Joseph
MacCarthy. Poco tiempo después abandonó el país.
"Al matarlo a él quería matar mi mala
suerte".
(...) me bajaron a una celda amarillo-naranja, era un
sábado por la tarde, desde la ventana de la celda veía pasar a la gente
caminando ¡qué suerte tenían! al otro lado de la calle, había una tienda de
discos, un altavoz lanzaba música hacia mí. todo parecía tan libre y cómodo
allá fuera, me quedé allí intentando descubrir lo que había hecho, me daban
ganas de llorar, pero no conseguí averiguar nada, era una especie de enfermedad
triste, de tristeza enferma, en que llega un momento en que ya no puedes
sentirte peor, creo que sabes lo que quiero decir, creo que todo el mundo
siente esto de vez en cuando, pero yo lo he sentido muy a menudo, demasiado a
menudo(...)
De: En la cárcel con el enemigo público Nº 1
De: Charles Bukowski
(Alemania: 1920-Estados Unidos:1994)
De: Las ciudades Invisibles
De: Italo Calvino
(Cuba: 1923-1985)
(...) “Había leído que en la cárcel se concluía por perder
la noción del tiempo. Pero no tenía mucho sentido para mí. No había comprendido
hasta qué punto los días podían ser a la vez largos y cortos. Largos para
vivirlos sin duda, pero tan distendidos que concluían por desbordar unos sobre
los otros. Perdían el nombre. Las palabras ayer y mañana eran las únicas que
conservaban un sentido para mí”(...)
De El extranjero
Albert Camus
(Argelia: 1913-1960)
(...) Hallen en ti más compasión las lágrimas del pobre,
pero no más justicia, que las informaciones del rico. Procura descubrir la
verdad por entre las promesas y dádivas del rico, como por entre los sollozos e
importunidades del pobre. Cuando pudiere y debiere tener lugar la equidad, no
cargues todo el rigor de la ley al delincuente, que no es mejor la fama del
juez riguroso que la del compasivo. Si acaso doblares la vara de la justicia,
no sea con el peso de la dádiva, sino con el de la misericordia. Cuando te
sucediere juzgar algún pleito de algún tu enemigo, aparta las mientes de tu
injuria y ponlas en la verdad del caso. No te ciegue la pasión propia en la
causa ajena, que los yerros que en ella hicieres, las más veces, serán sin
remedio; y si le tuvieren, será a costa de tu crédito, y aun de tu hacienda.
... al que has de castigar con obras no trates mal con palabras, pues le basta
al desdichado la pena del suplicio, sin la añadidura de las malas razones. Al
culpado que cayere debajo de tu jurisdicción considérale hombre miserable,
sujeto a las condiciones de la depravada naturaleza nuestra, y en todo cuanto
fuere de tu parte, sin hacer agravio a la contraria, muéstratele piadoso y
clemente, porque, aunque los atributos de Dios todos son iguales, más
resplandece y campea a nuestro ver el de la misericordia que el de la
justicia (...)
Don Quijote de la Mancha (Cap. 42- Parte II)
Miguel de Cervantes Saavedra
(España:1547-1616)
Miguel de Cervantes vivió la experiencia de la prisión en varias
oportunidades. La primera ocurrió en
Argel. Cuando regresó, se estableció en Sevilla donde trabajó como cobrador de
impuestos, empleo que le acarreará numerosos problemas y disputas puesto que
era el encargado de ir recaudándolos casa por casa; con ellos se solventaban las guerras en las que estaba inmiscuida
España. A raíz de la quiebra del Banco
donde depositaba la recaudación, fu e encarcelado en 1597, acusado de apropiación de estos fondos. En la prisión
«engendró» Don Quijote de la
Mancha. Su tercera reclusión documentada fue muy breve, en
Castro del Río .
A fines de julio de 1831, tres meses después del reparto posterior a
Salsipuedes, la documentación policial de la época muestra cómo muchas de las
indias adultas se encuentran en las calles de Montevideo, abandonadas por sus
dueños, en estado de miseria extrema, terminando frecuentemente en la cárcel
pública, sin saber el Gobierno qué hacer con ellas (A.G.N. Mont. Fondo Juzgado
Civil, 4to.Turno. Exp. 131).
