jueves, 14 de febrero de 2013

El lema



ALGUNAS PALABRAS PARA UN DOCENTE QUE VA A INTEGRAR A UN ALUMNO... 
(SI EL DOCENTE ESTUVIERA, POR ACASO, INTERESADO EN MIS PALABRAS)


No hay cambio educativo en un sentido amplio sin un movimiento de la comunidad educativa que le otorgue sentidos y sensibilidades. Que pensar que los cambios se resuelven fuera de ese contexto es una falacia, una impostura. Que no se trata de esfuerzos personales, de actitudes filantrópicas, benéficas o de boy-scout. Que en su afán e interés por integrar al otro no se pierda en los laberintos de los nombres  y los saberes inventados. Que se aproxime a las experiencias que son de los otros, pero que no reduzca al otro en la mismidad egocéntrica y hegemónica de la educación...
Le diría, si aún sigue interesado en mis palabras, que no se transforme en un típico funcionario de aduana, que apenas vigila —y entonces forma parte y, así, construye él mismo— aquella perversa frontera de exclusión e inclusión. Que cambie su propio cuerpo, su propio aprendizaje, su propia conversación, sus propias experiencias. Que no haga metástasis, que haga metamorfosis.

En fin, a ese docente le recordaría aquello que Nietzsche entendía por educación, es decir: el arte de re-bautizarnos y/o de enseñarnos a sentir de otro modo.



Carlos SKLIAR
Poner en tela de juicio la normalidad, no la anormalidad. Políticas y falta de políticas en relación con las diferencias en educación”, Revista Educación yPedagogía, Medellín, Universidad de Antioquia, Facultad de Educación, Vol. XVII, N.° 41,pp. 11-22.






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