La frase “el Uruguay profundo” admite una
decodificación más amplia que la que instantáneamente reconocemos al
escucharla.
Las cárceles son, sin duda, una de esas lecturas asociadas: allí van a
recalar vidas desatendidas a raíz de “ciertas distancias y consecuentes
distanciamientos”.
Hoy, 1º de Mayo, resulta inevitable recordar en este
espacio al Maestro Julio Castro, porque fue pionero en travesías pedagógicas
por el Uruguay profundo y porque su huella dejó un mensaje clave para todos/as
quienes abrazamos esta vocación.
En mi sensibilidad, el mensaje dice: “No importa dónde
estemos: todos/as somos humanos; por ende, todos/as vulnerables y todos/as con
derecho inalienable al fortalecimiento de esas debilidades” o, como sostenía César
Vallejo: “O todos somos inocentes o todos somos delincuentes”.
Tus zapatos siguen andando, compañero que no tuve el privilegio de conocer, pero que vas en mi frente iluminando la fragilidad de mis pasos. |
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