“Las indígenas retenidas en la cárcel por no tener dueños son 26 y 6
párvulos de edades que van de los 16 meses a los 24 días, indicándonos esto
último, el nacimiento reciente de algunos de ellos, luego del arribo a
Montevideo”. Todas estas mujeres son mayores de 25 años, según se expresa, y en
general se trata de personas de edad muy avanzada. Solo cinco de éstas son
ladinas, es decir hablan el castellano (A.G.N. Mont. Fondo Juzgado Civil,
4to.Tumo. Exp.131).
De: El ocaso del mundo indígena y las formas
de integración a la sociedad urbana montevideana.
De: Leonel
Cabrera Pérez e Isabel Barreto Messano
(ICA – FHCE – UdelaR)
Para Foucault, en la sociedad moderna, la burguesía y el
capitalismo crearon extensiones de control a través de los ‘aparatos de
encierro’, que son instituciones que describen la actividad a través del tiempo
social. Desde la escuela a la fábrica, desde la cárcel al manicomio, los ‘aparatos de encierro’ marcan las fases
del tiempo social y, a la vez, definen y controlan al individuo por la posición
que adopta en esos espacios de estancia reglada.
El pensamiento de Foucault, en un tiempo donde determinados ‘aparatos de encierro’
convencionales han perdido su protagonismo, permite hacer una excursión hacia
un nuevo escenario, el de los medios de comunicación, en especial el de la
televisión, que absorben y regulan el período de descanso y ocio, como nuevo
‘aparato de encierro’. Desde esta óptica, la televisión aparece como una
extensión del sistema productivo y procreador y no tanto como un medio
generador de conocimiento, diversión y entretenimiento, o, aun siendo así,
subordinado a una función reglada de control. La televisión, pues, más que
mostrar, permite ver, es un elemento más del sistema ‘panóptico’ que describe
Foucault, por ejemplo, cuando teoriza acerca de la estructura funcional de los
recintos carcelarios.
BDN-
Infoamérica- Cátedra UNESCO Universidad de Málaga
"¡Ay! Como ves, sueño con
un sillón, el campo y Nescafé. Son sueños modestos. El corazón cede un poco,
necesitaría aire y tónicos. Pobrecita mía querida, tan valiente en esta
horrible tempestad, tan sola en el fondo. En fin, te tengo presente todos lo
segundos, ya lo sabes. Vivimos sobre el filo del cuchillo. No me fío de las
tribulaciones francesas, no les queda ni un céntimo, ni un ejército, ni moral,
ni industria, son unos chulos y unos degenerados que dan náuseas, pero siempre
coincidirán todos en su espantoso desorden, maravillosamente de acuerdo para
torturar y atormentar a unos desdichados como nosotros. Se imaginan así, con su
salvaje estupidez, que encuentran y castigan a los responsables de todos sus
males. [...] Lo mejor sería que me consideraran gran mutilado y nervioso, cosa
que es verdad. Mil besos, queridita mía."
De:
Cartas de la cárcel
De: Louis-Ferdinand Céline
(Francia: 1894-1961)
Seudónimo
de Louis-Ferdinand Destouches- Novelista francés, creador de una obra en gran
parte autobiográfica que revolucionó la narrativa de entreguerras por su
libertad y crudeza. Tras la Segunda Guerra
Mundial es condenado in absencia, estando en Dinamarca, a pena de muerte por su
colaboracionismo durante la ocupación nazi en Francia, pena que le sería
condonada. Escapó a Alemania, condenado después a un año en prisión y declarado
desgracia nacional; volvió a Francia en 1951, tras su perdón.
“La causa de la prisión es por haber
sacado a una muchacha de su casa, mas si esta fuera de familia respetable
desearía lo peor para él porque yo también tengo familia. Pero la muchacha es
hija de una mujer que ha pasado de mano en mano y por eso su hija sigue el
mismo camino (...) En vista de esto, espero se sirva pedir a la autoridad
política la suspensión de la prisión del arriba mencionado para que pueda
conducirme los cueros a Montevideo, pues
espero de la amistad que se me dispensa la orden de excarcelación para Camacho.
Puede estar persuadido que si mi recomendado mereciera ser castigado por ningún
principio le molestaría al respecto, mas como a la distancia la información que
ha llegado al Juzgado no ha sido completa y engañada la autoridad no hizo más
que cumplir con su deber, hoy le hago
saber la clase de persona que es la mencionada, creo saldrá servido (...) se
despide José Martínez”.
Fragmento
extraído de carta que figura en
Expediente “Doña Jacinta Rodríguez contra Francisco Camacho por rapto de
la menor Paulina Rodríguez”, Tacuarembó, Archivo Nº 86, 1865.
Publicado en
“Delitos de amores crueles” (Las mujeres uruguayas frente a la justicia:
1865-1911) de Carlos María Domínguez (escritor y periodista argentino, radicado
en Montevideo.)
Los garbanzos de la cabeza del títere aún estaban manchados
de sangre. Elvira deshizo el muñeco ante los ojos sorprendidos de su abuelo,
que observaba desde el otro lado del pasillo. Alzó el guante. La guardiana pasó
de largo, suponiendo que la joven divertía a su abuelo con un juego, y continuó
recorriendo el pasillo con paso firme y las manos enlazadas en la espalda.
Cuando la funcionaria estuvo suficientemente alejada de ella, Elvira sacó los
garbanzos manchados de sangre y se señaló las rodillas.
La distancia y la penumbra impidieron que el anciano viera
las heridas de su nieta, aún abiertas.
La guardiana se detiene en seco. Gira la cabeza. Endurece
el gesto. Grita: ¡Elvira, atrás! Reanuda la marcha lentamente y se dirige hacia
Elvira apretando los labios en un mohín disfrazado de sonrisa. Retuerce los
dedos sin retirar las manos de la espalda y vuelve a gritar:
—¡Elvira, atrás!
De: La voz dormida
De: Dulce Chacón
Nacida en el seno de una familia
tradicional, aunque más tarde sus ideales izquierdistas la llevaron a intentar desempolvar los
archivos de los horrores durante la época de Franco o a oponerse al destrozo en Irak.
La vida es una marcha hacia la cárcel.
La verdadera literatura
debe enseñar a escapar
o
a prometer la libertad.
Antón Chéjov
(Rusia: 1860-1904)
(...) “La ventaja de la vida en
común es que se vive, se habla, se pertenece a una nueva sociedad, si es que a
eso se le puede llamar sociedad. Hay tantas cosas que decir, que escuchar y que
hacer, que no queda tiempo para pensar. Al comprobar cómo el tiempo se difumina
y pasa a segundo término con relación a la vida cotidiana, pienso que una vez
llegado a los duros casi debe olvidarse quién se ha sido, por qué se ha ido a
parar allí y cómo, para pensar tan sólo en una cosa: evadirse. Me equivocaba,
pues lo más absorbente e importante es, sobre todo, mantenerse con vida. ¿Dónde
están la bofia, el jurado, la Audiencia, los magistrados, mi mujer, mi padre,
mis amigos? Están todos aquí, muy vivos, cada uno ocupando su lugar en mi
corazón, pero diríase que a causa de la fiebre dela marcha, del gran salto a lo
desconocido, de esas nuevas amistades y de esos diferentes tratos, diríase que
no tiene tanta importancia como antes. Pero eso no es más que una simple
impresión. Cuando quiera, en el momento que mi cerebro se digne abrir el cajón
que a cada uno le corresponde, están de nuevo todos presentes.”(...)
De:
Papillon
Henri Charrière
(Francia:1906 - 1973)
Charrière era un integrante de los bajos fondos de París,
condenado a trabajos forzados a perpetuidad el 26 de octubre de 1931 por el
asesinato de un proxeneta, Roland le Petit. Tras una breve estancia como preso
en Caen, es trasladado a la isla del Diablo, donde verdaderamente da comienzo a
su extraordinaria historia.
Escribió
esta novela autobiógrafica en 1969, establecido en Venezuela aunque siempre fue
considerado prófugo por la justicia francesa.
Y
cuando pienso en la patria / tan lejana, tan lejana, el dolor ahoga mis versos/
que se levantan por ella
De: En
el exilio
De: Nguyen
Chi Thien
(Vietnam:
¿?)
Pasó 23
años recluido por “tratar de desacreditar el régimen escribiendo poesía
romántica”. Fue declarado por ello “ciudadano
subdesarrollado” que debía ser reeducado.
De: una de las últimas cartas que escribió desde la prisión
Francisco de Quevedo (España: 1580-1645).
Poeta y
narrador. A raíz de intereses monárquicos y de una lealtad no reconocida,
padeció prisión varias veces y sufrió una miseria atroz.
(...) “Conforme también
dejo dicho en otro lugar, todos los reclusos se encontraban en el penal como
fuera de su centro; no era aquél su propio domicilio, sino una posada o una
venta donde se hallaban de paso en una etapa de su viaje. Estos hombres desterrados por toda su vida,
parecían unos, agitados; otros, abatidos; pero todos soñaban con algo
imposible. Esta inquietud
constante, que rara vez dejaban traslucir el ardor y la impaciencia de sus
esperanzas, involuntariamente exteriorizadas, pero de tal manera absurdas que
más bien parecían manifestaciones del delirio, daban un aspecto y un carácter
tan extraordinarios a aquel lugar siniestro, que constituían, a no dudar, toda
su originalidad.” (...)
De: Memorias de la casa muerta
Fiódor Dostoyevski
(Rusia: 1821-1881)
Narrador condenado a
prisión por integrar un grupo de estudio de obras prohibidas por el zar. Luego
de cumplir cinco años de trabajos
forzados en Siberia, debió servir
como soldado por otro lapso, como parte de la pena. Inauguró la tradición de la
autobiografía carcelaria.
(...) “Un fenómeno nuevo se constata, el de la conexión entre el
sistema punitivo y la institución militar. Esta última practica la tortura, al
tiempo que se ha convertido en la única vía que permite a los pobres,
esencialmente a los negros, evitar la cárcel.”(...)
De: Autobiografía
Ángela Davis
(Estados Unidos, 1944- )
Docente, activista afromericana. Procesada en su país
por asesinato y secuestro y absuelta posteriormente.
Los Cielos cultivan una Justicia
acaso muy nítida en la eternidad
pero que aquí, en la Tierra, nos
resulta incomprensible.
De: La Puerta de la Misericordia
De: Tomás de Mattos
(Uruguay: 1947- )
"Hoy, jueves 14 de
diciembre de 1780, hace 1400 días, 200 semanas y casi 46 meses que estamos
separados. He recibido sesenta y ocho provisiones por quincenas y cien cartas
tuyas, y esta es la que hace 114 de las mías. (...) Si me remonto a la época de
mis desgracias, de vez en cuando me parece oír a estas siete u ocho pelucas
empolvadas de blanco, con quienes estoy en deuda, uno volviendo de acostarse
con una joven honesta a la que deshonró, otro de hacerlo con la mujer de su
amigo, éste escapándose totalmente avergonzado de un callejón, pues le
perjudicaría mucho que alguien descubriese lo que acaba de hacer, aquel de allá
huyendo de un tugurio a menudo mucho más infame aún. Me parece verlos, repito,
colmados de lujuria y de crímenes, sentándose ante los documentos de mi
proceso, y a su jefe exclamando lleno de entusiasmo por el patriotismo y el
amor a la ley: ¡Cómo! ¡Voto al diablo, colegas míos! ¿Este pequeño aborto que
no es ni presidente ni magistrado en el tribunal de cuentas, ha querido gozar
como un consejero de la cámara alta? ¿Este pequeño hidalgo campesino ha osado
creer que le estaba permitido parecerse a nosotros? ¡Vamos! ¡Es el colmo! Sin tener
armiño ni ribete, se le metió en la cabeza que había una naturaleza para él,
del mismo modo que para nosotros, como si la naturaleza pudiese ser analizada,
violada, por otros que no sean los intérpretes de sus leyes y como si pudieran
haber otras leyes que no fueran las nuestras. ¡La cárcel, voto a bríos! ¡La
cárcel, señores! No hay más que eso en el mundo, sí, seis o siete años en un
cuarto cerrado para ese pequeño insolente... Sólo allí, señores, es donde se
aprende a respetar las leyes de la sociedad, y el mejor de todos los remedios
para quien se atreve a infringirlas es obligarle a maldecirlas.
De una de las cartas desde la cárcel de Vincennes.
De: Donatien Alphonse François de Sade, más
conocido por su título de Marqués de
Sade (Francia: 1740-1814)
Encarcelado
en innumerables oportunidades por “excesos libertinos con consecuencias graves
sobre la integridad física de sus víctimas”, en prisión
comenzó a escribir.
Pero
hay otro Sade: cara distinta de la misma moneda. Es el que señalaron, Jean Paul
Sartre y Simone de Baeuvoir. Esta última, en su ensayo sobre Sade, nos ofrece
esta visión:
"En
la soledad de los calabozos, Sade tuvo también su noche ética parecida a la
noche intelectual con que se envolvió Descartes. No logró el surgimiento de su
evidencia, pero por lo menos discutió todas las respuestas demasiado fáciles.
Lo que constituye el valor supremo de su testimonio es que nos inquieta. Nos
obliga a plantearnos el problema esencial, que bajo otras apariencias obsesiona
a nuestro tiempo: las verdaderas relaciones del hombre con el hombre"
(Marqués de Sade. Filosofía en el tocador. Introducción. Edimat Libros, Madrid,
1988, Pp. 7-8)
No se
trata de minimizar sus prácticas sexuales, ni de justificarlas. No se trata de
creerlo santo. Se trata de ver al otro hombre. El hombre de pensamiento. El que
analizó su tiempo y sus circunstancias. El hombre que abogó por la libertad,
por el papel benefactor del Estado en la vida colectiva, por la verdad sin
máscaras de ignorancia, miedo o superstición. El pensador que en forma nítida
fue capaz de escribir: "El hombre que se somete realmente a las leyes de
la naturaleza, no tiene necesidad de otras leyes. Y en caso de que las normas
naturales no constituyan un freno para él, las demás normas no conseguirán
resultados más satisfactorios" ( P. Sánchez Paredes. El Marqués de Sade,
un Profeta en el Infierno. Ediciones Guadarrama, Madrid, 1974. P.125)
La
actividad política y libertaria de Sade está marcada por la cárcel. Frente a
cualquiera de sus desplantes ideológicos la respuesta del Estado era la
prisión. Lo que más incomodaba a la monarquía francesa era que todo lo que
narra Sade no fue invento de su imaginación desmesurada: todo eso lo hacían los
grandes señores de la aristocracia francesa: lo hacían y lo ocultaban: La gran
furia contra Sade se debía a que se había atrevido a destapar el cadáver. Muere
en el manicomio.
Coherencia
Cuántica Biológica . Galería De Biografías C. C. B. Neuralterapeuticum
FUERZA: Pero... ¿a qué vienen esos lamentos? Tu oficio no tiene culpa de nada.
HEFESTOS: Pues hubiera preferido que esta tarea le hubiese tocado a otro desempeñarla.
FUERZA: Todo oficio y toda tarea tienen su grado de molestia, pero lo que es imposible es mandar sobre los dioses, porque nadie, salvo Zeus, es libre.
HEFESTOS: ¡Lo sé, lo sé! ¡Eso es indiscutible!
FUERZA: ¿Entonces? ¡Qué esperas para encadenarlo! No vaya a ser que tu padre se percate de tus dudas ...
HEFESTOS: ¿Que no ves que ya le he sujetado las muñecas?
FUERZA: Sí, sí... pero eso no es suficiente. Amárralo bien, sujétalo a la roca, que quede inmovilizado. (...)
HEFESTOS: (Dirigiéndose a Prometeo) ¡Oh, Prometeo, no sabes cuánto lo siento!
FUERZA: Pero... ¿qué es lo que mis ojos ven? ¡Estás llorando por tu enemigo! No es posible. ¿Qué aún no te has percatado de la gravedad del delito de este infeliz? Oye, ándate con cuidado, no sea que algún día habrás de compadecerte de ti mismo.
HEFESTOS: Pero, ¡no te conmueves, Fuerza, ante este tétrico espectáculo!
FUERZA: ¿Habría de hacerlo? ¿Por qué? Anda, dime ¿por qué he de compadecerme? Tan sólo estoy presenciando el merecido y justo castigo de un delincuente. ¿O no?
De: Prometeo Encadenado
De: Esquilo
(Grecia: 525 – 456 a.C.)
(...) “Y pensaba que así como estábamos, tan lejos del
mundo, sólo me quedaba vivir esa vida. Ella, así como era, era la mía.
Desprovista de niños y cuentas y trabajo, no era, sin embargo, un paréntesis.
Era vida de verdad, y los años que pasaban eran mis años, los únicos. No podía
apostar al futuro. No podía pensar después voy a hacer esto o lo otro. No, la
vida era esa, ahora puedo hacer esto o esto otro. Ahora es. La vida de afuera
me pertenecía tanto como nos pertenece el deseo. La vida de afuera era la
orilla de un sueño, una playa intocada.”
(...)
De: Oblivion
De: Edda Fabbri
(Uruguay- 1949-)
Galardonada por Casa de
las Américas con el Premio Testimonio, por su obra Oblivión, donde recompone
experiencias vividas durante los períodos de prisión política que padeció en
época de la Dictadura cívico-militar.
No soy
enfermo. Me han recluido. Me consideran un incapaz. Quiénes son mis jueces…
Quiénes responderán por mí.
Hice conducta de poesía. Pagué por todo.
Quiénes responderán por mí.
Hice conducta de poesía. Pagué por todo.
De:
Todo lo que uno recibe es pasión
De: Jacobo Fijman
(Moldavia: 1898- Argentina:
1970)
Poeta judeoargentino. Formó parte de la
vanguardia literaria del grupo Martín Fierro, donde se vinculó con Jorge Luis
Borges y Oliverio Girondo. En enero de
1921
vive un decisivo y confuso episodio frente a una comisaría de Buenos Aires, en
donde es detenido y brutalmente golpeado; días después es internado en el
Hospicio de las Mercedes, donde permanecerá seis meses (del 17 de enero al 26
de julio). Dentro del hospicio es sometido a castigos corporales y descargas de
electroshock. En la década siguiente volvió a ser confinado en Villa Devoto, y el 2 de noviembre
en el Instituto Neuropsiquiátrico José T. Borda, de donde no sería ya dado de
alta.
Sería preciso entonces suponer
que la prisión, y de una manera general los castigos, no están destinados a
suprimir las infracciones; sino más bien a distinguirlas, a distribuirlas, a
utilizarlas; que tienden no tanto a volver dóciles a quienes están dispuestos a
transgredir las leyes, sino que tienden a organizar la trasgresión de las leyes
en una táctica general de sometimientos. La penalidad sería entonces una manera
de administrar los ilegalismos, de trazar límites de tolerancia, de dar cierto
campo de libertad a algunos, y a hacer presión sobre otros, de excluir a una
parte y a hacer útil a otra; de neutralizar a estos, de sacar provecho de
aquellos...
De: Vigilar
y castigar
De: Michel
Foucault
(Francia: 1926-1984)
(...) “La vida en un campo de
concentración abría de par en par el alma humana y sacaba a la luz sus abismos.
¿Puede sorprender que en estas profundidades encontremos, una vez más,
únicamente cualidades humanas que, en su naturaleza más íntima, eran una mezcla
del bien y del mal?” (...)
De: El hombre en busca de sentido
De: Viktor Emil Frankl
(Austria: 1905-1997)
Neurólogo y psiquiatra austriaco, fundador de la Logoterapia. Sobrevivió desde 1942 hasta 1945 en
varios campos de
concentración nazis, incluidos Auschwitz y Dachau.
A partir de esa experiencia, escribió el libro El hombre en
busca de sentido.
En el mundo al revés, la libertad oprime:
la libertad del dinero exige
trabajadores presos de la cárcel del miedo,
que es la más cárcel de todas las cárceles.
De: Los derechos de los trabajadores
De:
Eduardo Galeano
(Uruguay:
1940- )
No cierren las puertas a los pobres;
porque los pobres, los apestados, los caídos en la
vida,
son como el
mismo Jesús.
Madre Teresa de Calcuta
(Macedonia: 1910 - India: 1997)
“¿Cuándo su inclinación amorosa comenzó a
desviarse? Quizás desde la primera caída, porque con frecuencia es forzoso
dormir de a dos en una cama...Y un día en el curso de una larga condena por
robo, fue a ella a quien avasalló el amor por otra joven también condenada a
larga prisión, la cual atraída a su vez, por el físico de Adelaida correspondió
sin reservas.”
De: Cárcel de mujeres.
De: María Carolina Geel
(seudónimo de Georgina Silva Jiménez)
(Chile: 1913-1996)
Por ocho años, Georgina había sido la amante de un famoso
cronista deportivo chileno, Roberto Pumarino Valenzuela quien, al enviudar,
decidía casarse con otra. La escritora no soportó la traición y en el salón de
té del Hotel Crillón de Santiago le descerrajó cinco tiros a quemarropa. Según
los testigos, la joven se abalanzó sobre Roberto moribundo, lo besó y dijo a
viva voz: "Era lo que más amaba en la Tierra". Su amiga, Gabriela
Mistral, intercedió por ella ante el Presidente de la República en estos
términos: "Respetuosamente suplicamos a V.E. indulto cabal para María
Carolina Geel que deseamos las mujeres hispanoamericanas. Será ésta una gracia
inolvidable para todas nosotras". La respuesta fue: "Es de enorme
magnitud lo que Gabriela Mistral ha realizado por Chile, por lo que sería
incomprensible que el Presidente de la República no escuchase una súplica
nacida del corazón de nuestra gran escritora. Considere, pues, desde ya
indultada a María Carolina Geel. Con la cordialidad y admiración de siempre le
saluda su amigo y Presidente, para quien ha sido gratísimo el poder aceptar
esta petición tan humana y emotiva".
“Nos daban papel para hacer
bolsas. Fue en ese papel café que escribí el inicio del libro. No creí que
fuera a ser leído. Pensé que yo nunca iba a salir de la cárcel. Escribí con
sinceridad, con fuego y furia, y con mucha más libertad porque estaba seguro de
que el libro jamás sería leído. Un día fuimos de la prisión a la corte. Cuando
volví a mi celda el manuscrito había desaparecido. El director de la prisión me
mandó llamar. Me castigó: tres días en confinamiento solitario a pan y agua por
haber utilizado un papel que "no estaba destinado a obras maestras de la
literatura". El despojo del director me hizo sentir menospreciado. Ordené
unos cuadernos en la cafetería, me metí a la cama, me sumergí bajo las mantas y
traté de recordar, palabra por palabra, las cincuenta cuartillas que había
escrito. Creo que lo logré.”
Jean Genet
(Francia: 1910-1986)
Niño abandonado al año, convivió con varias familias. A
pesar de haber sido un alumno aventajado, a los diez años era ya un ladrón
consumado; por ello pasó su juventud en distintas prisiones; en realidad, casi
toda su vida transcurrió en situación de prisionero. Nada perturbó su capacidad
creativa.
“(...) ese
complejo enorme de cosas que se suceden mecánicamente, día tras días, mes tras
mes, año tras años, siempre iguales, siempre con el mismo ritmo, como los
granitos de arena de una clepsidra gigantesca (...) No puedo estar sin ti. Eres una parte de mí
mismo y siento que no puedo estar lejos de mí mismo. Estoy como suspendido en
el aire, como alejado de la realidad. Pienso siempre, con infinita emoción, en
el tiempo que hemos pasado juntos, en aquella intimidad, en aquella tan grande
expansión de nosotros mismos...”
De: Cartas desde la Cárcel (a su mujer Julia Schucht)
De: Antonio Gramsci
(Italia:
1891-1937)
Su juventud está marcada por un
claro compromiso político, que le lleva a militar en el partido socialista
(1914) y a trabajar en el diario Avanti!. En Italia, se opuso al
movimiento fascista de Mussolini, que, a pesar de su inmunidad parlamentaria
-Gramsci era diputado por Venecia- le detuvo y confinó en la isla de Ustica.
Aquejado por la mala salud que acompañó su existencia, en 1934 fue puesto en
libertad condicional y murió en Roma (1937) poco después de cumplir condena.
Durante los años de confinamiento escribió Quaderni del Carcere [Cuadernos de
prisión], en los que se recoge el núcleo central de su pensamiento.
Más allá de la idea de dominio o control mediante el empleo de mecanismos
represivos, advierte que son las soluciones culturales (sistema educativo,
instituciones culturales y religiosas, medios de comunicación...) las que
socializan en unos valores, los propios del ‘bloque histórico’ que alcanza la
posición de dominio, al tiempo que esterilizan a la sociedad civil en su
capacidad de respuesta crítica. Esta atenuación dialéctica, operada desde la
superestructura del sistema, instala pautas de consenso, de aceptación lógica,
de subordinación, consentimiento y pasividad. Gramsci, que define una filosofía
de la acción –filosofía, política e historia aparecen unidas-, cree en la
capacidad de intervención de los ‘intelectuales orgánicos’, que expresan el
sentimiento silenciado u oculto de la sociedad a la que pertenecen; esto es, son
exponentes de las clases subordinadas.
Calendario
está llena
de rayas.
la pared.
rayas
verticales.
cada raya
es un día.
un día que
ha pasado.
que he
pasado preso.
por las
mañanas,
lo primero
que hago
al
levantarme de la piltra
es
acercarme a esa pared
y
preguntarle:
¿a qué día
estamos hoy?
De:
Sparrings
David González
(España: 1964- )
David González es poeta y narrador. Dirige, desde los
años noventa, la colección de poesía Zigurat, editada por el Ateneo Obrero de
Gijón. Su producción literaria se entronca con la poesía de la conciencia.
La niñez y juventud de David González está marcada por la
experiencia de la vida en la calle de barriadas obreras. En su primera
juventud, participa en un atraco por el que es condenado a prisión. Allí, la
poesía le sirve al autor para mantenerse a flote de la experiencia de la
reclusión.
“En este muro los mataban, disparándoles,
¿ven los agujeros de los impactos de bala? Un poco más allá, los ponían a todos
desnudos y los regaban con una manguera; aquí les arrancaban las uñas… Trataban
mejor a los caballos. Mi amiga era hugonota, pero se hizo comunista y
sindicalista. Era blanca, de buena familia, con un novio negro, vivían juntos,
y él tenía que fingir que era su sirviente. Cuando la encarcelaron, sólo
podíamos traerle mantas, nunca comida. Yo decía que era su hermana, porque
únicamente se permitían visitas de familiares. La pobre… abandonó su vida
burguesa por primera vez para entrar en prisión...”
Nadine Gordimer (Sudáfrica: 1923- )
simboliza como pocas personas el compromiso
contra el apartheid, tal cual testimonian las palabras de su texto. Su obra ha
reflejado las consecuencias psicológicas que produce en la gente una sociedad
dividida racialmente.
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